LA PANDEMIA trajo consigo cambios significativos en las preferencias de los compradores inmobiliarios, quienes ahora buscan espacios amplios y naturales en sus proyectos de vivienda. Luz Nelly Amado, de Constructora Maca Malawi, explica que esta tendencia se debe en gran parte a la revalorización de los entornos verdes y abiertos. “El entorno natural significa calidad de vida. Durante la pandemia, muchos se dieron cuenta de la necesidad de respirar aire fresco y sentir libertad, no encierro”, comenta Amado.
La ejecutiva subraya que los entornos verdes han dejado de ser una simple amenidad para convertirse en un factor decisivo a la hora de invertir en vivienda. “Los compradores prefieren invertir más en proyectos que incluyan entornos naturales donde se pueda caminar, ejercitarse o simplemente escuchar el sonido de las aves al amanecer”, agrega.
Este cambio en la demanda ha impulsado a las constructoras a incluir áreas verdes y amenidades en sus desarrollos, entendiendo que el valor de una unidad inmobiliaria no solo radica en su ubicación o acabados, sino también en la calidad de vida que ofrece.
Peña destaca que este interés se observa particularmente entre familias jóvenes con hijos, que priorizan espacios seguros y múltiples opciones de recreación al aire libre para sus niños. También menciona que los adultos mayores ven la naturaleza como una parte fundamental de su bienestar.
“Un médico anestesiólogo que planea jubilarse me dijo recientemente que buscaba un lugar donde pudiera disfrutar de la vida con su esposa, respirando aire puro cada mañana. Este tipo de entorno se está convirtiendo en una necesidad cotidiana para muchas personas”, dice.
En respuesta a esta creciente demanda, Constructora Maca Malawi ha desarrollado un proyecto en el sector del Totumo, en Ibagué, que privilegia la naturaleza y los paisajes verdes.