La diplomacia de Obama | El Nuevo Siglo
Miércoles, 4 de Junio de 2014

*Poderío de los Estados Unidos

*De la distensión al conflicto armado

El   presidente de los Estados Unidos,  Barack Obama, escogió a la Academia Militar de West Point, para desde allí donde se forma la alta oficialidad, hacer un análisis de la política exterior de su país, que estuvo dirigido no solamente a los oficiales, sino a la Nación y la comunidad internacional. Como se recuerda, desde  los inicios de su campaña el entonces candidato entró a buscar el apoyo del electorado con un discurso en el que pretendía contrastar su visión del papel de los estadounidenses en el extranjero, más ligado al entendimiento diplomático, la distensión entre las potencias, que a la guerra. El año pasado reconoció en Berlín que la potencia del amor a la libertad ciudadana permitió que los berlineses fuesen los que derribaran el Muro, doblegando el poder de las armas y de la represión. Lo que muestra la forma como valora el papel que juega la sociedad en asuntos de la realpolitik. Sin desconocer los compromisos como potencia que  obligan a Washington a mantener sus tropas en estado de alerta y  movilizarlas por  diversas zonas del globo, así como a mantener bases militares en distintos países.

Es claro para el presidente Obama, que  la experiencia de las guerras en el Medio Oriente, particularmente en Irak, se han diferenciado de las anteriores en cuanto no suman muchos votos en lo interno para el que gana como ocurrió en dos gobiernos republicanos, ni tampoco en lo económico constituyen un gran atractivo para nuevas ganancias, así se trate de un país petrolero y surjan contratos cuantiosos para reparar como siempre los destrozos que dejan las guerras. En West Point dijo que en el 2009 su país tenía 100.000 soldados en Irak, cifra que ha disminuido ostensiblemente, siempre en la búsqueda de restablecer un gobierno democrático y que sus habitantes decidan su destino, con miras  retirar de una vez por todas sus tropas cuando sea más conveniente. Expresó que: “hemos eliminado a nuestras tropas de Iraq y estamos terminando nuestra guerra en Afganistán”.

Parece ser una constante en el siglo XX la de intervenir en los conflictos para favorecer a sus aliados o reforzar su seguridad que se repite en el XXI, dado que sus incursiones militares en países extranjeros, después de conseguir sus objetivos estratégicos, las tropas se retiran. Para situar el tema en punto críptico al referirse a conflictos bélicos y promesas de pacificación, que no siempre se cumplen como se esperaba y que en ocasiones los deseos de paz se frustran dando lugar a nuevos  choques armados. Lo que no quiere decir que como potencia los Estados Unidos sean más débiles. Recordó que su poder militar sigue siendo inmenso y demoledor, sin dejar de admitir por eso que: “el mundo está cambiando”. Y agregar con firmeza, que: “rara vez su país ha sido tan fuerte como ahora” pese a que dejó de ser la potencia unipolar que surgió al culminar la II Guerra Mundial. Y en términos militares y de movilización a cualquier lugar del mundo de tropas o capacidad de repeler un ataque sorpresivo, los hechos lo demuestran. Insistió en la recuperación de la economía nacional, en cuanto el poderío militar sin el respectivo apoyo financiero peligra o en un conflicto largo se desvanece. Sin que por eso se refuten las críticas por no haber podido lograr la distinción prometida entre  Israel y los palestinos, como de ciertas equivocaciones en los países árabes, cuando pensaron que las protestas llevarían a la implantación de la democracia en las satrapías de la región, siendo que lo que sigue es el incendio y la guerra civil. En Asia los temores persisten por cuenta de Corea del Norte y el armamentismo chino, que  perturba el sueño pacifista de Japón.

El presidente Obama reconoció que en el mundo actual el aislacionismo no es una opción, si bien no explicó la tolerancia de la política exterior de su país frente a la expansión del socialismo del siglo XXI en Hispanoamérica, tema sobre el que se esperaba que hablara y que dejó para otra ocasión. Lo cierto es que la intervención militar de los Estados Unidos desde los días del Vietnam, no siempre ha sido afortunada, en tanto no se trata de ir a la guerra de tierra arrasada, sino de prevenir la expansión del cáncer a terceros países. En cuanto al conflicto que amenaza la paz en Ucrania, Obama, en  reciente intervención desde Polonia,  invita al presidente Vladimir Putin, a que intervenga de manera diplomática, para evitar un baño de sangre.