ABANDONAR la carrera por la Casa Blanca no está en sus planes porque, pese a que admitió su pésimo desempeño en el debate contra Donald Trump –que achacó a un cuadro gripal y a que “estaba agotado” por sus viajes–, el presidente Joe Biden sostuvo que "nadie está más calificado que yo para ser presidente o ganar estas elecciones",
En entrevista con el periodista George Stephanopoulos, una primera prueba de fuego tras el mal desempeño que tuvo en el primer cara a cara con su retador conservador, el líder demócrata defendió tan obstinada como laboriosamente su candidatura a un segundo mandato y reiterando algunos ataques a Trump, a quien señaló como un “mentiroso patológico”.
A diferencia de esos 90 minutos del debate en CNN, el presidente Biden se expresó en esta entrevista con mayor fluidez y tranquilidad. Sin embargo, habló con voz apagada, algunas veces ronca, y en algunas respuestas dejó frases incompletas e inconexas. En otras fue dubitativo y en varias más divagó.
Un ejemplo: cuando fue indagado por el resultado de las encuestas. Empezó su respuesta así: "Preparé lo que normalmente habría como respuesta a líderes extranjeros o el Consejo de Seguridad Nacional, para ser explícito. Y me di cuenta, más o menos a mitad de camino... ya sabes, todo lo que me citan es que ‘The New York Times’ me tenía 10 puntos abajo antes del debate, nueve ahora, o lo que sea. Lo cierto es que lo que yo vi es que él también mintió 28 veces”.
Entonces el entrevistador volvió a la pregunta inicial de la entrevista, que fue sobre las razones de su desempeño en el debate, y Biden indicó: “Por supuesto que tuve una mala noche... Fue un episodio muy malo. No había indicios de ninguna condición grave. Estaba exhausto. No hice caso a mis instintos en cuanto a la preparación y... tuve una mala noche".
Stephanopoulos presionó a Biden: "¿Por qué no hubo suficiente tiempo de descanso, suficiente tiempo de recuperación?"
"Porque estaba enfermo. Me sentía terrible. De hecho, los médicos que estaban conmigo me preguntaron si me habían hecho una prueba de covid, porque estaban tratando de averiguar qué me pasaba. Me hicieron una prueba para ver si tenía o no alguna infección, ya sabes, un virus. No la tenía. Simplemente tenía un resfriado muy fuerte".
Luego le indagó: "¿Viste alguna vez el debate después?", a lo que Biden con un silencio inicial y dubitativo contestó: "No creo que lo haya hecho, no".
Enseguida el periodista le preguntó si sabía lo mal que estaba la cosa mientras estaba en el escenario, y el presidente señaló “Sí, mire. Durante todo el proceso de preparación, no fue culpa de nadie, fue culpa mía. No fue culpa de nadie más que mía. Preparé lo que normalmente haría cuando me reuní con los líderes extranjeros o el Consejo de Seguridad Nacional para obtener detalles explícitos”, pero enseguida vino la desconexión: “Y me di cuenta, a mitad de camino, ya sabe, de que el ‘New York Times’ me había dado diez puntos antes del debate, y nueve ahora, o lo que sea. El hecho es que, lo que vi, es que él también mintió 28 veces. No pude... quiero decir, la forma en que se desarrolló el debate, no fue culpa mía, ni de nadie más, ni de nadie más".
Y añadió que aunque el micrófono de su contrincante estaba apagado, “me estaba gritando y distrayendo... no tenía el control de lo que ocurría”.
“Ser presidente es un test cognitivo diario”
El analista y comentarista político de la cadena televisiva continuó con una serie de preguntas claras y específicas sobre las dudas que rondan a los electores, entre ellas si pensaba dar un paso al costado en la carrera presidencial y si estaba en capacidad de servir al país cuatro años más.
"Nadie está más calificado que yo para ser presidente o ganar estas elecciones", enfatizó Biden y sostuvo que varios líderes demócratas le dijeron que debía permanecer en esta contienda electoral.
"Si el Señor Todopoderoso bajara y dijera 'Joe, retírate de la carrera', yo me retiraría de la carrera, pero no va a bajar", dijo el presidente estadounidense.
También consideró que su cargo equivale a realizar un test cognitivo cada día, cuando el periodista George Stephanopoulos le preguntó si estaría dispuesto a someterse a este tipo de prueba. "Realizo un test cognitivo todos los días (...) No solo en la campaña... estoy a cargo del mundo, somos la principal nación del mundo. Hoy estuve al teléfono con el primer ministro de Israel, hablé con el nuevo primer ministro de Inglaterra”, dijo el mandatario de 81 años.
En otro acápite manifestó que "no cree" en los sonidos que dan a su rival una ventaja a nivel nacional y en los estados clave. Desde su punto de vista, está "codo con codo" con Trump. Cuando el periodista le dijo que nunca había visto a un presidente ser reelecto con un 36 % de aprobación, respondió: "No creo que ese sea mi índice de aprobación".
"Soy candidato"
En el primer fragmento de la entrevista, que duró 22 minutos, el presidente fue menos enérgico que durante un mitin pronunciado con teleprónter (apuntador óptico para seguir un discurso en una pantalla) poco antes de grabar la entrevista en Madison, en el estado de Wisconsin.
"Probablemente habréis escuchado que tuve un pequeño debate la semana pasada. No puedo decir que haya sido mi mejor actuación, pero desde entonces ha habido mucha especulación. ¿Qué va a hacer Joe? ¿Se quedará en la carrera? ¿Qué va a hacer? Bueno, aquí está mi respuesta: Me postulo y voy a ganar de nuevo", dijo combativo y decidido en ese acto público.
Luego indicó: "Déjenme decir esto tan claramente como pueda: sigo en la carrera. Derrotaré a Donald Trump" en las elecciones de noviembre, insistió ante “un millón de seguidores”, según su equipo de campaña.
"¿Creen que soy demasiado viejo para vencer a Donald Trump?", preguntó, a lo que el público respondió con un rotundo "¡No!".
El demócrata, que abandonó el escenario al son de una canción cuyo título es "No daré marcha atrás", también destacó las metidas de pata de su rival, cuya edad y agudeza mental despiertan menos preocupación entre la opinión pública.
Detrás de él, entre el público, un espectador llevaba un cartel que decía: "Pasa el testigo, Joe".
El candidato demócrata aún tiene mucho trabajo por delante para borrar la desastrosa impresión que dejó su debate con Trump, cuyas repercusiones inmediatas no supo gestionar. Y la entrevista que concedió a “ABC” no ayudó mucho a disipar las dudas.
Como consecuencia ha aumentado la preocupación dentro del partido por su aptitud mental. Un puñado de congresistas demócratas ya han pedido que tire la toalla.
Los demócratas "necesitan" un candidato capaz de vencer a Donald Trump, opinó el congresista Brad Sherman en la red social X.
"En los próximos días le exhorto a que escuche al pueblo estadounidense y evalúe cuidadosamente si sigue siendo nuestra mejor esperanza para derrotar a Donald Trump", escribió la gobernadora de Massachusetts, Maura Healey, en un comunicado, dos días después de que Biden se reuniera con un grupo de gobernadores.
Su equipo de campaña redobla esfuerzos. El viernes publicó un intenso plan de batalla para el mes de julio, que incluye un bombardeo de anuncios televisivos, visitas a todos los estados clave, especialmente en el suroeste del país durante la convención republicana, del 15 al 18 de julio.
Biden también será el anfitrión de una cumbre de líderes de la OTAN la próxima semana y aprovechará para dar una rueda de prensa, que será escrutada con lupa. Será el jueves, informó un funcionario estadounidense que pidió mantener el anonimato.