Netanyahu, el sobreviviente | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Marzo de 2020
  • Israel en una coyuntura política inédita
  • Primer Ministro podría formar gobierno

 

A lo largo de la campaña para las elecciones legislativas en Israel, que tuvieron su cita en las urnas el lunes pasado, siempre estuvieron pendiendo sobre la cabeza del Primer Ministro Benjamin Netanyahu, cual espada de Damocles, los cargos que por soborno, fraude y abuso de confianza le imputa la Fiscalía de su país. Sin embargo, una vez más, el hombre fuerte de la política del Estado judío navegó en medio de la crisis y se impuso en los comicios, aunque los resultados definitivos solo se oficializarán la próxima semana. 

Lo cierto es que Netanyahu ya reclamó su victoria pues las últimas estimaciones le dan a su partido, el Likud, así como a sus aliados de centro derecha no menos de 58 escaños en la Kneset (como se denomina al parlamento israelí), a escasos tres diputados de la mayoría absoluta, en tanto que la coalición de su principal rival, el general (r) Benny Gantz, del partido centrista Azul y Blanco, apenas llegaría a 53 o 54 plazas. A la espera de que terminen los escrutinios, todo indica que la próxima semana el presidente israelí Reuven Rivlin le encargará al hoy Primer Ministro que forme, de nuevo, gobierno.

Aunque muchos apostaban a que le iría mal en las urnas por su encausamiento penal, la realidad política demostró lo contrario. Ahora los críticos de Netanyahu apuntan a que por los problemas judiciales no podría seguir en el poder, pero el Primer Ministro y sus abogados sostienen que probará su inocencia a la par de su tarea de gobierno.

Así las cosas, el veterano político va por un quinto mandato. Quedó claro que el electorado tiene presente los conflictos que mantienen la zozobra en las fronteras de Israel y el problema palestino que continúa sin resolverse. Según los analistas, las mayorías valoran su experiencia de 14 años en el mando, superando sucesivos retos en las urnas y enfrentando grandes crisis. Quizá por lo mismo supo sobrellevar la campaña con muchas muestras de audacia proselitista, de fortaleza política y maniobras partidistas para continuar a cualquier precio en el gobierno.

Muchos pensaban que el Primer Ministro perdería en esta ocasión, sobre todo al considerar que Gantz, hijo de una pareja que sobrevivió el Holocausto y nativo de una aldea de granjas cooperativas en el centro de Israel, es un militar de carrera. Incluso se le considera un héroe ya que, como miembro de la Brigada de Paracaidistas, le correspondió estar a cargo de la seguridad del prestigioso presidente egipcio Anwar el-Sadat cuando éste desafió toda suerte de peligros y visitó Israel en 1977. También participó en numerosas misiones de alto riesgo que fueron valoradas por sus superiores, compañeros y subalternos. Precisamente por su experiencia en la guerra sostenía en campaña que la mejor batalla era la que se ganaba sin ir al combate. Una postura que le marcó diferencia frente a los llamados “halcones” que siempre estuvieron con el Primer Ministro. Al final es claro que su discurso centrista de negociación le ganó el apoyo de los sectores moderados, aunque no fue suficiente para derrotar a un sobreviviente de la política como Netanyahu.

No hay que olvidar que las del lunes pasado eran las terceras elecciones en el último año en Israel, lo que evidencia un país muy dividido, en el cual la oposición ha estado a punto de ganar. Esa situación de desgaste político la aprovechó el Gobierno para aferrarse con desesperación al poder, en tanto sus rivales no pudieron superar las dificultades para conseguir apoyos de otras formaciones partidistas de centro e izquierda. Fue claro durante la puja proselitista que Netanyahu exprimió al máximo la ventaja de estar en el Ejecutivo y poder mostrar relevantes logros económicos, al tiempo que hacía una campaña despiadada contra su rival y se esforzaba por conseguir respaldos internacionales a su estrategia frente a los palestinos y la tensión general en Medio Oriente. Fue clave, en esa estrategia, dimensionar su alianza con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, e incluso sus relaciones con Rusia, los dos países que luchan por mantener la influencia geopolítica en la región. No en vano el titular de la Casa Blanca se está jugando a fondo para dar franco apoyo a los nuevos asentamientos de los colonos, mientras la oposición mantuvo una posición vaga al respecto e insistió en supuestos sobre futuras negociaciones con los vecinos, lo que, a la luz de los resultados del domingo, no convenció a las mayorías.

Lo cierto es que pasadas las urnas y en espera de que se oficialicen, la próxima semana, los resultados de las legislativas, Israel continúa en medio de un escenario político inédito. Un país dividido que verá a su hombre más fuerte en la última década continuar en el gobierno, pero con la sombra de los procesos penales en su contra, sin que esté claro qué puede pasar a corto plazo.