La evasión de impuestos que cada año suma $11 billones al déficit de las finanzas, no ha podido corregirse a pesar de que en los últimos 20 años se han aprobado 12 reformas tributarias. Así lo estableció Jersson Rodríguez, magíster en Administración de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), en un estudio en el que encontró que la gran cantidad de reformas ha vuelto complejo y poco estable el sistema tributario, lo que representa un caldo de cultivo perfecto para materializar la evasión y la elusión de impuestos.
Para evidenciar el impacto de las reformas tributarias en estos dos fenómenos en Colombia, el investigador revisó las 12 aprobadas entre 1997 y 2017.
Después evaluó los índices de evasión por medio de la metodología de contrastes contables o brechas tributarias, que consiste en comparar una base tributaria estimada a partir de las cuentas nacionales, con las estadísticas de las autoridades tributarias. La diferencia entre la base declarada y la estimada es un indicador de la evasión.
Estimativos
Existen algunos estimativos de una tasa de evasión del IVA del 23% para 2016-2017, mientras que en el impuesto a la renta de las personas jurídicas dicha tasa estaría cercana al 40% en 2016.
Según el magíster, una de las razones que explicaría estas significativas cifras es que las reformas aprobadas no han representado un cambio estructural completo, sino que se han enfocado en ampliar la base tributaria –dándole prioridad a la cantidad y no a la calidad de los impuestos– y no en generar impactos importantes en los índices de evasión en el mediano y largo plazo.
Al respecto, sostiene que gran parte de esta ampliación de base tributaria se está materializando a través de impuestos que acrecientan la inequidad tributaria en la sociedad.
“En el país se ha realizado un sinfín de reformas tributarias impulsadas por el gobierno de turno, encaminadas especialmente a cubrir las necesidades fiscales del momento, sin contemplar una visión de largo plazo”, subraya.
Sobre las 12 reformas tributarias analizadas, señala que estas se han realizado con un enfoque de corto plazo, centradas en solventar el déficit fiscal pero dejando de lado una planeación ordenada y conexa con las necesidades de la nación en el largo plazo.
Según advierte el estudiante en su trabajo, desde hace un buen tiempo en diversos sectores de la economía colombiana se ha venido hablando de la necesidad de reformar el sistema tributario para que cumpla con los principios de equidad, progresividad, eficiencia, unidad de materia, legalidad y certeza, que son los ejes centrales para un sistema tributario de calidad.
Medidas
Sin embargo, considera que, por ejemplo, en la reforma de 2016, “no fue sensato aumentar el IVA del 16% al 19%, aprobado en la Ley 1819, ya que es un impuesto regresivo que impacta en mayor medida a las personas de menores ingresos, aumentando la inequidad”.
En ese sentido, recomienda no reducir la base mínima gravable, ya que ampliaría de manera notable la base de contribuyentes, y por ende los costos de administración y fiscalización en que incurre la DIAN.
De igual forma, estima que sería recomendable eliminar todo tipo de exenciones fiscales y deducciones: “El recaudo que se lograría con esa eliminación sería una gran fuente de recursos para proporcionar a la sociedad colombiana los bienes públicos esenciales para mejorar su calidad de vida y atender las necesidades de la población más vulnerable”.
En cuanto a la reestructuración de las entidades, enfatiza en algunas de las falencias estructurales que se deben considerar en la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN).
“Falta personal y capacitación adecuada, cooperación institucional e internacional, penas por evasión, educación fiscal y un sistema de información eficiente, entre otros”, afirma el investigador, quien analizó estudios e informes de entidades económicas.
Concluye que en el país falta una estimación sistemática de la evasión y la elusión de impuestos por parte del Estado, ya que las cifras encontradas corresponden a esfuerzos privados.