Ríos y lagunas, riqueza del país | El Nuevo Siglo
Lunes, 19 de Mayo de 2014

Se  considera a Colombia como uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo. Y poco se ha hecho por preservarla. Solo en los últimos años se han adoptado políticas al respecto, pero falta mucho para en verdad contar con herramientas para proteger el entorno natural. Comenzando por los bosques que siguen arrasándolos; la tala no se detiene. El negocio de la madera es lucrativo, aunque las especies finas ya casi se han extinguido. Quizá en lo profundo de las selvas se conserven algunos árboles de maderas finas como caoba, cedro y otras.

Además de los bosques que se deben cuidar y repoblar, para evitar un desastre ecológico como sería la erosión total de inmensas áreas de terreno, hay que defender reservas tan valiosas como los páramos, evitar actividades de minería que los afectarían de manera irremediable. Estos oasis de humedad son hábitat de especies diversas de aves, en especial en la Sabana y Bogotá.

Otra riqueza valiosa que es indispensable conservar son los ríos. Estas corrientes de agua que abundan en Colombia, por lo general están abandonadas, no se las aprecia en lo que valen y representan como patrimonio natural de la nación, que debieran utilizarse en la navegación, hacerles mantenimiento y dragado; no arrojar desechos a sus cauces. Uno de estos ríos el Bogotá se tornó en cloaca pestilente. Por fortuna parece que ahora será realidad el saneamiento de sus aguas por fallo que profirió el Consejo de Estado y conmina a realizar el proyecto de descontaminación. La mayor arteria fluvial que cruza el país, el río Magdalena, también está incluido con cuantiosos recursos para su rehabilitación y posibilitar la navegación en trayecto de novecientos kilómetros. Excelente proyecto que va a beneficiar a las poblaciones ubicadas en el área de influencia de esta arteria fluvial. Y a comerciantes y exportadores, por la facilidad del envío de carga por el río con fletes más económicos que por carretera. Hay que pensar que podría ser también par barcos de pasajeros, como ya funcionó hace unas cuantas décadas. Impulsaría el turismo.      

Y no solo estos ríos merecen la atención del Estado y de la empresa privada que puede colaborar a su conservación. El Atrato, extenso caudaloso, fuente de riqueza para la región chocoana, en especial.

En la tarea de proteger las riquezas naturales del país, lugar de preeminencia ocupan los lagos y lagunas que existen en distintos puntos de la geografía nacional. Entre estos el lago de Tota, en Boyacá, para el que ya se disponen presupuesto. La Unión Europea donó 5, 7 millones de dólares, destinados a programas de mantenimiento y a ejecutar un plan de acción para mejorar las condiciones ecosistémicas del lago más extenso de la Nación, el más grande, con un volumen de 1.900 millones de metros cúbicos de agua. Pero no se trata apenas de su mejoramiento. Se deben evitar acciones que lo degrades, como la agricultura, o industrias en sus proximidades, derrames de aguas residuales. Esto no se puede seguir permitiendo ya que es una amenaza contra esta fuente que beneficia a más de 350.000 personas. Al aporte de la Unión Europea se suma el presupuesto de la administración nacional para el cuidado de este lago

En el otro extremo, sur del país, en Nariño, está la laguna La Cocha, hermosa y visitada por miles de turistas que se extasían con el maravilloso paisaje que se destaca como uno de los páramos más bajos del mundo.

El inventario de riqueza hídrica de Colombia es inmenso. Y cabe a todos la responsabilidad de cuidarlo. Los gobiernos, la comunidad, la empresa privada. Es patrimonio invaluable que se debe preservar para que también las próximas generaciones lo puedan disfrutar.