LA INFLACIÓN anual sorprendió a la baja y descendió 74 puntos básicos en agosto frente a julio, hasta 6,12%, como resultado de un registro mensual de 0,00%. Este resultado fue significativamente inferior a la expectativa del consenso de los analistas, que esperaba un registro cercano al 0,24% mensual. Con ello, los expertos creen que el IPC podría caer a 5,7% al final del año.
De acuerdo con los analistas, esta cifra confirma la tendencia predominantemente bajista en los rubros de alimentos, bienes y regulados, que contrarrestó un registro aún elevado en el segmento de servicios y que confirma que la indexación sigue siendo un reto para lograr una convergencia más rápida hacia el nivel objetivo de inflación del Emisor (3%).
Para el equipo de investigaciones del Bancolombia, liderados por Laura Acuña, en un análisis conocido por este Diario, “este resultado reafirma la perspectiva de que la inflación puede cerrar el 2024 por debajo del 6,0%, pero reafirmamos nuestra visión de hacia adelante el proceso será lento y que persisten riesgos sesgados al alza”.
Los servicios
Sostienen que “en el grupo de servicios se presentó la mayor desaceleración de su inflación anual en cinco meses. Aunque este rubro de la canasta continúa exhibiendo algo de resistencia al proceso desinflacionario por la indexación, en esta ocasión presentó un registro mensual de 0,32%, que lo dejó más cerca de su promedio histórico (0,21%) y permitió que la inflación anual bajara 24 puntos hasta 7,45%. Sin embargo, los componentes de arrendamiento imputado y efectivo registraron los mayores aportes a la inflación mensual, consistentes con variaciones de 0,44% y 0,47% mensual, respectivamente. En línea con esto, consideramos que la indexación seguirá limitando el ritmo de desinflación de este servicio”.
Asimismo, los investigadores señalan que “los alimentos fueron el grupo que más sorprendió a la baja, con una reducción de 190 puntos básicos en la variación anual, algo que no se veía desde enero. La inflación anual pasó de 5,26% a 3,36% entre julio y agosto, soportada en una deflación mensual de 0,68%. El registro mes a mes se ubicó muy por debajo del promedio histórico (0,14%) para este mes, en línea con una moderación pronunciada de las presiones alcistas que se vieron en el primer semestre del año, especialmente en el segmento de perecederos”.
Expectativas
Consideran que “este resultado, inferior a nuestra expectativa y la del consenso de analistas, confirma los argumentos desinflacionarios que hemos resaltado en nuestra proyección para el segundo semestre. Destacamos que las medidas básicas de inflación se mantuvieron en senda de descenso. Entre tanto, esperamos que la inflación prosiga la senda de reducción en los próximos meses, a pesar de que la indexación seguirá siendo un lastre para el ritmo de convergencia”.
Sostiene el análisis, que “el ritmo de desinflación resultará determinante de cara al proceso de recortes del Banco de la República, en un contexto en el que los datos de actividad económica han sorprendido al alza”.
Sin embargo, los investigadores consideran que “no obstante, los riesgos persisten respecto a la situación climática prevista (con La Niña moderada al final de 2024), el ajuste del precio del ACPM que pagarán los hogares, la elevada indexación y el tenso panorama geopolítico. Será clave evidenciar menores presiones desde los arriendos, así como monitorear cómo el ajuste del precio del ACPM para privados impacta al IPC y el aumento pendiente de las tarifas de peajes. Además, los vaivenes de los mercados globales pueden agregar volatilidad a la tasa de cambio, con repercusiones plausibles sobre las tarifas de gas y los precios de los bienes”.
Consideran que “las condiciones continuarían dadas para que la inflación anual disminuya por debajo de 6,0% al final de 2024, tal que reafirmamos nuestra visión de que el proceso será lento y los riesgos siguen inclinados al alza. Ahora bien, dadas las noticias recientes, nos encontramos evaluando nuestro pronóstico puntual vigente (5,7%)”.