Al menos 16 personas murieron y 38 resultaron heridas, la mayoría civiles, este martes en Kandahar, gran capital del sur de Afganistán, en la explosión de un minibús con bombas que la policía intentó desactivar en el centro de la ciudad.
Casi cuatro horas después de la explosión, ocurrida al mediodía, el balance era todavía susceptible de aumentar, con víctimas con riesgo de haber quedado atrapadas bajo los escombros, advirtió un funcionario del hospital local.
La explosión se produjo al mediodía local (07H30 GMT) en el centro de Kandahar.
"Estaba en mi tienda cuando se produjo la explosión, me encontré ahogado en humo, manchado de sangre, con la mano rota", informó un vecino a la AFP.
Se desconoce al grupo que intentaba emplear el vehículo y aún era imposible saber si el ataque era inminente o si estaba planeado para una fecha posterior.
De acuerdo al jefe de la policía Mohamad Qasim Azad, preguntado por la AFP, "las fuerzas de seguridad habían estado siguiendo desde la mañana un vehículo que podría usarse como un coche suicida: encontraron el minibús lleno de explosivos, estacionado cerca de una parada de autobús".
"El vehículo explotó cuando los policías trataban de desactivarlo", añadió el responsable.
El portavoz del gobernador provincial, Daud Ahmadi, precisó que "las fuerzas de seguridad actuaron con el apoyo de una información (...) la zona había sido evacuada" antes de la explosión, lo que redujo el número de víctimas.
Según Daud Ahmadi, "fue encontrado también un gran contenedor cerca del sitio de la explosión, lleno de explosivos, de RPG (lanzacohetes), de chalecos suicidas (con explosivos) y de municiones".
Para él, "los terroristas tramaban llevar a cabo un enorme atentado hacia el fin del ramadán, cuando la ciudad está llena de gente que prepara las fiestas de Eid (...) Por suerte, las fuerzas de seguridad evitaron este desastre".
Bajo los escombros
"Las últimas cifras disponibles hablan de 16 muertos y 38 heridos. Pero tenemos todavía ambulancias en el lugar ya que podría haber otras víctimas debajo de los escombros", indicó a la AFP el responsable del hospital, Mirwais de Kandahar.
La mayoría de las víctimas son civiles, de acuerdo con el jefe de policía.
El portavoz del gobernador provincial confirmó este balance, añadiendo que las fuerzas de seguridad perdieron a cuatro hombres y que al menos otros diez resultaron heridos. La explosión afectó también a cinco niños, añadió.
Es el segundo incidente que ha matado a civiles desde el inicio del ramadán, observado en Afganistán desde el 17 de mayo.
El viernes por la noche murieron ocho personas y 45 fueron heridas en una triple explosión en un partido de críquet en Jalalabad (este), reivindicada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
La misión de la ONU en Afganistán (Manua), que cuenta desde hace nueve años las víctimas civiles, dice que los ataques contra la población en el primer trimestre de 2018 ya han provocado el doble de víctimas que en el primer trimestre de 2017, con 763 civiles asesinados y 1.495 heridos entre enero y marzo, un 39% de ellos en atentados.