Tras unas elecciones que para muchos fueron atípicas y con la llegada del primer presidente de izquierda al país, la academia parece que tomará más relevancia en el campo económico. De ahí que se necesite tener en cuenta a este sector para construir un país más equitativo y justo.
Alejandro Moreno, director del Inalde, la escuela de negocios de la Universidad de La Sabana y un centro único en el país, habló con EL NUEVO SIGLO acerca de su visión para Colombia y de cómo el nuevo gobierno podría abordar los temas más relevantes en materia económica.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es su posición sobre la presidencia de Petro? ¿Qué se puede esperar? ¿Qué objetivos tienen ustedes? ¿Qué expectativas les genera?
ALEJANDRO MORENO SALAMANCA: Yo no puedo hablar con la posición de la Universidad, lo hago desde una posición propia como persona, como Director General del Inalde, que es un pedazo de la Universidad.
Estoy convencido de que lo que está pasando en el mundo es consecuencia de un despertar social, fruto de una serie de omisiones que el statu quo ha permitido; me parece que es lo que está pasando en el mundo y, especialmente en Colombia es reflejo en alguna medida de la indolencia de los gobiernos frente a las culturas, a la falta de acceso a oportunidades, de equidad en oportunidades, porque yo creo que desigualdad siempre va a haber, porque hay gente que se esfuerza y gente que no.
Yo creo que los deberes no son universales para todos. Hay deberes de dignidad humana que son universales, derechos de dignidad humana que son universales, pero en realidad el que se esfuerza debería obtener premio.
Si se plantea una sociedad en donde el que se esfuerza no es recompensado de manera diferenciada, se termina construyendo una sociedad donde nadie se quiere esforzar pues se vuelve un incentivo contrario.
ENS: ¿Entonces hay pedidos de cambios en el país?
AMS: Dicho eso, a mi manera de ver lo que está pasando en Colombia es reflejo de un clamor. O sea, son muchos, millones de personas, las que ven necesario un cambio. Creo que no solamente los votantes de Petro, muchos otros porque el fenómeno de que haya sido Rodolfo el que haya llegado a la segunda vuelta también lo leo como reflejo de una necesidad de cambio.
Y creo -siempre tiendo a ver todo para bien- que lo que está pasando puede ser para bien, en la medida en que se respete el estado de derecho y en la medida en que se preocupe verdaderamente el bien común detrás.
Porque creo que lo que va a pasar es que las élites académicas, intelectuales y económicas se van a tener que movilizar de una manera que antes, en el statu quo anterior, no era necesario. Ahora, seguramente habrá algún evento importante para promover un orden social más justo, desde las élites, un poco con una motivación de temor a perder lo que se tiene, pero el efecto va a ser benéfico porque ahora vamos a tratar de procurar cosas que antes no necesitábamos procurar.
ENS: ¿Desde la academia qué se propone para cerrar esa brecha de desigualdades?
AMS: Hay un libro que leí recientemente, que se llama “The Six New Rules of Business”, de Judy Samuelson, del Aspen Institute, y tanto ella como muchos otros, en varios libros ponen en cuestionamiento, digamos, el capitalismo salvaje.
Estoy convencido de que la economía de libre mercado es necesaria; por eso, porque la libertad es constituyente de la dignidad, y si no hay libertad entonces no hay dignidad, y si no hay, volviendo a la pregunta, recompensa al esfuerzo, pues no habrá necesidad de esforzarse.
Pero también creo que vamos a empezar a vivir, con el paso de los años, en una sociedad cada vez menos capitalista y más de un libre mercado humanista, donde el trabajo -que de hecho es fuente de realización humana; hay gente que ve el trabajo como un castigo, yo creo que es una enorme oportunidad de realizarse y de ser mejor- tenga una recompensa diferente.
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ENS: ¿Cómo ve el papel de la empresa?
AMS: Yo veo la empresa como una comunidad de personas y no como una exclusiva máquina de generación de utilidades. De hecho, el capital cada vez es menos escaso.
Entonces creo que vamos a empezar a caminar a unos esquemas de orden económico en donde el libre mercado, más humanista, ponga más énfasis en el trabajo y menos en el capital. Los empresarios hoy en día están sufriendo más para conseguir empleados, trabajo, que capital.
Entonces eso va a llevar a que se aprecie más la mano de obra y creo que eso puede llevar a una sociedad más justa.
Me parece muy importante que al que arriesga, se le premie; pero también tener presente que el único que arriesga no es el que pone el capital, sino el que arriesga también la vida, el trabajador.
Creo que van a empezar a verse esos cambios, que probablemente lo van a ver son mis nietos y no yo, pero creo que para allá va todo ese reclamo.
ENS: ¿Cómo ven las propuestas económicas de Gustavo Petro, son viables, su sistema funcionará para acabar con esa brecha de desigualdad, para generar mejores condiciones de vida, para aumentar el empleo y mantener una senda de crecimiento económico?
AMS: Yo creo que hay que esperar a ver cuáles son los verdaderos proyectos de ley que empieza a proponer, eso todavía no está muy perfilado. No sabemos muy bien, efectivamente, qué va a proponer frente al petróleo, qué va a proponer frente a la reforma tributaria, frente a la reforma laboral.
Pero la lectura preliminar que yo hago, de lo que se está poniendo sobre la mesa, es que las propuestas en buena medida son ortodoxas. No son cosas que no hayan recomendado las misiones de sabios, incluso los gobiernos anteriores.
Lo que hay que ver es si efectivamente todo lo que se pretende hacer, que creo que es deseable, es factible.
La vida es la vida, la vida es lo que es; y a mí me gustaría que mis hijos estudiaran en Estados Unidos, pero mi realidad seguramente no me va a permitir educarlos en Estados Unidos. Entonces creo, también, que a veces hay planteamientos de campaña que suenan bien, pero cuando los vamos a poner en obra nos damos cuenta de que no es tan fácil.
En general creo que estamos todavía en una etapa bastante preliminar. Creo que es evidente que deberíamos vivir en un planeta más sostenible, pero entonces ¿en cuánto hacemos la transición?, ¿en cuánto tiempo?
Ahí hay muchas cosas que todavía no están puestas sobre la mesa, pero en lo personal -es una opinión personal-, yo creo que es evidente que sería mejor producir energía a raíz, por ejemplo, de fuentes de desechos, con biodigestores, o con fuentes de viento, fuentes solares, de agua, que producir la energía exclusivamente del petróleo.
Pero la realidad, insisto, es que yo tengo que llevar a mis hijos, por ahora, a la universidad a la que los puedo llevar.