* Dimensionar elección de Consejos Municipales de Juventud
* Es urgente evitar una abstención elevada el 5 de diciembre
En un poco más de un mes los colombianos se enfrentarán a un reto democrático inédito: las primeras elecciones de los Consejos Municipales y Locales de Juventud, a realizarse el 5 de diciembre. Si bien el Gobierno y las autoridades electorales así como los partidos y movimientos políticos, al igual que las organizaciones juveniles se han movilizado para participar en dichos comicios, hay temor en no pocos sectores en torno a lo que pueda pasar el día de las urnas.
La principal preocupación radica en que pese a los esfuerzos oficiales y de los actores políticos, sociales e institucionales por explicar y dar a conocer la importancia de esta jornada democrática, lamentablemente hay amplias franjas de la población que desconocen al móvil de estas elecciones. Es claro, por un lado, que la mayor atención de la ciudadanía en materia proselitista está puesta en la campaña presidencial y parlamentaria, sobre todo ahora que entran en las fases definitiva de escogencia de candidatos de las colectividades a la Casa de Nariño, conformación de las respectivas coaliciones interpartidistas dentro de la misma contienda así como la confección de las listas de aspirantes al Senado y la Cámara de Representantes. Un escenario complejo no solo por las polémicas y rifirrafes políticos diarios, sino también por la cantidad sin antecedentes de candidatos por firmas, que tienen ‘batallones’ de colaboradores recorriendo calles en busca de millones de rúbricas para poder respaldar sus aspiraciones.
También es innegable que la evolución de la pandemia, el proceso de reactivación económica, los escándalos de corrupción, el drama del desempleo y los picos de inseguridad urbana y el rebrote de la violencia rural, entre otros fenómenos, han evitado que la mayoría de los colombianos conozcan o dimensionen en su justa proporción que en el primer domingo de diciembre más de once millones de personas entre los 14 y los 28 años podrán asistir a las urnas para escoger los Consejos Municipales de Juventud. Se ignora que dichos órganos están llamados a ser los mecanismos de participación, concertación, vigilancia y control de la gestión pública e interlocución de los jóvenes ante la institucionalidad nacional, departamental y municipal. Un nuevo escenario que le permitirá a esta franja poblacional, sin duda una de las más golpeadas por la emergencia sanitaria en todos sus niveles y flancos lesivos, adquirir un mayor protagonismo, capacidad de vocería, veeduría y acción efectiva ante gobernaciones, alcaldías, asambleas y concejos municipales, a la hora de definir y concertar la inclusión de agendas, políticas, programas y proyectos para las juventudes en materia social, educativa, laboral, cultural, de emprendimiento y de múltiples campos más.
Si algo han dejado en claro los paros y movilizaciones del último año, es que los jóvenes exigen ser escuchados y tenidos en cuenta. El Estado debe viabilizar de forma eficaz ese proceso de atención rápida y dinámica de las expectativas de las nuevas generaciones. Solo así podrá evitar que sectores radicales e incluso criminales se aprovechen de ese inconformismo y desespero de los adolescentes y traten de involucrar una parte de ellos en el vandalismo y la ilegalidad. No es, entonces, un asunto menor el que está aquí en juego.
Es urgente, por tanto, que en estas cuatro semanas se multiplique el esfuerzo pedagógico nacional, regional y local con esos once millones de colombianos para que acudan a las urnas y escojan a sus representantes. Un alto porcentaje de abstención sería tremendamente demoledor para este crucial objetivo de inclusión política de los jóvenes.
Afortunadamente, en un hecho que debe destacarse de forma superlativa, hay una gran cantidad de candidatos a los Consejos Municipales de Juventud en los 1.097 municipios y a los Consejos Locales en 33 localidades de Barranquilla, Bogotá, Buenaventura, Cartagena y Santa Marta. El último parte de la Registraduría al respecto daba cuenta de 8.592 listas inscritas, de las cuales ya habían sido aprobadas 7.844, para un total de 46.401 aspirantes a consejeros -con un periodo cuatrienal- a nombre de partidos políticos, organizaciones independientes y miembros de procesos y prácticas organizativas. De hecho, el próximo 5 de diciembre se contará con 20 mil mesas de votación a lo largo y ancho del territorio.
Como se ve, Colombia está en cuenta regresiva para uno de los ejercicios políticos y electorales más importantes de los últimos años. Queda un mes para interesar y entusiasmar de forma sustancial al electorado joven. Un mes para que el Estado les diga a esos once millones de personas que está listo a escucharlas y abrirles espacios de participación y decisión tangibles y eficientes. No hay un minuto que perder.