La Contraloría General de la República reconoció que la eliminación del subsidio a la gasolina puede contribuir al aumento de los precios en el corto plazo, pero consideró que es una medida esencial para garantizar la sostenibilidad fiscal y evitar distorsiones económicas a largo plazo.
"Pareciera haber consenso en que es sano cerrar la brecha de déficit en el fondo de subsidio a los combustibles, que no era bueno mantener congelados los precios de los peajes y que se requiere una mayor dinámica en la ejecución de la inversión pública y privada”, indicó Carlos Rodríguez, contralor general.
Para el Contralor Carlos Hernán Rodríguez Becerra, “La inflación es como un impuesto, y por cierto uno de los más costosos, pues deprime la capacidad de compra de los ciudadanos que no pueden transferirle a otros agentes ese mayor costo que pagan por bienes y servicios”.
Factores externos como la crisis petrolera de los años 70 y las secuelas de la pandemia reciente han provocado un aumento en los costos de insumos importados, como el petróleo, los fertilizantes químicos y los cereales, lo que ha exacerbado el proceso inflacionario en Colombia en los últimos años, señaló.
Por otra parte, los conflictos geopolíticos como el de Ucrania, la fractura de las cadenas logísticas y la pugna comercial entre las potencias con su guerra de aranceles, sin duda han alimentado el alza mundial de los precios y aunque ello no ha tenido en Colombia la dimensión que ha tenido en otras latitudes, si ha resultado atípico frente a la tendencia de precios estables que el país vivió en el último cuarto de siglo. Ello ha llevado a algunos analistas a preguntarse si un alza de precios con una evidente causalidad en el exterior puede enfrentarse eficazmente con medidas monetarias internas.
Desde diversos sectores se sugiere que las alzas de salarios de los últimos años realizadas por encima del índice de inflación, el nivel de la tasa de interés activa para la colocación de créditos y la eliminación del subsidio a la gasolina, están en el origen de nuestra situación inflacionaria, subrayó igualmente el jefe del organismo de control.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla González mencionó la medida de congelamiento del precio de los combustibles que se adoptó el 1 de enero de 2020 y dijo que significó perder la práctica de hacer esta modificación mes a mes.
Habló entonces de una inflación imaginaria que se da en ocasiones, con medidas como esa, y anunció que el Gobierno tendrá que reajustar los precios del diésel, sin que haya acuerdo con los transportadores.
“Hay una inflación imaginaria que solo se puede resolver con el mundo real y el mundo real es: tendremos que ajustar el precio del diésel y será la próxima medida impopular que tiene que tomar este gobierno. Y de paso estoy anunciando que hay que tomarla y que no va a haber acuerdo”, precisó en el acto de lanzamiento de la más reciente edición de la revista Economía Colombiana.