El potencial republicano | El Nuevo Siglo
Sábado, 28 de Abril de 2012

*Se consagra Romney

*Economía y política

 

El aspirante a la candidatura presidencial republicana Newt Gingrich anunciará a comienzos de la próxima semana su retirada y dará su apoyo a Mitt Romney, quien este martes reafirmó su liderazgo con la victoria en cinco Estados de la costa este de Estados Unidos.

 

Casi a nadie tomó de sorpresa el anuncio del expresidente de la Cámara de Representantes de retirarse de la campaña a la candidatura presidencial por el Partido Republicano. Es algo que se veía venir dada la salida de otros aspirantes y el ascenso de Romney. El retiro del fogoso político se tiene previsto para el próximo martes en Carolina del Norte. Gingrich se distingue por ser afirmativo y franco; él explica que se retira de la competencia, puesto que: “Hay que ser honesto en algún punto sobre lo que está sucediendo en el mundo real en oposición a lo que uno hubiese querido que hubiese ocurrido”. Y agrego: “Es obvio que yo sería un mejor candidato, pero el hecho objetivo es que los votantes no piensan eso”. Como se sabe Romney, millonario y exgobernador de Massachussets, ha tenido resonantes triunfos “en las primarias de Nueva York, Pensilvania, Connecticut, Rhode Island y Delaware”.

 

Se consagra desde ya a un candidato que en principio parecía contar con las preferencias electorales para ser el adversario del actual presidente y candidato demócrata, Barack Obama. Un aspirante que algunos analistas consideran que se disputa el centro de la política con Obama, lo que en apariencia favorecería al gobernante. En la medida que se tiende a pensar que el electorado frente a más de lo mismo, prefiere al que va por la reelección, más en un sistema presidencialista como el de EE.UU., que parece diseñado para favorecer la continuidad del mandatario que lo hace bien. Pese a que es valedero tal razonamiento se destaca que la reñida contienda republicana le ha servido a Romney para mostrar sus dotes de político tan audaz como Obama, convincente y capaz de enfrentar con éxito las dificultades.

 

La campaña republicana no deja insalvables heridas con los candidatos que han quedado tendidos en el campo, como Rick Santorum o el mismo Gingrich, quien ha dejado entrever que va a trabajar por el triunfo de Romney. La agria división que se perfilaba entre los republicanos y las regiones donde los distintos candidatos tenían más fortaleza, no se da en la medida que el entusiasmo que viene produciendo Romney se torna contagioso y la esperanza de alcanzar la victoria levanta la moral de la oposición.

 

La definición republicana en torno de su candidato determina que la oposición en el Congreso se fortalezca, en donde casos como los escándalos del Servicio Secreto de Obama en Cartagena, los gastos de su comitiva, por los debates, las investigaciones y reclamos de los legisladores, pueden afectar negativamente la imagen presidencial. Lo que en una reñida votación podría influir de manera fatal en la elección. La política es el arte de luchar en democracia por las ideas con exclusión de la fuerza, lo que no indica que la tensión retórica y dialéctica desaparezca, ni siquiera en una democracia madura como la estadounidense. Si bien la confrontación es entre un gobernante y un exgobernador de uno de los Estados más poderosos de la Unión, se trata de dos pesos pesados de la política. La gran diferencia entre ambos es que Romney es un político ducho, mientras que Obama ha sido como un meteoro que emergió en tiempos difíciles en el firmamento de su país, lo que le permitió aparecer como una suerte de mesías que lo sacaría de la crisis. Ese discurso lo catapultó a los primeros planos y lo llevó, finalmente, a la Casa Blanca.

 

El gran debate de la campaña se dará en torno de la eficacia de las medidas económicas de Obama. Es posible que el fallo de la Corte Suprema sobre la ley contra los inmigrantes en Arkansas tenga algún efecto colateral en la contienda. Siendo lo fundamental el choque adverso de la demagogia, que dice preferir el realismo político. Los demócratas de la corriente de Obama, impulsados por los Kennedy, opinan que se deben aumentar los impuestos a los ricos. El voto de los latinos cobra cada vez más importancia, el esfuerzo de ambos candidatos por conquistarlo lo demuestra. Mas lo determinante el día de elecciones serán el estado de la economía y la creación de nuevos empleos. Para algunos economistas, por paradójico que parezca, puede influir en el crecimiento de EE.UU. la situación de la Unión Europa, que de ahondarse la crisis podría repercutir en Washington. Lo que está claro es que se avanza a la dura e impredecible recta final y que no se sabe por ahora cómo votarán las mayorías silenciosas, que en últimas son las que deciden.