Con el objetivo de generar un impacto social y ambiental positivo en sus mercados, NESsT -organización internacional impulsora de empresas sociales- e IKEA anunciaron los nuevos emprendimientos que se unirán al Programa de Aceleración NESsT - IKEA Social Entrepreneurship en la región de Sudamérica.
El programa comenzó en 2020 y ha apoyado a 17 empresas hasta la fecha. Durante 2023, ambas organizaciones decidieron ampliar su alianza para invertir en más empresas sociales de alto potencial en los países.
Tras el proceso de convocatoria lanzado el año pasado, se seleccionaron nueve empresas de Colombia y Chile. El programa entregará a estas empresas capital en forma de préstamos recuperables o financiación, junto con apoyo personalizado en diversas áreas como gobernanza, desarrollo empresarial y preparación para la inversión. También recibirán apoyo para fortalecer sus iniciativas de diversidad, equidad e inclusión y sus prácticas medioambientales.
A esto se suman tutorías guiadas y clases magistrales por parte de IKEA, enfocadas en innovar y ampliar la presencia en el mercado de los emprendimientos seleccionados, aumentar la eficiencia en sus operaciones, desarrollar e introducir nuevos productos y servicios, y fortalecer su cultura organizacional.
“Al conectar a los emprendedores participantes con colaboradores de IKEA para compartir sus conocimientos y experiencias, nos aseguramos de que cada empresa social reciba orientación personalizada para crecer, fomentando al mismo tiempo prácticas inclusivas y oportunidades equitativas. Esperamos encender la misma pasión por un modelo de negocio sostenible en otras empresas e industrias en toda la región”, explicó Bernardita Correa Díaz, Líder de Sostenibilidad de IKEA Chile, Colombia y Perú.
Sobre los nuevos emprendimientos seleccionados
Se trata de un total de nueve nuevas empresas en Colombia y Chile que fueron seleccionadas de un total de más de 130 postulantes. Dentro de las características principales que debían cumplir para ser parte del programa, se considera que los negocios fomenten la creación de empleos dignos y la mejora de la calidad de vida de comunidades marginadas y excluidas de Sudamérica. Estas empresas deben priorizar la sostenibilidad medioambiental y la igualdad de género, integrando estas prácticas en sus modelos de negocio para maximizar su impacto.
En el caso de Colombia, siete fueron los emprendimientos seleccionados para ser parte del programa: Hilo Sagrado, Disruptia, Novatio, Asoprocegua, Amazóniko, Okolo y Federación Campesina del Cauca.
La Fundación Hilo Sagrado, una empresa sin ánimo de lucro, preserva los conocimientos, la cultura y las tradiciones de las comunidades indígenas de La Guajira. Su labor ha mejorado los medios de subsistencia de 183 artesanos, 150 de ellos mujeres, aumentando hasta seis veces sus ingresos netos y destinando los beneficios a proyectos comunitarios wayúu. Ofrecen talleres sobre fijación de precios, gestión financiera, moda, marcas y conservación del patrimonio. Como resultado, han impactado a más de 1.000 personas de la comunidad indígena y se espera formar a 250 pequeños productores indígenas para 2026.
Disruptia, por su parte, es una empresa social que aprovecha la tecnología para reducir la brecha entre las competencias de los solicitantes de empleo y las demandas del mercado laboral digital en Colombia y otros países de América Latina. Sus servicios de formación accesibles han beneficiado a 3.000 personas de diversos orígenes, incluidos jóvenes en situación de riesgo, mujeres, minorías étnicas, inmigrantes y personas mayores de 50 años.
Novatio, fundada en 2017, aporta soluciones de energía limpia a la industria agrícola en Colombia, incluyendo comunidades remotas con altas tasas de pobreza. La empresa enfatiza los beneficios sanitarios y económicos de los biodigestores, permitiendo a las familias tratar y reutilizar sus residuos. Las 90 familias de agricultores que reciben ayuda de Novatio han ahorrado hasta 350 dólares anuales en combustible y aproximadamente 4,5 millones de euros en total.
Asoprocegua ayuda a pequeños agricultores a cultivar productos forestales no madereros, como el açaí, el burití y el seje, sin talar árboles. Proporciona formación técnica y equipos para cosechar estas frutas, que se transforman en productos de valor añadido y se venden a nivel nacional e internacional. Actualmente, trabaja con 250 pequeños productores en 30 aldeas y, con el apoyo de Rainforest Alliance, ha conservado 6.869 hectáreas de bosque y plantado cerca de 100.000 árboles. En 2022-23, 520 pequeños agricultores recibieron formación, y se espera aumentar los ingresos estacionales en más de un 50% para 2026.
Amazóniko, con sede en Bogotá, gestiona una plataforma de reciclaje colaborativo que conecta a todos los implicados en el proceso de reciclaje, proporcionando conocimientos, herramientas e incentivos para evitar que los residuos terminen en vertederos. Los usuarios aprenden a clasificar y preparar materiales para su reciclaje, ganando "Amazonikoins" que pueden canjear por beneficios con marcas asociadas. En seis años, la plataforma ha crecido de 30 a más de 16.500 usuarios, reciclando 20 toneladas de materiales reutilizables al mes.
Fundada en 2021 por dos mujeres apasionadas por reducir los residuos plásticos, Okolo produce pañales ecológicos reutilizables y promueve sus beneficios ambientales y de salud. Sus pañales lavables pueden utilizarse hasta 1.000 veces. En tres años, la empresa ha ahorrado más de 40.000 millones de litros de agua, evitado la emisión de más de 116.000 toneladas de CO2 y prevenido que más de 14.000 toneladas de pañales desechables degraden el medio ambiente.
Finalmente, la Federación Campesina del Cauca (FCC), fundada en 1971, apoya a pequeños productores de café y garantiza ingresos justos. La cooperativa obtiene café orgánico y de Comercio Justo de unos 480 agricultores, más del 30% de los cuales son mujeres, y vende a clientes locales e internacionales. La FCC proporciona formación integral y apoya la obtención de certificaciones y métodos sostenibles. Gracias a sus esfuerzos, los ingresos de los productores han aumentado un 55%, el 30% de los productores apoyados son mujeres y 104 productores cuentan con certificación orgánica.