Hay que destacar el notable avance de la bancarización en el país. En este propósito ha sido clave la estrategia de los corresponsales bancarios en poblaciones  de zonas remotas donde no hay oficinas de las entidades financieras. La bancarización ha llegado a 1.098 municipios de la Nación. Está a punto de cubrirse la totalidad, que son 1.102.

Este salto que implica ir hacia adelante es de grandes proporciones porque revela que el país progresa no obstante las dificultades y la violencia. Según el Gobierno, es el país con más corresponsales bancarios en América Latina. El hecho de que más personas se vinculen al sistema financiero es indicativo de que se va por la ruta adecuada y signo de crecimiento económico. Hace cinco o seis décadas, en el apogeo de la Caja de Crédito Agrario, miles de personas tenían cuentas de ahorro en esa institución. En especial poblaciones a las cuales acudían muchos campesinos los domingos, día de mercado, contaban con ese servicio, ya que las oficinas estaban abiertas al público. La libreta de ahorros era emblemática de la Caja Agraria. Muy simple abrir una cuenta y sencillo efectuar cualquier movimiento de retiro o depósito de dinero. Las facilidades que ofrecía la entidad eran un estímulo para abrir cuentas. Tiempo después empezó a decaer el entusiasmo de los cuentahabientes, entonces disminuyeron los usuarios no solo de la Caja sino de los bancos y corporaciones.  A medida que aumentaron los costos de manejo, menos clientes. En los últimos años parece que las campañas gubernamentales y de la banca han calado y se han incrementado los usuarios del sistema. Esta tendencia también es indicativa de que se ha asimilado la necesidad de contar con los servicios bancarios. Aunque continúa siendo oneroso para los clientes la intermediación de las entidades financieras, y el crédito, todo el mundo sabe que resulta muchísimo más caro acudir  a prestamistas particulares que cobran tasa de usura.

La vinculación del público al sistema bancario refleja que la economía nacional se mueve.  Y en los próximos años cada vez más personas acudirán a los servicios bancarios mediante las nuevas tecnologías para realizar transacciones.

Es significativo el desarrollo del país en algo indispensable como es la bancarización en estos tiempos de los grandes adelantos de la ciencia que están mejorando la calidad de vida. Más del 60 por ciento de la población bancarizada. Quienes más se benefician de estar vinculados al sistema financiero son los pobres por diversas razones. En primer lugar no tienen que acudir a los créditos ‘gota a gota’, inicua explotación, gozan de facilidades para pago de servicios básicos, seguro y ahorro. En este aspecto Colombia va a la vanguardia de muchos países del mundo en los que millones de personas aún carecen de tan necesaria prerrogativa, como es la de tener acceso a la banca.  Más de dos mil quinientos millones de adultos no tienen cuentas bancarias, según recientes datos del Banco Mundial.  Es indudable que la modalidad de corresponsales y los celulares están contribuyendo de manera determinante a que la población se bancarice. Son importantes también las sugerencias de expertos a escala mundial en el sentido de que las entidades financieras procuren establecer tarifas justas a sus servicios. Es una buena recomendación y puede hacer parte de las medidas en el ámbito global para ir incorporando a la multitud de personas que todavía no ingresan a la corriente que ya dispone de los servicios de bancos y corporaciones financieras establecidas con todas las formalidades que las leyes de los diferentes países exigen para su funcionamiento. Un formidable reto para los bancos y los gobiernos lograr que los inmensos núcleos de población que faltan se bancaricen.  Y es desde luego una meta en la lucha contra la desigualdad en el planeta hacer que la gente tenga acceso a los servicios de los bancos y así se anime a desarrollar proyectos de desarrollo que le permitan salir de la pobreza.