El eterno lío con los hipopótamos | El Nuevo Siglo
Viernes, 3 de Noviembre de 2023

Una vez más los hipopótamos que deambulan por el Magdalena Medio son noticia en Colombia. A cada tanto se conocen nuevas medidas para tratar de limitar el aumento de esta especie que, oficialmente, ya fue declarada como “exótica invasora”, ya que dichos animales tienen características de agresividad y su presencia representa afectaciones en los ecosistemas y riesgos para las comunidades que los rodean.

Como se sabe, los primeros ejemplares fueron introducidos al país hace muchos años, en tiempos del capo del Cartel de Medellín, Pablo Escobar. A la muerte de él, terminaron escapándose hacia zonas montañosas y poco a poco la población empezó a crecer sin ningún tipo de control.

Desde hace años el Ministerio de Ambiente, organizaciones defensoras de animales, academia y otras instancias han trabajado en estrategias para frenar la reproducción de los hipopótamos, sobre todo ante el peligro creciente que representan para la fauna del Magdalena Medio, así como para los habitantes de varios municipios del área en donde es común toparse en zonas rurales con ellos.

La última medida comenzará a aplicarse esta semana. Arranca una fase de esterilización quirúrgica, del que participan distintas entidades. La idea es intervenir a una veintena de ejemplares, con una meta de cuarenta al año, ya que se trata de un proceso sanitario que, además de costoso, es muy delicado.

Sin embargo, no es la única alternativa que hay sobre la mesa. También se continúan haciendo contactos con miras a poder enviar a varias decenas de estos animales a zoológicos, parques y santuarios de fauna y flora en México, India y Filipinas.

Una opción aún más complicada se refiere a la construcción y revisión técnica del protocolo de eutanasia ética, que requiere un análisis muy profundo y tiene una serie de complejidades y requisitos a cumplir.

Lo importante, en todo caso, es que se coordinen las distintas alternativas para abordar este problema de forma definitiva y eficaz. Ya el país lleva muchos años probando distintas estrategias que, a la luz del aumento de la población, no parecen ser las más efectivas. Es claro que hay derechos en conflicto y conseguir un punto medio respecto a cómo hacerlos respetar sin afectar a las otras instancias no resulta fácil.

En principio, sería conveniente que la segunda estrategia, referida a poder enviar decenas de estos hipopótamos al exterior, en donde podrían recibir un cuidado mejor, tiene que enfatizarse, incluso buscando financiación de organizaciones defensoras de los animales y causas filantrópicas.