Regocijo colombo-peruano | El Nuevo Siglo
Lunes, 28 de Abril de 2014

*Feria del Libro a lo grande

*Homenaje a dos eminentes literatos

 

Peruanos y colombianos estamos en estos días de regocijo y remembranza de la hermandad de nuestros pueblos, puesto que el Perú es el país invitado de honor a la 27 Feria Internacional del Libro de Bogotá, que tiene relevancia internacional y la que engalana con su prestigio el Nobel Mario Vargas Llosa. La delegación del Perú, país que  ha invertido más de US$ 2.7 millones en el evento, está presidida por la juvenil ministra de la Cultura, Diana Álvarez, que cuenta con el decidido apoyo y la infatigable actividad del embajador del Perú en Colombia, Néstor Popolizio, quien se empeña con éxito en fortalecer los lazos entre las dos naciones en el campo cultural, comercial, diplomático y social. La ministra Álvarez recordó que más de 200 peruanos participan en el evento y se efectuarán 400 actividades relacionadas con el encuentro internacional. El Gobierno peruano, y, por supuesto, el de Colombia están de acuerdo  en exaltar en la Feria del Libro al notable literato recientemente fallecido Gabriel García Márquez. En Bogotá ha conquistado el corazón de la gente la presentación del Elenco Nacional del Folclor peruano, quienes con su danza  y 44 artistas cautivan el auditorio con su oda a la libertad y hacen  vibrar su sensibilidad musical y estética, al representar el costumbrismo artístico y multicolor  de distintas regiones de ese país.

Las dos naciones hermanas han firmado en los últimos años y recientemente, acuerdo políticos y  comerciales de enorme importancia, para facilitar la inversión, el desarrollo y el comercio entre ambos países. La Alianza del Pacífico cuenta con la voluntad positiva de los gobernantes del  país anfitrión y del país invitado, Juan Manuel Santos y Ollanta Humala. En el pasado comentamos la importancia de los tratados comerciales en los que se han comprometido Perú y Colombia, como las oportunidades de negocios que se abren para las exportaciones e importaciones de ambas naciones. Por lo mismo existe un trasfondo comercial ambicioso que se desarrollará durante los encuentros de la Feria del Libro. El Perú ha desplegado en el pabellón Bogotá una gigantesca muestra de 18.000 libros con títulos de 80 editoriales. Se pretende llenar ese espacio vacío que produce el poco conocimiento en cuanto a la mutua  riqueza cultural, lo mucho que podemos compartir y aprender unos de otros En los eventos de apoyo se cuenta con una comitiva selecta de  61 escritores y más de 200 artistas, académicos, ensayistas y personalidades, con el respaldo artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional. La Cámara Peruana del Libro informa que en la Feria que se efectuó en su país el total de las empresas editoriales formales en el 2011 facturaron US$ 427 millones, de los cuales el 56.2% fue por la venta de productos nacionales al consumidor.

La penúltima vez que vimos a Mario Vargas Llosa estaba en La Heroica, rodeado de una turba de admiradores, tratando de moverse con agilidad entre la multitud de seguidores y periodistas, la cabeza poblada de abundante cabello blanco y su rostro jovial se ganaban el aplauso de la gente, al cruzar las calles… Él era el invitado principal al Festival Hay de Cartagena; al poco tiempo le dieron los suecos el Premio Nobel de Literatura, al que el público había reconocido antes como maestro y brillante exponente  de la lengua castellana. Posteriormente, por esos días en los que la nonagenaria Duquesa de Alba se casaba con su asistente, lo vimos cruzar sin afán una calle de Madrid, sin alcanzar a saludarle  y con tal motivo nos comentaron que no había aceptado presidir el Instituto Cervantes, para seguir su fecundo quehacer literario con infatigable pasión.  

En ocasión de la Feria Internacional del Libro de Bogotá se da la  coincidencia de  rendir homenaje a dos de los más valiosos escritores contemporáneos de la hispanidad, como son Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez; grandes amigos, émulos, cultores eximios del idioma de Cervantes, en algún momento compañeros de viaje de la izquierda, hasta que los caminos se bifurcan. Vargas Llosa, demócrata, se duele del atraso y la frustración a que condujo a su pueblo la revolución de Fidel Castro en Cuba. Gabo conserva su amistad con el fiero caudillo cubano sin fisuras, así compartiera sus disquisiciones y discursos contra el establecimiento, al que se había adaptado y del que por un tiempo se convirtió en invitado de todas las bodas y tertulias, sin abjurar de sus simpatías contestatarias.