Los flujos de IED de Colombia hacia Venezuela son bajos e incluso negativos
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Un eventual default en Venezuela no tendría un efecto drástico en la economía colombiana y tampoco en la región. De acuerdo con los expertos del Bancolombia, “nuestros cálculos sugieren que un eventual default de la deuda venezolana tendría efectos limitados sobre Colombia y el riesgo de la región. La evaluación de tal impacto es relevante hoy en día, ya que la reunión a la que convocó el gobierno venezolano a sus acreedores internacionales para hoy en Caracas, ha disparado los temores sobre una declaración de impago de la deuda soberana del vecino país, incluyendo la de la compañía petrolera PDVSA. Esto ha llevado a que la prima de riesgo implícita en los CDS venezolanos se eleve a niveles superiores a 15 mil puntos básicos y que los títulos en dólares con vencimiento en 2027 se estén transando a un precio de 24%, lo que supone la inminencia de un evento de crédito”.
Pese a que para la comunidad inversionista internacional la economía de Venezuela representa un caso atípico, no puede perderse de vista que un default representa un evento significativo para los mercados financieros, el cual podría llegar a tener repercusiones sobre la percepción y el apetito de inversión en América Latina. Los impactos que tuvo en las variables financieras el caso de default soberano más reciente en Suramérica, que tuvo lugar en Argentina a finales de 2001 corresponden un caso de estudio.
Variaciones
Para tal efecto, “medimos la variación de las monedas y las primas de riesgo inmediatamente después de ocurrido dicho evento y hasta tres meses después. Encontramos que en ambos casos no se evidenció un aumento de la aversión al riesgo ni una tendencia de depreciación generalizada en América Latina. Creemos que este impacto casi nulo estuvo relacionado con el hecho de que en ese momento la situación económica y política argentina presentaba grandes diferencias con la de los demás países, por lo que los participantes de mercado no percibieron que tal situación pudiera ser replicable”.
Sin embargo, en el caso de Venezuela es importante considerar el contexto político. De acuerdo con el Banco Central de Venezuela, actualmente las reservas internacionales de este país están en un nivel cercano a los US$ 9.700 millones. Esta cifra luce baja frente a los compromisos de deuda que enfrenta el país en lo que resta del año por US$1.700 millones y en 2018 por alrededor de US$8,000 millones. Así mismo, los analistas políticos consideran que en un año electoral como lo será el próximo, el gobierno venezolano enfrentaría una disyuntiva entre honrar sus deudas y aumentar las importaciones de bienes. Este último factor sugiere que, a pesar de los anuncios de reestructuración de deuda de Venezuela, la probabilidad de ocurrencia de un evento de crédito seguirá latentes.
Repercusiones
Para constatar las posibles repercusiones que tendría un default en Venezuela sobre los demás países de la región, se realizaron análisis complementarios. En la mayoría de los países analizados el efecto de las fluctuaciones en la prima de riesgo de Venezuela no solo es de baja magnitud, sino que se ha debilitado durante los últimos 15 años.
“A nuestro juicio, esto tiene que ver con el deterioro progresivo de la política económica en dicho país, el cual ha conducido a que, como ya lo dijimos, este no sea comparable con el estándar de América Latina. En cualquier caso, vale la pena mencionar que, aunque en una menor magnitud que antes, las primas de riesgo de Colombia, Perú y Brasil tienen una sensibilidad mayor que las de otras naciones latinoamericanas”.
La segunda aproximación consistió en identificar los principales tenedores de deuda soberana de Venezuela. La información disponible en Bloomberg muestra que dentro de los principales acreedores del gobierno de Venezuela no figuran entidades latinoamericanas. En efecto, la principal exposición a la deuda venezolana corresponde a inversionistas localizados en EE.UU, seguido por varios países europeos.
Finalmente, realizamos el análisis de la dinámica de los flujos de inversión extranjera directa y de comercio de bienes y servicios desde Colombia hacia Venezuela, el cual permite concluir que en la actualidad el efecto de un evento de crédito de Venezuela sobre el frente externo luce contenido. En efecto, de los flujos de IED de Colombia hacia el resto del mundo los dirigidos a Venezuela representaron niveles elevados a comienzos de la década de 2000, pero en la actualidad son bajos e incluso negativos, lo que corresponde a un proceso de retiro de la IED de colombianos en el vecino país.
A esto se suma el hecho de que de las importaciones de Venezuela en 2014 el 5,5% provenían de Colombia, cifra que en la actualidad se estima en menos del 2% del total. De este porcentaje la exposición relativa más alta corresponde al sector de editoriales y textiles, cuyas ventas a Venezuela corresponden al 10,6% y 5,2% del total de las exportaciones ambos sectores, respectivamente.
En conclusión, nuestros análisis apuntan a que el efecto contagio de un default en Venezuela sería contenido, de forma que su repercusión sobre el mercado financiero local y en el flujo comercial y de inversión extranjera directa sería apenas marginal. Sin embargo, la forma en la que se desarrollen las discusiones del gobierno de Nicolás Maduro con sus acreedores podrá sentar un precedente que influya en la configuración del mercado de deuda emergente soberana en dólares.