Cuando apenas restan 10 semanas para que se acabe la actual legislatura, el Gobierno no ha presentado el proyecto de reforma tributaria, también llamado ley de financiamiento. Esta situación preocupa dada la situación de las finanzas del Estado y del descuadre de $25 billones que se tiene del Presupuesto que actualmente se discute en el Congreso para 2019.
En el pasado taller Construyendo País realizado en Garzón, Huila, el presidente Iván Duque no hizo una referencia profunda a la situación antes planteada pero sí dejó la inquietud sobre el tema del IVA y el aporte que deben hacer todos los colombianos a las finanzas.
Sin embargo, en su exposición no explicó cuándo finalmente el Gobierno tendrá listo el proyecto de reforma que están esperando todos los sectores y principalmente los empresarios para saber cuáles son las nuevas reglas del juego en materia tributaria.
La clase media
A comienzos de septiembre, el presidente Iván Duque recalcó que no se perjudicaría a la clase media. “No vamos a poner a pagar impuesto de renta a las personas que hoy no pagan porque están por debajo de los umbrales, que es la clase media. Hay personas naturales que ganan mucho dinero, más de $50 millones mensuales. Son cerca de 10.000 colombianos y muchos de ellos con una tributación muy pequeñita”, advirtió.
Agregó el Mandatario, que no se trata de perseguir a estos contribuyentes, pero “sí de que sean conscientes de que deben ser parte de la solución”.
Según Duque, personas con ‘súper sueldos’ tributan alrededor de $2 millones y aumentar este porcentaje ayudaría al país en la recuperación de casi $3 billones, sin subir los impuestos a las empresas privadas para que puedan generar empleo.
Más ingresos
Por su parte el exministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, en un análisis editorial, señaló que “un segundo elemento de la ecuación presupuestal -además de la postergación de deuda- tendrá que ser una reforma tributaria o una ley de financiamiento, como quiera llamársele, pero que tendrá de todas maneras que arbitrar ingresos nuevos en una suma semejante a aquella a la cual se le abre espacio para el nuevo gasto con la postergación del pago de la deuda”.
Sostiene, que “lo anterior significa que la magnitud del recaudo de la nueva Reforma fiscal tendría que ser del orden de 14 billones de pesos. Una parte lo aportarán las medidas de austeridad que se han anunciado, quizás del orden de 2 billones de pesos. Otra porción provendría de la Reforma Tributaria propiamente dicha, es decir, nuevas rentas (5 o 6 billones); no es razonable pensar (dada la experiencia histórica) que con una sola reforma tributaria se pueda obtener más del guarismo últimamente mencionado”.
“Así las cosas, entre economías y nuevas rentas podrían, en el mejor de los casos, obtenerse ingresos para cuadrar la ecuación presupuestal del orden de 8 billones de pesos (2 billones generados por las medidas de austeridad y 6 billones con nuevas rentas). Si es necesario compensar en el presupuesto del año entrante los 14 billones de pesos en que se resolvió postergar el pago de deuda externa en el 2019 para que la regla fiscal no vuele en mil pedazos, ello significa que aún quedan 6 billones por obtener. ¿De dónde provendrá este faltante?”, escribió.
El petróleo
Asegura el exministro, que “hasta hace pocos días esta pregunta estaba sin respuesta. Sin embargo, la providencial alza en los precios internacionales del crudo que ya bordea los 80 dólares el barril empieza a brindar una respuesta a esta última parte de la ecuación presupuestal para el año entrante”.
“Para efectos fiscales el presupuesto de 2019 se había calculado sobre la base de un barril equivalente al crudo colombiano de 67 dólares. Si los nuevos precios que estamos presenciando se mantienen a lo largo del año, ello podría significar rentas petroleras nuevas para el fisco con las cuales no se contaba de entre 5 y 6 billones de pesos. Que es justamente el faltante que estaba por encontrarse para resolver satisfactoriamente la ecuación presupuestal del año entrante”, apuntó.
El economista Nicolás Oliva del Cela dice que los tres pilares de la reforma tributaria son: (1) reducir el impuesto a la renta a las empresas, (2) subir el impuesto a la renta a las personas naturales y (3) gravar con el impuesto al valor agregado (IVA) a productos de primera necesidad.
Según algunas fuentes que participan en el proceso de discusión de lo que incluirá la reforma, entre las alternativas está ampliar la base gravable (esto significa gravar toda la canasta familiar) dejando la actual tarifa (19%); ampliar la base gravable y bajar la tasa al 17%, y reducir gradualmente la tarifa general actual también dejando la medida de ampliar la base gravable.
En los tres casos, que además incluyen otras disposiciones con distintos impuestos, el recaudo fluctuaría entre $12 y $13.5 billones, pero se cree que nunca se obtendrán los $25 billones del saldo en rojo.
La disyuntiva estaría entre lo políticamente viable, de cara a un 2019 de elecciones regionales en el país, lo que plantea un escenario para los legisladores, pues claramente, el tema de ampliación del IVA a la canasta familiar no es para nada popular, aún con la promesa de devolver a los pobres lo pagado.
De acuerdo con el presidente de Asobancaria, Santiago Castro, “el cumplimiento de la regla fiscal, instrumento necesario para conservar el grado de inversión, exigirá al Gobierno el trámite de una reforma tributaria que incremente el recaudo, modere el gasto público y genere incentivos para dinamizar los canales de inversión. De la consecución de los objetivos expuestos dependerá, en gran medida, que se aminore la vulnerabilidad externa y se impulse el crecimiento económico sostenible”.
A su vez, el presidente de la ANDI, Bruce Mac Máster, indicó que “la razón por la cual nosotros creemos que es muy importante bajar la tasa de renta, es porque competimos todos los días con otros países y otras economías que tienen una base de impuestos más bajas que la de Colombia. En la medida en que no tengamos esa facilidad tributaria, pues no vendemos y si no vendemos no generamos empleo”.