Gracias al continuado buen desempeño del sector del turismo, España logró reducir su tasa de desempleo a 14,45% al cierre de 2018, el nivel más bajo en una década, pero la precariedad sigue marcando el mercado laboral.
La cuarta economía de la zona euro, que encadena cinco años de crecimiento, no había alcanzado una tasa de desempleo tan baja desde el cierre de 2008 (13,79%), año en que estalló una crisis que se prolongó hasta 2013.
Con respecto al cierre de 2017, cuando el desempleo alcanzaba al 16,5% de la población activa, la caída fue de un poco más de dos puntos porcentuales, según las cifras divulgadas este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En cuanto a las personas con empleo, su número creció durante 2018 en 566.200 (+2,98%), un aumento que no se veía desde 2006.
“Son buenos datos que indican que vamos en la dirección correcta”, se congratuló en la cadena TVE la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, destacando que “la principal preocupación que tiene el gobierno” es “acelerar el ritmo de creación de empleo”.
Efectivamente, la tasa de desempleo en 2018 quedó por debajo de las previsiones del gobierno, de 15,5%, y del Banco de España, de 14,6%.
Pero, pese a un crecimiento de su economía de más de 3% entre 2015 y 2017 y el esperado de 2,6% en 2018 por el gobierno de Pedro Sánchez (PSOE), España sigue teniendo una de las tasas de desempleo europeas más altas, solo por debajo de Grecia.
Según las últimas cifras disponibles, la tasa de desempleo en la zona euro se elevaba al 7,9% a fines de noviembre.
Cifras más modestas
La reducción global del desempleo en 2018 se debe en buena medida al récord que una vez más batiera el turismo, motor clave de la economía del segundo país más visitado del mundo, con 82,6 millones de turistas internacionales.
A ritmo interanual, el número de desempleados retrocedió en 462.400 personas, para llegar a 3,3 millones, una tendencia explicada principalmente por el descenso del número de desempleados en el sector de servicios, que incluye al turismo.
El año pasado, “en cifras, sin mayor análisis, ha sido positivo”, pero “solo hay que escarbar un poco en la estadística para corroborar que el cuarto trimestre ya muestra la ralentización en la creación del empleo y, además, que ese empleo que se ha creado es precario”, advirtió Laura Estévez, del sindicato Unión Sindical Obrera (USO).
“El cuarto trimestre ofrece unas cifras mucho más modestas que el conjunto de 2018, con un aumento de ocupados de 36.600 personas, pero una bajada de la tasa de actividad en un 0,12%; y un descenso del paro ya solo de 21.700 personas”, afirmó la USO en un comunicado.
La precariedad sigue marcando al mercado laboral español: a finales de 2018, el número de personas con contrato temporal progresó un 3,93% interanual, y el de aquellos contratados a tiempo parcial un 3,19%.
España sigue siendo el país de la zona euro con la mayor proporción de contratos temporales, según la Agencia Europea de Estadísticas, Eurostat. Y según el INE, más de un empleo en cuatro (26,9%) es temporal.