Con un desplome de la economía de casi el 7 % en cerca de dos años de gobierno, la gestión del presidente Gustavo Petro ha sido un factor clave en ese comportamiento.
En el 2022, el producto interno bruto creció 7,5 % pero luego cayó a 0,6 % en el 2023, mientras en el primer trimestre de este año apenas la economía luce un 0,7 % y las proyecciones no son buenas para el resto del año.
Ante esta situación, EL NUEVO SIGLO indagó con analistas y expertos sobre lo que piensan de la actual situación de la economía.
El exministro y expresidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas, Francisco José Lloreda, dijo a este diario, sobre la gestión del Gobierno: “Los hechos son dicientes: una economía estancada, inversión a la baja y capitales en fuga; un recaudo negativo, con deuda creciente y pobre ejecución. No es un balance alentador, pues combina un mal manejo económico con desconfianza, creando una dinámica perversa que al Gobierno no le inmuta”.
Señala Lloreda que “lo increíble, en este escenario, son el aguante y resiliencia del sector privado; el compromiso y determinación de miles de empresas de apostarle al país. En buena hora es así, porque sin sector privado no hay país. Sin generación de riqueza no hay crecimiento, mejoría social y eso le convendría a Petro”.
Mientras tanto, el exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry fue lacónico en su pronunciamiento a este medio sobre la gestión de Petro: “No podrían haber sido más tristes y desoladores estos dos años, y esto no se queda así, esto se hincha”.
Las variables
El analista y académico de la Universidad del Rosario Henry Amorocho dice que manejo de la economía entre el 2022 y 2024 “se ha movido básicamente en términos muy claros en dos variables muy fuertes, que fueron la reforma tributaria de 2022 y el manejo de la tasa de intervención del Banco de la República con miras a solucionar el problema de la inflación con la política monetaria y fiscal a cargo del Ministerio de Hacienda “.
Asegura el experto que “el manejo de la reforma tributaria y la tasa de interés ha tenido resultados que han afectado a la población, en el hecho de haber frenado la demanda de crédito”.
Señala que “eso ha impactado a toda la población que quiere crédito de consumo, porque la tasa de usura estuvo muy alta. El hecho de que el Banco de la República haya utilizado la tasa de intervención para controlar la inflación, ha afectado al grueso de la población en el país en distintos sectores: en el sector industrial, pero sobre todo en el sector de consumo y en el sector de comercio”.
Recalca el analista que “indiscutiblemente uno de los sectores más perjudicados con las medidas tributarias es el de hidrocarburos, sobre todo por la incertidumbre de cómo iba a ser el manejo de la transición energética, entonces eso perjudicó mucho al sector”.
“Sin duda han resultado perjudicados el sector de hidrocarburos y el sector de energía, Y desde luego toda la población, con los altos intereses de los créditos”, puntualiza el investigador.
Balance bipolar
A su vez, el exministro de Hacienda José Manuel Restrepo sostuvo: “Creo que hay que calificar el balance del Gobierno en materia económica como un balance bipolar y en muchos casos errático y sobre todo errático por exceso de fundamentalismo, de ideología y por una ausencia profunda de capacidad para lograr consensos con el sector productivo, que es el protagonista real de una economía como la colombiana”.
Restrepo dijo que “creo que es un gobierno que logra resultados en algunos frentes, como que mantiene una inversión extranjera directa, que a pesar de algunos vaivenes es creciente, ha logrado disminuir la tasa de desempleo, incluso en algunos casos inferior a la que teníamos antes de pandemia, en buena medida con un esfuerzo grande de gasto público, también hay que decirlo”.
Sostuvo el exministro que, aparte de esta situación, “creo que hay una serie de dificultades muy profundas en sectores como la industria, no le está yendo bien al comercio, tampoco a los restaurantes, tampoco al turismo interno, tampoco a la vivienda, y ha tenido una profunda incapacidad de gestión sobre todo en inversión pública, con niveles de inversión muy bajos, quizá los más bajos en los últimos 10 años en la historia del país y eso afecta la inversión pública”.
Explica Restrepo que “el almendrón de la problemática que tiene este gobierno es que le cuesta trabajo animar al sector privado, al sector productivo, a invertir y yo creo que ahí está su equivocación más profunda”.
La inversión
Sostiene, asimismo, que “dos terceras partes de la razón por la cual la inversión no tiene un buen comportamiento, se derivan de incertidumbre que el propio Gobierno ha causado, entonces ahí es donde aparece el Gobierno errático en economía, que no construye consensos con el sector empresarial. No lo hizo en salud, no lo hizo en pensiones, no lo hizo en la laboral, no lo hizo en educación, es un gobierno que tiene una ausencia de rigor técnico para decisiones, como por ejemplo no haber subido los peajes, como por ejemplo poner en vilo con un decreto fallido de liquidación del Presupuesto de la Nación para las vigencias futuras”.
Manifiesta que “es un gobierno errático, con una última reforma tributaria que prácticamente se ha caído más de la mitad en la Corte Constitucional por errores que se cometieron, una reforma tributaria que destruyó al sector productivo porque elevó la tasa de tributación al haber implementado un impuesto al patrimonio incluso de manera permanente que es entre otras antitécnico, pero además al haber incluido la no deducibilidad de las regalías, que es una medida no tiene ningún sustento teórico ni técnico y que por el contrario en el mundo ni siquiera se utiliza. Muy pocos países han implementado esa medida y varios de ellos ya la están desmontando. Entonces logró a través de esa última reforma tributaria el desmonte incluso de beneficios a sectores claves del impuesto al patrimonio”.
Ante esta situación, el exministro de Hacienda dice que “eso está generando un desafío muy importante para los próximos dos años. El primer desafío es: ¿Cómo vamos a hacer para crecer, cuál va a ser el gran motor de crecimiento, pero no para crecer al 1,5 % o al 2 %, que es lo que se estima, sino cómo vamos a hacer para crecer al 4 % o al 5 %? El segundo desafío es: ¿Cómo vamos a recuperar el recaudo tributario, dado ese bajo nivel de crecimiento? Y entonces se plantea ahora erráticamente una reforma tributaria en mal momento, porque envía un mensaje de incertidumbre y además no se sabe cómo se va a financiar la disminución impositiva”.
Políticas erradas
Señala que “entonces se cometen ese tipo de errores al haber menos recaudo tributario, pero simultáneamente también ha sido un gobierno que sobre todo en los últimos en los últimos años y en el próximo anticipa un aumento en el gasto público de manera excesiva, al punto incluso de que en el 2024 el gasto primario casi en relación al PIB es el mismo de un año de pandemia. Eso es un exabrupto y viene ahí de nuevo un componente errático, un nivel de derroche en materia de gasto público con respecto al PIB. Eso pone las finanzas públicas al límite y viene otro desafío: ¿Cómo administrar finanzas públicas al límite?, lo que ya se refleja en las modificaciones de perspectiva de la deuda tanto de Standard and Poor’s como de Moody’s, que es el preludio para que se rebaje la calificación de Colombia”.
A manera de no quedarse corto, el exministro añade: “Y el tercer desafío será un desafío social, que lo vamos a empezar a ver con cifras no tan positivas en pobreza, no tan positivas en equidad, no tan positivas en materia de empleo. Entonces, creo que ahí es donde hay que corregir lo errático y retornar de nuevo a esa línea que venía positiva hasta diciembre del 2023 en varios frentes y sobre todo tener una ambición por el crecimiento por la vía de acompañar al sector privado con menos reflexiones filosóficas, con menos errores no forzados, con más consenso y con más construcción entre el sector público y el sector privado”.
Al mismo tiempo, el presidente de la Sociedad Colombiana de Agricultores (SAC), Jorge Enrique Bedoya, dijo que EL NUEVO SIGLO, sobre la situación de la economía colombiana bajo el mandato del presidente Petro, que “si uno la mide por una de las variables más importantes de la economía, que es generación de empleo formal, evidentemente en dos años es muy poco lo que se ha logrado, la tasa de informalidad laboral general del país prácticamente es casi la mitad de la población ocupada y en el caso de la ruralidad, está por encima del 84 %. Lo segundo, si bien hay actividades económicas que presentan crecimiento y algunas de ellas de nuestro sector, asociadas al tema del empleo o de la informalidad laboral y de sectores que generan mucho empleo que tienen un desempeño desfavorable o mediocre, evidentemente eso también está sobre la mesa en un balance, que no es el mejor lo de las calificadoras de riesgo, lo de la dificultad en materia de recaudo fiscal y por supuesto las condiciones de seguridad”.
Por otra parte, el dirigente gremial menciona que “evidentemente todo eso se junta en un síntoma que no es el más positivo para la economía, para las decisiones de inversión y para lo que pueda ocurrir de aquí al 7 de agosto del 2026”.
La clase media
Respecto a la situación de que la gente se queja de menos ingresos y que se está golpeando a la clase media, Bedoya sostiene que “hay un indicador que nosotros revisamos mucho y es el comportamiento de los precios al consumidor. Si se mira la reducción de la inflación en Colombia y adicionalmente lo que pasa para algunos alimentos de la canasta básica, ese puede ser un indicador al cual hay que meterle mucho más análisis, porque puede ir asociado precisamente a una reducción de la capacidad de compra, por los altísimos niveles de informalidad laboral y porque sectores que son grandes generadores de empleo no están pasando por el mejor momento.
Indica que “eso es un reflejo de lo que está ocurriendo. Obviamente, uno tiene que mirar muchas más variables, pero indiscutiblemente creo que el hecho mismo de que el Gobierno hable de una política de reactivación es porque se da cuenta de que el trabajo que se ha hecho en dos años y las circunstancias exógenas –porque tampoco puede pensar uno que eso solo es responsabilidad del Gobierno– ya han pasado una cuenta de cobro a la economía, pero al final del día los gobiernos terminan y lo que aquí importa es que las políticas públicas que se materialicen, contribuyan a fortalecer la generación de empleo formal, a la rentabilidad de las actividades económicas, a la seguridad jurídica para la inversión doméstica y extranjera y eso va de la mano de las acciones que primordialmente realice el Gobierno nacional”.
Asegura el presidente de la SAC que “sigue la incertidumbre indiscutiblemente incertidumbre por discusiones del Congreso y por muchas de las manifestaciones del presidente de la República, por el deterioro permanente de las condiciones de seguridad, incertidumbre por las negociaciones con esas organizaciones que quieren poner en discusión el modelo económico, el modelo político, todo eso genera incertidumbre”.
Baja la compra de bienes
El crecimiento del primer trimestre del 2024 se ubicó en 0,7 % anual, 2,0 puntos menos que en el mismo periodo del 2023 (2,7 %), lo que implica que la economía lleva cuatro trimestres consecutivos con variaciones anuales cercanas a cero.
La actividad arrancó enero con un crecimiento de 1,4 % anual y en febrero creció a un ritmo de 2,2 %, pero en marzo cayó 1,5 % debido al desplome de las industrias manufactureras.
Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, dijo a este medio que “la compra de bienes durables, como carros, celulares y ese tipo de cosas, siguió mostrando un deterioro durante el primer trimestre del año".
A su vez, José Ignacio López, presidente del centro de estudios económicos ANIF, señala que “la dinámica económica sigue débil, debido al bajo desempeño de los principales sectores productivos y generadores de empleo, conforme a la menor demanda por parte de los hogares y los bajos niveles de inversión. Creemos que los siguientes trimestres tendrán un comportamiento similar al primero, repuntando hacia el segundo semestre del año para tener un cierre cercano al 1,1 % anual".
En el primer semestre del 2024, seis de las doce ramas de la economía que analiza el DANE y que más empleos generan, cerraron en números rojos. La caída más pronunciada fue la de la industria manufacturera, que retrocedió un 5,9 %.
A su vez, el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, dice que “la nueva caída del comercio es un reflejo del estancamiento en los consumos de los hogares, agobiados a su vez por el aumento en los impuestos, las altísimas tasas de interés, la persistencia de la inflación y, últimamente, el aumento en la inseguridad, que hace que las personas tengan un profundo temor de salir a comer o a darse una vuelta por el comercio de las ciudades".