Otra cita de egipcios a las urnas | El Nuevo Siglo
Domingo, 25 de Mayo de 2014

Una  vez más son convocados a las urnas los ciudadanos egipcios para escoger Presidente de la República. La jornada comicial se desarrollará durante dos días. Comienza mañana y culmina el martes 27 de mayo.

Se recuerda que Egipto fue cuna en la antigüedad de una civilización próspera y adelantada, en la que durante dos milenios funcionaron separadamente dos reinos: el del Alto Nilo, con capital Tebas; y el del Bajo Nilo (capital Menfis). En el año 3238 A.C se unificaron bajo el reinado de los primeros faraones que se sucedieron a lo largo de 26 dinastías. El imperio de Menfis es célebre por las tres pirámides y la esfinge de Gizeh, construidas bajo la IV dinastía. El máximo desarrollo sin embargo, se alcanzó en el Imperio Tebano con Tutmosis III. Bajo Ramsés II y Meneptah se realizaron grandes obras. Posteriormente el imperio estuvo en manos de persas, Alejandro Magno, griegos, romanos, Gran Bretaña, en calidad de protectora. En 1922 se proclamó la independencia. Pero solo en 1946 se retiraron las tropas inglesas.  

En la época moderna predominó un sistema monárquico. En 1952 el rey Faruk fue derrocado por un grupo de oficiales que proclamó la República. Gamal Abdel Nasser ocupó la presidencia en 1954. A su fallecimiento en 1970 llegó al mando Anwar el Sadat, asesinado en 1981. Le sucedió Hosni Mubarak, que se mantuvo en el cargo por tres décadas. Hace tres años una rebelión popular precipitó su derrocamiento con continuas manifestaciones en El Cairo y otras ciudades.

Sin embargo, los militares volvieron a ser protagonistas. Convocaron elecciones legislativas, en las que el triunfo fue de los Hermanos Musulmanes. Fueron anuladas. Después llamaron a elecciones presidenciales, disputadas entre un antiguo ministro de Mubarak y el líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi. Este último ganó. El temor de que se estableciera un régimen religioso desató descontento y tornaron las multitudes a protestar en todo el país para pedir la salida del mandatario, en esta ocasión Mursi. Pronto actuaron los militares y sacaron del poder a Mursi.

Ahora la situación se repite, con un militar favorito para la contienda electoral, el exjefe de las Fuerzas Armadas, mariscal Abdel Fatah al Sisi, quien tiene una popularidad del 54 por ciento y parece perfilarse como el virtual ganador. No obstante ha saltado a la arena Hamdin Sabbahi, de tendencia de izquierda, y quien ya compitió por la Presidencia en 2012 y quedó en tercer lugar. Quizá la gran mayoría de egipcios prefiere estabilidad, y persiste la tendencia favorable hacia los militares. Muchos consideran que la democracia es la mejor forma de gobierno, pero era mayor esta inclinación hace tres años.  

Seguramente Al Sisi va a ser el que consiga el favor de las masas y conquiste la Presidencia en estos comicios. Y es posible que si logra conducir al país por rutas de progreso y avanzar en políticas que mejoren las condiciones de vida de amplios sectores de la población, que se debate en la pobreza se mantenga en el poder largo tiempo.                               

La desconfianza de los egipcios hacia las autoridades se ha generalizado y ha caído el respaldo a prácticamente todas las instituciones. El Ejército, por ejemplo, ha pasado en menos de un año de tener un apoyo del 73 por ciento al 45 por ciento, mientras que semanas después de la caída del régimen de Hosni Mubarak en 2011 este nivel era del 88 por ciento. Si gana Al Sisi tendrá que sortear grandes retos con inteligencia y ser un mandatario de realizaciones. No se debe olvidar que la población está dividida. Un alto porcentaje apoya al depuesto presidente Mursi. Para obtener aceptación general el nuevo Presidente tiene que hacer un gobierno que busque la equidad, impulse políticas sociales y que este país dé un salto en progreso para todos.