David Li, un alto ejecutivo bancario, ha sido testigo de los cambios drásticos de China desde su apertura hace décadas.
Después de escuchar el informe sobre la labor del gobierno chino de este año, el presidente y director ejecutivo de J.P. Morgan China todavía se mostraba emocionado por las nuevas medidas que se aplicarán para fomentar una mayor apertura hacia los inversores extranjeros por parte de la segunda mayor economía del mundo.
"Estamos emocionados con las oportunidades que se crearán en el desarrollo de China en la nueva época", señaló Li, quien acaba de iniciar su segundo mandato de cinco años como asesor político nacional.
Li se encuentra en Beijing para la presente sesión del XIII Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), que se celebra casi de forma paralela a la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN), el máximo órgano legislativo del país.
Identificadas generalmente como las "dos sesiones", reúnen a más de 2.100 asesores políticos y unos 3.000 legisladores nacionales, son lugares de encuentro cruciales en los que se revisan y se discuten los acontecimientos económicos y políticos y se aprueban políticas y leyes.
El XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh), realizado en octubre pasado, declaró que el país está entrando en una nueva época y la apertura integral es un objetivo importante. En aras de alcanzar esta meta, el gobierno ha formulado nuevas políticas y las ha priorizado en su agenda.
El país seguirá abriendo sus puertas a los inversionistas foráneos y liberalizará y facilitará en gran medida el comercio y la inversión, prometió el primer ministro chino, Li Keqiang, cuando presentó el informe sobre la labor del gobierno ante los miles de legisladores y asesores políticos.
China abrirá ordenadamente el mercado financiero de la liquidación de tarjetas bancarias, levantará las restricciones sobre la esfera de gestión de las compañías corredoras de seguros de capital foráneo, y flexibilizará o abolirá las restricciones impuestas a la proporción del capital foráneo en las acciones de bancos y de compañías de valores, administración de fondos, futuros y administración de activos financieros.
En opinión de David Li, las medidas resultarán beneficiosas para el negocio bancario en este mercado de importancia estratégica.
Chase Manhattan Corporation, predecesor de JPMorgan Chase, estableció una oficina en Beijing en 1983, en una apuesta por el potencial del país más poblado del mundo, que había dejado fuera a las empresas extranjeras durante décadas pero se estaba transformando con rapidez.
Los rendimientos han sido fructíferos: el banco se convirtió en el primer prestamista foráneo en registrarse en Beijing 24 años más tarde, y en la actualidad, ha extendido sus negocios a las principales ciudades del país, entre ellas Shanghai, Shenzhen y Suzhou.
El banco se encuentra entre los cientos de miles de compañías de capital extranjero provenientes de todo el mundo en busca de oportunidades en la modernización y transición del país asiático.
China liberalizará por completo la industria manufacturera general y expandirá el acceso a sectores como los servicios financieros, las telecomunicaciones, la asistencia médica, la educación, la atención a la tercera edad y los vehículos de nuevas fuentes de energía, según el informe sobre el trabajo gubernamental.
"A medida que se liberalicen cada vez más áreas para la inversión extranjera, empresas de casi todos los sectores podrán encontrar sus propios puntos de crecimiento", afirmó Yang Decai, asesor político nacional y catedrático en economía de la Universidad de Nanjing, en el debate sobre el informe.
El año pasado, alrededor de 35.652 compañías de capital foráneo fueron creadas, mientras la inversión extranjera directa en la parte continental de China llegó a un récord histórico de 878.000 millones de yuanes (unos 140.000 millones de dólares) pese al panorama mundial de poca actividad.
Los analistas creen que hay más medidas en curso de preparación. Se espera que la lista negativa que define los ámbitos en los que se prohíbe o limita la participación extranjera se reduzca. Los inversionista foráneos disfrutarán de más políticas tributarias favorables, menos trámites administrativos para la aprobación de inversiones y una mejor protección de los derechos de propiedad intelectual.
Este año se cumple el 40º aniversario de la puesta en marcha de la política de reforma y apertura, y las acciones de China sirven de ejemplo en un mundo con mucho proteccionismo y muestran la voluntad de compartir su éxito con el resto del mundo.
La firme postura en favor de la apertura envió una señal al mundo y reforzó la confianza en el libre comercio y la inversión, afirmó Zhang Yuyan, director del Instituto de Economía y Política Mundiales de la Academia China de Ciencias Sociales. "Es invaluable para el crecimiento global a largo plazo", sostuvo.
La Iniciativa de la Franja y la Ruta, que tiene como objetivo construir redes de comercio e infraestructuras que conecten Asia con Europa y África y promover la cooperación industrial, ha pasado a ser un importante medio para lograr el desarrollo recíproco.