El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha dejado claro que no aceptará ningún alto el fuego temporal para pausar la ofensiva sobre la Franja de Gaza si no está garantizada la liberación de los más de 240 rehenes que permanecen retenidos por milicianos palestinos, en un mensaje con el que ha llamado a seguir trabajando hasta lograr una "clara" victoria que, espera, "resuene durante generaciones".
"No nos detendremos hasta la victoria", ha advertido Netanyahu, que entiende como tal "destruir" a Hamás, "restaurar la seguridad" de Israel y liberar a todas las personas retenidas en Gaza. En este sentido, ha alabado de nuevo la labor de las Fuerzas de Defensa y su papel en una ofensiva que incluye también operaciones terrestres sobre el territorio costero.
"Estamos intentando luchar con el menor peligro posible para nuestros combatientes, pero haremos lo que sea necesario para derrotar a los enemigos", ha sentenciado el mandatario durante su discurso, compartido en redes sociales.
El mensaje del primer ministro israelí ha coincidido con otro discurso público del líder del partido-milicia Hezbolá, Hasán Nasralá, que aún no se había pronunciado desde el inicio de la actual escalada de violencia, y Netanyahu ha pedido a "los enemigos del norte" que no cometan "errores". "No os podéis imaginar cuánto os costaría", ha señalado.
Netanyahu, que este mismo viernes se ha reunido con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha descartado igualmente la entrada de combustible en la Franja de Gaza o cualquier posible ayuda económica, según informa el diario 'Times of Israel'.
Por su parte, el influyente líder del Hezbolá libanés, Hassan Nasrallah, pronunciará su primer discurso desde el estallido de la guerra, en el que debe aclarar si su grupo, aliado de Hamás y respaldado por Irán, entrará de lleno en el conflicto.
Desde el ataque de Hamás, que dejó más de 1.400 muertos según las autoridades israelíes, los 2,4 millones de habitantes de Gaza viven asediados y bajo bombardeos constantes de Israel, que provocaron más de 9.200 muertos, de ellos más de 3.800 niños, según el movimiento islamista.
En la incursión de Hamás en territorio israelí, los comandos también secuestraron a más de 240 personas.
"Volverán en bolsas negras"
Después de una semana de combates en el norte de la Franja, los soldados israelíes consiguieron "cercar la ciudad de Gaza, centro de la organización terrorista Hamás", anunció el jueves el portavoz militar Daniel Hagari.
"Estamos en el corazón de la campaña (militar), nuestros éxitos son impresionantes", celebró Netanyahu el jueves en una visita a una base militar cerca de Tel Aviv.
El dirigente reconoció que la operación es "difícil" y que incluye "pérdidas dolorosas". Hasta ahora, el ejército ha notificado 332 soldados muertos.
Israel bombardeó el enclave el viernes de madrugada, según un periodista de la AFP.
De acuerdo con el ministerio de Salud de Hamás, que gobierna el territorio, siete personas murieron en un ataque en Jabaliya, un campo de refugiados en el norte de la Franja, y donde fallecieron cerca de 200 personas en anteriores bombardeos esta semana. En el barrio de Zaytun, en la ciudad de Gaza, fallecieron otras 15 personas.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU estimó que los bombardeos contra Jabaliya, el mayor campo de refugiados de Gaza con unos 116.000 residentes, podían constituir "crímenes de guerra".
Las Brigadas Ezzedin al Qassam, el brazo armado del movimiento palestino, señalaron que habían atacado a soldados israelíes cerca de Beit Lahia, en el norte del enclave.
Videos compartidos por Hamás muestran a sus combatientes emergiendo de túneles para atacar los tanques israelíes, cuyo avance es difícil por la destrucción causada por los bombardeos.
"Gaza será una maldición en la historia de Israel" y muchos de sus soldados "volverán en bolsas negras", dijo un portavoz de las Brigadas.
El ejército israelí afirmó haber combatido contra "unidades terroristas" que usaron "misiles antitanque" y artefactos explosivos improvisados.
En la densamente poblada ciudad de Gaza, algunos de sus habitantes han buscado refugio cerca del hospital Al Qods.
"Necesitamos un lugar seguro para nuestros niños", dijo a la AFP Hiyam Shamlakh, de 50 años. "Todo el mundo está aterrorizado. Los niños, las mujeres, los ancianos", agregó.
Desde el miércoles, heridos y personas con pasaporte extranjero pudieron dejar el territorio asediado a través del paso fronterizo de Rafah con Egipto, el único acceso a Gaza no controlado por Israel.
La ONU señaló que unos 60 heridos y alrededor de 400 extranjeros o personas con doble nacionalidad salieron el jueves, una cantidad similar al día anterior.
Israel empezó este viernes a enviar de vuelta a Gaza a todos los trabajadores de ese enclave que se encontraban en su territorio en el momento del ataque de Hamás.
"Israel corta todos los vínculos con Gaza, no habrá más trabajadores palestinos de Gaza", había indicado la víspera el gabinete de seguridad israelí. Unos 18.500 gazatíes tenían un permiso de trabajo cuando estalló la guerra, según las autoridades israelíes.
La ONU dijo estar "profundamente preocupada" con esta medida, teniendo en cuenta "la gravedad de la situación" en el enclave palestino.
Tensión en Líbano
La visita de Blinken, que después debe viajar a Jordania, se produce en un momento de preocupación por una expansión regional del conflicto.
La guerra incrementó las tensiones en Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967, donde este viernes murieron seis palestinos en una serie de incursiones del ejército israelí. La situación en este territorio es "alarmante y urgente", advirtió la ONU.
Israel también anunció un "vasto ataque" el jueves contra posiciones de Hezbolá en el sur de Líbano, en respuesta a disparos procedentes de esa zona contra el norte de su territorio.
La violencia ya dejó más de 70 muertos en el sur de Líbano desde el 7 de octubre, según un recuento de AFP, la mayoría combatientes de Hezbolá. Del lado israelí murieron ocho soldados y un civil, según las autoridades.
Además de los bombardeos, Israel impuso un asedio prácticamente total de ese territorio de 362 km2 cortando el acceso de agua, comida, electricidad y combustible.
Este asedio se flexibilizó apenas en los últimos días para encaminar algunas provisiones en más de 370 camiones de ayuda humanitaria, según la ONU, que reclama que sean más.
La ONU estimó la ayuda necesaria para la población de Gaza y Cisjordania en 1.200 millones de dólares hasta finales de 2023, indicó la agencia a cargo de la coordinación humanitaria de la institución (OCHA).