Expertos: 2018 será poco halagüeño | El Nuevo Siglo
Foto ENS
Domingo, 31 de Diciembre de 2017
Redacción Economía
Reforma pensional, baja en calificaciones y lenta recuperación enmarcan la agenda
________________________

Termina 2017, un año que a los ojos de los analistas no fue bueno para la economía colombiana pues el crecimiento, que se dará a conocer hasta abril próximo, seguramente no superará el 1,7%, muy por debajo del potencial del país de 3,5%.

El año que finaliza estuvo enmarcado por la baja en el consumo, la lenta producción industrial y los incontables escándalos de corrupción que minaron la ya gastada confianza de los hogares.

Pero además se lograron interesantes resultados en materia de desempleo, que en noviembre aunque se dio al alza cerró en 8,4% todavía como indicador de un dígito.

Las autoridades monetarias durante 2017 realizaron una reducción de la tasa de interés de referencia del Banco de la República, que al cierre de 2016 se encontraba en 7,5% y al cierre de 2017 la ubicó en 4,75%, en un esfuerzo para facilitar el acceso al crédito y reactivar la economía.

Para 2018 se estima un leve crecimiento del PIB, cercano al 3 %, lo cual bajaría de nuevo a un dígito el desempleo
Previsiones

Sobre lo que pasó en 2017 y lo que viene en economía para Colombia en 2018, cuatro de los más importantes académicos de la Universidad Nacional dieron sus opiniones y previsiones sobre los que puede ser un año enmarcado en el clima electoral en el país.

Para los analistas Víctor Castañeda, Jorge Iván Bula, Ricardo Bonilla y Stanley Malinowitz “la coyuntura económica de 2017 marcó la agenda del país en diversas áreas y lo seguirá haciendo durante 2018”.

“Quien creyó que con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos se cerraría un capítulo de la época más aguda del neoliberalismo, estuvo bastante equivocado”, opina el profesor Stanley Malinowitz.

Los expertos señalaron a la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional que 2017 marcó para Colombia un entorno en medio de un mercado interno estancado, una deuda externa creciente y un contexto internacional difícil, Colombia enfrentará un año de fuertes retos, los cuales tendrán que ser asumidos por el nuevo Congreso de la República –a elegirse en marzo– y por el presidente que asumirá el mandato en agosto. En los próximos meses también se deberán debatir seriamente tanto el agotamiento del actual sistema pensional como los problemas que trajo la reforma tributaria de 2016.

 

Calificación del país bajará

El profesor Víctor Castañeda, experto en temas tributarios, está convencido de que la decisión de la compañía estadounidense Standard & Poor’s de bajar la calificación del país de BBB a BBB-, el pasado 12 de diciembre, es algo que se esperaba desde el año anterior, debido a los cuatro periodos seguidos de desaceleración económica y, más aún, de la puesta en marcha de la reforma tributaria de 2016, que en vez de ser estructural, integral y progresiva fue básicamente fiscalista.

El país afronta un problema estructural de recaudación de impuestos, de modernización institucional de la DIAN y de información fiscal que no ha querido ser atendido a fondo por los gobiernos de turno. Lo más preocupante es que algunos precandidatos presidenciales están planteando soluciones que agudizarían la situación y no ayudarían en nada a mantener la confianza de las calificadoras de riesgo.

“La actual reforma no tuvo nada de estructural porque no analizó todas las herramientas de gasto público o de política fiscal, y lo único que hizo fue crear una comisión de expertos para que dieran sus análisis, sin hacerlos vinculantes. Tampoco fue integral porque no resolvió la baja tributación de los entes municipales y departamentales; mucho menos fue progresiva porque centró la recaudación en el IVA”, analiza el profesor Castañeda.

invias

Ingresos y gastos

En su opinión, el gran reto del próximo gobierno será buscar la fórmula para cerrar la brecha entre ingresos y gastos, teniendo en cuenta que recortar el gasto público es difícil en el corto plazo. En ese sentido, la tarea debería centrarse en aprovechar las herramientas que hoy están disponibles para, por ejemplo, poner en cintura a los evasores, puesto que por culpa de ellos el país pierde al año cerca de 40 billones de pesos por no pago del IVA y el impuesto a la renta.

“Eso es grave porque equivale a casi el 33 % de la recaudación total, y también es preocupante si se considera que en los próximos dos años se espera una caída de la recaudación a causa de la desaparición del impuesto a la riqueza y de la sobretasa del impuesto de renta empresarial, que se redujo del 6 al 4 %, y en el 2019 desaparecerá”, explica el investigador.

Otra medida que se debería poner en marcha en corto tiempo es la reestructuración de la autoridad tributaria: la falta de personal y la anticuada tecnología de la Dian “es algo que está en mora de plantearse”.

La modernización también tiene que ver con identificar nuevos instrumentos que permitan encontrar aquellos omisos del sistema; por ejemplo, personas naturales, como los comerciantes, que mueven su dinero en efectivo y pasan por debajo del radar de la Dian.

 

 

Débil recuperación del PIB

Para el profesor Jorge Iván Bula, de la Escuela de Economía, el precario crecimiento económico del país en 2017, que se ubicará entre el 1,8 y 2 %, es el resultado de políticas que siguen favoreciendo la extracción de materias primas sobre la promoción de industrias basadas en la innovación y la tecnología. Colombia no aprovechó la devaluación de los últimos dos años para aceitar y poner en marcha la débil industria nacional y, por ende, las exportaciones.

Mientras los fondos privados tienen $218 billones acumulados, Colpensiones no tiene fondo porque paga las pensiones de quienes hoy ya las reciben

“Tenemos una economía desacelerada en lo fundamental y afectada por la apuesta en el sector de hidrocarburos, que es deleznable por el comportamiento de los precios internacionales. Si bien este año el déficit comercial fue menor (6.000 millones de dólares) que el de 2016 (9.000 millones), la balanza comercial sigue siendo negativa. Esto se ha traducido en mayor desempleo, el cual se ubicará en un 10 % para las 12 ciudades principales, y en un 11 % para todo el país al finalizar el año”, señala el académico.

Endeudamiento

Uno de los temas preocupantes del año que cierra, agrega, es el comportamiento del endeudamiento externo: alrededor de $30 mil millones de millones, que es un incremento alto del crédito externo asumido por Colombia. También se prevé que el país cerrará esta vigencia con un déficit de presupuesto cercano al 3 % sobre el PIB. No obstante, el experto dice que en la actualidad se observa una leve recuperación del precio del crudo y eso permitiría una reactivación modesta de algunos sectores, pero sujeta a las variaciones del mercado internacional.

Debido a ese pobre desempeño, el país todavía no consolida un sistema óptimo de gasto social, lo que se refleja en el frágil incremento de la inversión en educación, 3 % del PIB y en salud, 2 %.

En cuanto al mercado laboral, el docente sostiene que se mantienen los sesgos de género en cuanto a la remuneración de hombres y mujeres: $1.200.000 y $900 mil, respectivamente.

Sobre las perspectivas para 2018, asegura que se estima un leve crecimiento del PIB, cercano al 3 %, lo cual bajaría de nuevo a un dígito el desempleo, aunque, como es de esperarse en el contexto nacional, no se traduciría en mayor calidad del empleo o que fuese sostenible en el tiempo.

 

Reingeniería al sistema pensional

pensionados

Para el profesor Ricardo Bonilla, de la Escuela de Economía, el sistema pensional colombiano es otro de los tristes ejemplos de las grandes inequidades que padece el país. Por eso, en un corto plazo requeriría de una urgente reingeniería que garantice un bienestar general y unas condiciones dignas para el retiro laboral de los ciudadanos. La pregunta es ¿qué camino debería tomar el sistema? La respuesta no es fácil.

Lo primero que explica el exsecretario de Hacienda de Bogotá es que al hablar de pensiones se deben tener en cuenta dos grupos de personas: los que están cotizando para llegar algún día a pensionarse, y los que ya llegaron a esa etapa. Para el primero, las cifras indican que oficialmente hay 20,5 millones de afiliados al sistema, de los cuales 6,5 millones están en Colpensiones y 14 millones en los fondos privados (la mayoría en Porvenir). Sin embargo, asegura, en realidad solo están cotizando 8,4 millones (6,4 millones en los fondos privados y 2 millones en Colpensiones).

“Mientras los fondos privados tienen $218 billones acumulados, Colpensiones no tiene fondo porque paga las pensiones de quienes hoy ya las reciben. La cuestión aquí es ¿cuántos de esos 8 millones tienen estabilidad y lograrán construir los requisitos para jubilarse? Hoy se requieren 1.300 semanas cotizadas, unos 23 años, y una edad cumplida de 57 años para mujeres y 62 para hombres. Si en estas condiciones no llegan, el problema no está en la edad ni en el tiempo cotizado, sino en la incapacidad de sostener alguna estabilidad en el mercado laboral en el país”, señala el académico.

Por otro lado, expone, están los que ya cumplieron requisitos: alrededor de 2 millones de pensionados según el Ministerio de Hacienda. De estos, 123 mil están en los fondos privados, 1,2 millones en Colpensiones –que cuestan $13 billones, aquí entran los trabajadores particulares, y el resto está en los regímenes especiales de funcionarios, militares y policías; en estos últimos es donde radica el desajuste del sistema, ya que cuestan $25 billones y no tienen reservas.

“Son varias las decisiones que debe tomar el país para hacer más equitativo el sistema, por ejemplo que las pensiones de más de 10 smmlv sean sometidas a un impuesto de renta; también se debería reglamentar la sustitución pensional, haciendo más estrictas y duraderas las condiciones de convivencia”.

Bonilla es miembro de la Comisión de Expertos que analiza el gasto público que concluyó que La reforma que se adopte debe buscar dos objetivos centrales, aumentar la cobertura del sistema de protección económica a la vejez, con énfasis particular en los segmentos de la población que no logran las condiciones para obtener una pensión en el sistema general de pensiones y moderar la magnitud del gasto público en pensiones y corregir su regresividad. Con este objetivo, la Comisión considera necesario actuar en seis frentes complementarios, hacer ajustes en los parámetros del sistema general de pensiones; reformar la arquitectura del sistema general de pensiones, de tal forma que el RPM y el RAIS dejen de ser alternativas entre las cuales se puede arbitrar y pasen a complementarse en el cumplimiento de los objetivos del sistema; racionalizar los sistemas de pensiones y asignaciones de retiro de maestros y militares, respectivamente, que se encuentran por fuera del sistema general de pensiones; ampliar el alcance de los mecanismos de apoyo económico a la vejez de carácter no contributivo, Colombia Mayor, y en el esquema de Beneficios Económicos Periódicos, BEPS, buscando profundizar su impacto contra la pobreza y generando incentivos que los hagan más compatibles con estímulos al ahorro y la formalización; racionalizar y unificar la jurisprudencia sobre los temas relacionados con el régimen pensional y avanzar en el proceso de formalización del mercado laboral.

 

Desigualdad en EU crece con Trump

“Quien creyó que con la llegada de Donald Trump a la Presidencia se estaría cerrando un capítulo de la época más aguda del neoliberalismo, estuvo bastante equivocado”, opina el profesor Stanley Malinowitz, quien agrega que sus arremetidas contra los tratados de libre comercio no son al sistema en sí, sino a lo que vulnere los intereses de su país como superpotencia mundial. Por eso, en lo económico solo hubo un cambio: el tono, hacia uno más agresivo, con la misma programática de las últimas cuatro décadas, tanto de gobiernos republicanos como demócratas.

“Gracias al respaldo de un Congreso dominado por el Partido Republicano, Trump es más provocativo. Esto le ha permitido llegar a ciertos extremos, como proponer una reforma de impuestos regresiva, respaldada por el legislativo, que llevará a otro nivel la forma descarada en la que se le baja los impuestos a la gente más rica y a las grandes empresas, en detrimento de las pequeñas y las personas de menores ingresos”, evidencia el académico.

Síganos en nuestras redes sociales:

elnuevosiglo en Instagram

@Elnuevosiglo en Twitter

El Nuevo Siglo en Facebook