Estados Unidos exhortó el viernes a todas las partes a "moverse" para evitar una crisis en el caso de Grecia, pero los europeos descartaron un rápido acuerdo de Atenas con sus acreedores, un tema que fagocitó el G7-Finanzas de Dresde.
"Todas las partes implicadas deben moverse", afirmó el secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew. "Debe haber flexibilidad por parte de las instituciones", dijo, aludiendo a la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI, que piden reformas a Grecia a cambio de darle nuevos fondos.
Atenas deberá tomar igualmente "decisiones muy difíciles" para concluir las negociaciones sobre su financiación, añadió el responsable norteamericano, que llamó a "resolver" el problema "en interés de todos y de la economía mundial".
Pero el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, lanzó un jarro de agua fría al asegurar que los "anuncios positivos" de Atenas "no reflejan completamente" el estado de las negociaciones de Grecia con sus acreedores.
Aún "queda mucho trabajo por hacer" para cerrar con éxito un acuerdo, comentó por su lado en Dresde el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
Grecia, bajo ayuda financiera del FMI y de sus socios europeos desde 2010, y dirigida desde enero por el gobierno de izquierda radical de Alexis Tsipras, negocia desde febrero con el BCE y la Comisión Europea para obtener que se le entregue un último tramo de ayuda de 7.200 millones de euros, en momentos en que el país está prácticamente sin liquidez.
Las instituciones quieren a cambio compromisos de reforma por parte de Grecia, muchas de las cuales son contrarias a las promesas electorales de Tsipras.
Pero Atenas necesita con urgencia esa suma para sus próximos vencimientos de deuda (1.600 millones de euros a desembolsar en total al FMI en junio) y, a nivel interno, para pagar salarios de funcionarios y pensiones.
- No a un 'Grexit' -
Sin embargo, en Atenas, el ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis afirmó que les quedaba a todos los actores hasta el 30 de junio --fecha de expiración del plan de rescate-- para hallar un acuerdo,
"No sería el fin del mundo si esperamos aún tres semanas" para terminar las negociaciones dijo por su lado el estrecho colaborador del primer ministro Tsipras, Nikos Pappas.
Por su parte, el ministro de Finanzas francés, Michel Sapin, aseguró al término del G7 ministerial que los países de la eurozona no contemplaban un escenario de salida de Grecia de la zona euro.
"No existe un escenario de Grexit", aseveró Sapin, en respuesta a las declaraciones de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, a la prensa alemana en ese sentido.
El primer ministro francés, Manuel Valls, también expresó la esperanza de que "será posible llegar próximamente a un acuerdo". "De ninguna manera trabajamos sobre una salida de Grecia de la zona euro, ese no es un escenario para nosotros", aseguró Valls desde el sur de Francia.
El caso griego, que no estaba oficialmente en la agenda, ha oscurecido los demás temas que la presidencia alemana quería colocar en primer plano: las perspectivas de crecimiento mundial, la lucha contra la evasión fiscal y la financiación del "terrorismo".
Las grandes potencias del G7 - Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania -, cuyos jefes de Estado y gobierno se reúnen el 7 y 8 de junio en Baviera, también impulsaron un "código de conducta" de los bancos, tarea encargada al Comité de estabilidad financiera (Financial Stability Board) basado en Basilea (Suiza).
En fin, "todos los países" del G7 se declararon de acuerdo en añadir la divisa china, el yuan, a la lista de monedas de referencia del FMI, aunque sin precipitar dicho proceso, según explicó el ministro Schäuble al término de la reunión.