EN COLOMBIA, con el establecimiento de un gravamen a los alimentos ultraprocesados y bebidas con alto contenido relativo de azúcar, según lo dispuesto en la Reforma Tributaria 2022, los precios de esos productos han sufrido reajustes desde noviembre del año anterior.
Los precios de productos como las salchichas, chorizos, chocolatinas, paquetes de papas fritas, maicitos y un largo etcétera, tuvieron en noviembre, diciembre y enero, una variación en su precio mucho más elevada que el promedio del grupo de alimentos y del IPC total, igual para las gaseosas. Por ejemplo, en noviembre los precios de las gaseosas subieron 3,29%, y los de las carnes procesadas un 7,25%, mientras que en dicho mes la inflación de alimentos fue negativa en 0,45%. En el mes de enero, mientras que los precios de la canasta de alimentos subieron 0,48%, los de las golosinas se dispararon un 3,66%, todo ello por efecto directo del impuesto a los procesados y bebidas azucaradas.
Ante la situación Fenaltiendas está preparando un completo informe que recogerá los resultados de un trabajo de campo para medir el fuerte impacto que este tributo tiene sobre las ya de por sí frágiles y menguadas finanzas de los tenderos del país, los mejores representantes de la economía popular que tanto quiere apoyar la actual Administración.
De allí que la industria alimenticia ha tenido que apelar con inteligencia de mercados a la reduflación para ofrecerle a los consumidores que se surten de preferencia en la tienda de la esquina, nuevas presentaciones de sus productos con menores contenidos.
Por otra parte, Fenalco señala que “en ocasiones anteriores nos hemos referido al concepto de reduflación y hemos mencionado que en nuestro país está presente. En periodos de alta inflación empresarios del sector de alimentos y bebidas lanzan presentaciones de algunos productos con menos contenido en lugar de aumentar su precio de venta, de forma que el consumidor recibe menos por el mismo precio. A esto se le denomina reduflación. Se trata de una práctica legal porque se comunica de manera correcta y explícita el volumen de producto que se pone a la venta según lo ordenan las normas de la Superintendencia de Industria y Comercio, SIC”.