Vacunación a la vista | El Nuevo Siglo
Sábado, 19 de Diciembre de 2020

* Colombia aseguró 40 millones de dosis anti-covid

* Es prioritario no relajar las medidas sanitarias

 

La carrera de muchas naciones por acceder a las vacunas que ya han sido aprobadas para combatir el Covid-19 se continúa intensificando. Lamentablemente con una pandemia que está registrando una segunda ola en muchas latitudes el tiempo que demore un gobierno en acceder a esos biológicos bien puede significar la diferencia entre salvar miles de vidas o exponerse a perderlas.

Desde un principio se sabía que las grandes potencias y gobiernos con mayor músculo económico, que incluso invirtieron varios miles de millones de dólares financiando al mismo tiempo proyectos de investigación de vacunas de distintas farmacéuticas, universidades y centros inmunológicos especializados a nivel global, tendrían acceso preferencial a estos desarrollos científicos. Y eso efectivamente es lo que ha presenciado la humanidad en las últimas cuatro semanas, luego de que se diera vía libre a la primera vacuna que demostró un alto porcentaje de eficacia contra el coronavirus. De hecho, mientras en Reino Unido, Estados Unidos y otras pocas naciones ya están en marcha amplias campañas de aplicación de la primera dosis de la vacuna de Pfizer, la mayoría de los gobiernos europeos se alistan para comenzar sus estrategias de inmunización en pocos días.

Mientras ello ocurre, una gran cantidad de países está en una carrera desaforada para poder adquirir lotes de los biológicos que han sido aprobados. Solo hay dos opciones: negociaciones directas con las farmacéuticas o acogerse al mecanismo Covax, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es una especie de fondo común que trata con todos los desarrolladores de las vacunas, adquiere lotes grandes de las mismas y los distribuye de manera equitativa y pertinente entre decenas de gobiernos.

Desde hace tres meses Colombia decidió aplicar una estrategia de doble vía: se integró al sistema Covax y también adelantó sendos procesos de negociación directa con las farmacéuticas que tenían sus proyectos de investigación más adelantados. Ahora que ya dos de esas posibilidades tienen aprobados sus respectivos biológicos, se empezaron a concretar las transacciones. Precisamente por ello el presidente Iván Duque pudo anunciar el viernes pasado que nuestro país ya aseguró la adquisición de cuarenta millones de dosis, por lo que podrá iniciar la campaña de vacunación en febrero o incluso una o dos semanas antes. Con Pfizer se cerró un acuerdo para comprarle 10 millones de su biológico y lo propio se hizo con la farmacéutica AstraZeneca para la adquisición de una cantidad similar. Y, de igual manera, se concretó con la plataforma Covax el suministro de otros 20 millones de dosis.

Como es apenas obvio, no fue un proceso fácil ni automático, al tiempo que demanda una inversión millonaria. De hecho otros países no han podido llegar a esta instancia de acuerdos cerrados con farmacéuticas o el Covax. De igual manera, a nivel interno no solo se aprobó una ley que establece que el medicamento será gratuito sino que ya el Invima tiene un procedimiento expedito para autorizar el ingreso y el suministro de las posibles vacunas. A ello se suma que se trabaja tanto con Pfizer como con AstraZeneca para habilitar toda la logística de entrega del medicamento, las condiciones de refrigeración que requiere cada una y garantizar su distribución ágil y segura en las distintas regiones del país. No menos importante es que ya el Ministerio de Salud tiene un plan objetivo y realista sobre los tiempos, las fases y toda la logística de la vacunación, con cronogramas precisos sobre quiénes van primero, cómo se harán las coberturas regionales y el recurso humano con que se cuenta para este proceso, entre otros elementos determinantes en esta clase de ejercicios sanitarios de amplio aliento. Es más, se está pensando en arrancar en febrero pero podría ser antes, dependiendo de la capacidad de producción de las farmacéuticas y la remisión de unos lotes iniciales para pilotos del proceso. Como se ve, todo está planificado y con la suficiente antelación, incluso con cálculos muy precisos sobre cuándo el país podría llegar a la llamada “inmunidad de rebaño”.

Ahora bien, para que la aplicación masiva arranque faltan por lo menos de ocho a diez semanas. Mientras tanto es imperativo que los colombianos no bajen la guardia en materia de prevención y protocolos de bioseguridad. Y menos ahora que se está registrando un pico de contagios en distintas zonas del país y el riesgo es mayor por cuenta de las festividades decembrinas y de cambio de año, en donde la tendencia es a reunirse, a las aglomeraciones y al relajamiento de las precauciones sanitarias. Ocho o diez semanas para que arranque la vacunación puede sonar un tiempo corto, pero los ciclos de incubación del Covid-19 son muy estrechos y podrían generar una tragedia mayor en Colombia. Ya se han perdido más de 40 mil vidas y la curva de contagios y decesos viene en ascenso en el cierre de 2020. Es el momento de tener máximo cuidado, sobre todo porque ya se ve la luz al final del túnel.