La turbulencia venezolana | El Nuevo Siglo
Domingo, 18 de Agosto de 2013

* El alza del crudo

* Se aleja la reconciliación

 

Los venezolanos recibieron dos noticias importantes en estos días, la positiva que el crudo  subió. El barril de petróleo venezolano tuvo un alza promedio que alcanzó  un precio de US$ 105,30, 0,50 dólares más que la semana anterior. Según el informe del ministerio del  ramo el alza se produjo por cuenta de los turbios incidentes que provocan las tensiones  geopolíticas en el Medio Oriente y norte de África. Incidentes sangrientos en Egipto que  tienen con los nervios crispados a los europeos por cuanto puede estar en peligro el suministro de petróleo a estos países, lo que provoca natural preocupación  en lo que se refiere a la fluidez del suministro. Eso en momentos en los cuales un tufillo de optimismo se produce en las economías europeas, con las buenas noticias de Alemania, Francia, Portugal y la posibilidad de que España recobre el aliento, gracias al turismo de los vecinos que salen de cuidados intensivos. Esos países dependen del crudo importado. Si el petróleo sigue al alza esas cifras de crecimiento podrían trastocarse de manera abrupta. En tanto no tendrían el mismo efecto negativo en los Estados Unidos, dado que es un país productor de crudo y cada vez depende menos del petróleo importado. Para Venezuela que está endeudada hasta el cogote el alza es providencial para que pueda pagar parte de los intereses de la cuantiosa deuda que dejó el comandante Chávez y que aumenta a velocidades de vértigo con su sucesor el presidente Nicolás Maduro.

La mala noticia que sacude a Venezuela es que entre diputados aumenta la cresta que aúpa la violencia y el odio entre las gentes, en momentos en los cuales deberían reconciliarse y pactar la gobernabilidad para salir de la crisis en la que se encuentra sumido el país. No aparece allí un Adolfo Suárez, que en España contribuyó con su talento conciliador a evitar que la tensión política degenerara en abismos hostiles que la llevaran al despeñadero que derivó en la guerra civil, ni se ve por ninguna parte un Felipe González que supo moderar a las izquierdas. En Venezuela prevalece el frenesí, la pasión, la discordia y los diputados quieren echar fuego al fuego sin importar que el país arda de extremo a extremo.

La disputa se torna  cada vez más  dinámica e irracional en la medida que se descubre que el socialismo del siglo XXI, que el comandante Chávez decía seguir, fuera de ser un dogma a capricho que se regulaba por su inspiración, se alejó del marxismo-leninismo inaplicable en un país sin industrias, sin tradición proletaria, en el cual la masa de la población vive de las regalías del petróleo y en consecuencia es improductiva. La gente de menos recursos de Venezuela que es la mayoría, ha tenido el privilegio de vivir bajo el techo populista de los distintos gobiernos que, desde los tiempos del general Juan Vicente Gómez, se beneficia en mayor o menor grado del petróleo.

Así que en Venezuela se da la circunstancia del vacío de poder y la crisis galopante que dejó Chávez. Es decir, se presenta la circunstancia de que hablaba Don José Ortega y Gasset, para que surja un hombre que devuelva el orden y la estabilidad al país e intente la reconciliación, sin que éste aparezca. Quizá lo anterior se deba a que Chávez, más que una política doctrinaria lo que defendía era el culto a la personalidad, sin importar el dogma político. Por eso, su enemigo era el Imperio. Un enemigo externo que daba para todo, los enemigos internos eran los gusanos de la oposición al servicio del Imperio. Mas en 14 años de ejercicio del poder surgió una nueva clase que se enriqueció al amparo de la “revolución”. Cuando se habla en Venezuela de los oligarcas, de los grandes ricos, la mayoría se fueron del país. Los ricos son los nuevos contratistas del régimen, quienes poco se diferencian de los contratistas de otras latitudes y sus mañas. La política se volvió un cementerio de cadáveres con los caídos  de los antiguos partidos, en tanto los nuevos amos del poder, más que la política practican la antropofagia.

Si no que lo diga el diputado que en el colmo de la vulgaridad, el cinismo y la ordinariez expresó en una turbulenta sesión: “El candidato perdedor publica en su twitter: Corrupción roja es que Pedro Carreño haya sido botado de la FAN por estafa agravada (...) Estoy seguro compatriotas que cualquiera pudiera creer que esto es verdad (...) Y yo le respondí: Mira vago te lanzo un reto, si tú en un mes presentas una prueba yo renuncio a la diputación, y si no tú te  vas de la gobernación”, Y agregó: “Este homosexual dice ‘águila no caza moscas’. Qué falta de originalidad porque es una frase de nuestro comandante infinito, pero él tiene que responderle al país porque hizo una acusación (...) El problema no es la inclinación sexual, el problema es que tienen una vida oculta, y la vida privada de los hombres públicos deja de ser privada cuando impacta a un colectivo. Y surge una interrogante qué pasará con estas personas que llevan una vida oculta en el manejo de los asuntos públicos”. Y suelta la injuria baja “en un acta policial del 8 de mayo de 2000 se asentó un incidente de "actos inmorales en la vía pública". "El policía dice que ese malandro lo trató de sobornar", Y llamó maricón al jefe de la oposición; nada más sórdido que ese ataque, que fuera de la bajeza del que lo comete, le hace daño a la política venezolana, que en vez de la injuria y la insensatez, reclama hambres de Estado para la reconstrucción y la reconciliación. Con la gravedad de los problemas que tiene Venezuela, caer por el despeñadero del odio y la injuria, es todo lo contrario de lo que necesita el hermano país para superar la crisis y avanzar a la reconciliación y la estabilidad.

 

Con la gravedad de los problemas que tiene Venezuela, caer por el despeñadero del odio y la injuria, es todo lo contrario de lo que necesita el hermano país para superar la crisis y avanzar a la reconciliación y la estabilidad