SORPRESIVA, pero de buen recibo en todos los ámbitos, fue la designación del exprimer ministro David Cameron como canciller del Reino Unido, sin duda un tan estratégico como acertado movimiento del jefe de gobierno, Rishi Sunak, en un momento clave de la política doméstica e internacional británica.
Siete años alejado de la política tras perder el referendo del Brexit que promovió, Cameron es una de las figuras más respetadas, creíbles y moderadas del partido ‘tory’, lo que aunado a su experiencia (líder de los conservadores durante once años y primer ministro por seis) es prenda de garantía para dos hechos claves: el reposicionamiento de Gran Bretaña en la complicada escena internacional y el viraje hacia la centroderecha del partido con el ojo en el 2024.
Con las elecciones generales en el horizonte, una leve caída en las encuestas por el consabido desgaste de gobierno, pero sobre todo para afrontar y aportar en el momento difícil de “profundos cambios globales”, tal cual lo exaltó el nuevo Canciller, es que el regreso de éste a la escena política inglesa y mundial es un ‘cabezazo’ de Sunak, quien aprovechó la inevitable destitución de su ministra del Interior, Suella Braverman, para reorganizar el gabinete.
Braverman estaba en el ‘ojo del huracán’ desde hace semanas y las fuertes críticas que hizo a la policía por la autorización de la marcha propalestina que tuvo lugar el sábado fue el vaso que colmó la paciencia del jefe de gobierno. Representante del ala radical, la ministra había protagonizado otros escándalos como filtrar documentos oficiales y unas declaraciones tan fuertes como inapropiadas por la crisis migratoria en el Canal de la Mancha.
Con la oportunidad y consciente de que Cameron más que un refuerzo clave que estabilizará su gobierno coadyuvará al redireccionamiento del Partido Conservador que la ciudadanía reclama, Sunak designó en el ministerio del Interior a James Claverly, quien fungía en Exteriores, y en esa cartera designó a Cameron luego de que la Cámara de los Lores (alta) del Parlamento avalara dicho nombramiento ya que el líder conservador en ‘retiro’ no era diputado.
"Hoy, @RishiSunak está fortaleciendo su equipo de gobierno para implementar decisiones a largo plazo para un futuro mejor", afirmó la formación conservadora en X.
Pese a sus siete años alejado de la política, Cameron trinó que espera que su "experiencia" de más de una década al frente del partido conservador y seis años al frente del gobierno (2010-2016), le sirvan para "ayudar" a Sunak a hacer frente a los "desafíos" internacionales, citando la guerra en Ucrania y la crisis en Medio Oriente.
En otro mensaje por la red social X, admitió que ha estado de acuerdo con “algunas decisiones" del actual jefe de Gobierno, pero que sin duda éste ha demostrado "un liderazgo ejemplar en un momento difícil".
Posteriormente en la icónica puerta con el No.10 de Downing Street, en Londres, afirmó: "El primer ministro me ha pedido que sea ministro de Exteriores y he aceptado con gusto…Lo hago para ayudar al país a encarar los retos vitales que enfrenta el mundo en este momento y con el objetivo de que Reino Unido siga del lado de sus aliados y trabajando para que se oiga su voz en la escena internacional”.
En este sentido, sostuvo que la estabilidad y la seguridad a nivel global es también esencial para los intereses nacionales, al tiempo que alabó el desempeño del personal diplomático de Reino Unido.
"La seguridad internacional es vital para nuestra seguridad interna", sostuvo Cameron, quién con vasta trayectoria política, se convierte en pilar del gobierno ‘tory’.
Entre los primeros en felicitar a Cameron, por su incorporación al Gobierno estuvo su sucesora en Downing Street, Theresa May, que alabó la "inmensa experiencia en la escena internacional" del nuevo jefe de la diplomacia. Agregó que dicha experiencia es clave "en este momento de gran incertidumbre".
Entre tanto, algunos analistas políticos como Ezequiel González Ocantos, profesor argentino de Ciencias Políticas de la Universidad de Oxford consideran que "la autoridad de Sunak había quedado muy golpeada luego de las declaraciones de la ahora exministra. Algunos especulan con que Braverman buscaba una salida del gabinete para posicionarse como rival interno de Sunak y como futura candidata a liderar el partido en caso de que el gobierno pierda las generales dentro de un año".
Agrega que "con su salida, Sunak busca restablecer su autoridad y apelar a los sectores moderados que han abandonado el partido. Esto también puede apreciarse con la llamada a Cameron para integrar el gabinete”.
Ave fénix
Aunque en su momento (2016) muchos consideraron que la forzada salida de Cameron del No.10 de Downing Street era más que una desgracia pasajera el fin de su carrera en el partido conservador, su inesperado y bien recibido retorno al equipo gobernante evidencia no sólo su credibilidad política sino la influencia que tendrá en el inmediato futuro de los ‘tories’.
Cameron dio ese forzado paso al costado al perder el refrendo para la salida de su país de la Unión Europea, (defendía la permanencia), pero siempre estuvo del acontecer político. ¿Estaba en sus planes volver al ruedo? Lo más probable es que no, pero la fuerza de las circunstancias lo llevó a resurgir, cual ave fénix, en un momento vital para el gobierno y el partido.
Michael Heseltine, figura de gran reputación entre los conservadores y que formó parte de los gobiernos de Margaret Thatcher y John Major, del que fue viceprimer ministro, alabó la figura de Cameron tras conocerse su nombramiento.
"David Cameron tiene una imagen y una reputación", dijo, añadiendo que la medida ha "acabado" con el reciente "saqueo de la derecha" en el partido.
"Este es el cambio más grande que Sunak podría hacer. Porque es la señal más clara de que el volantazo hacia la derecha y el movimiento antieuropeo que hemos visto han sido acallados", afirmó.
Educado en el prestigioso colegio de Eton, cercano al Palacio de Windsor, y en la Universidad de Oxford, Cameron se hizo muy joven con las riendas del partido conservador, siendo el líder de la formación en 2005, con apenas 39 años.
Ahora, a sus 57 años, se enfrenta como nuevo ministro de Relaciones Exteriores a dos temas difíciles como son la Guerra de Ucrania y el conflicto entre Hamás e Israel.
En sus memorias, en 2019, el hoy canciller lanzó un feroz ataque contra su antiguo rival y entonces primer ministro, Boris Johnson, acusándolo de apoyar el Brexit sólo para impulsar su propia carrera.
El Brexit fue su mayor revés político, aunque a nivel personal vivió una tragedia familiar.
El mayor de sus cuatro hijos, Ivan, nació con el síndrome de Ohtahara, una rara combinación de parálisis cerebral y epilepsia grave, falleciendo en 2009, a la edad de seis años.
Aquella derrota en el referendo llegó tras una serie de éxitos de Cameron, que logró guiar a su partido hacia la victoria en las elecciones de 2015, logrando la mayoría absoluta.
También ganó otro referendo, el de la independencia de Escocia, en 2014.
Esa espiral exitosa se vio frenada por la consulta popular que llevó al Brexit, el 23 de junio de 2016.
Antes de aquella derrota, había anunciado que no se presentaría a las elecciones de 2020, queriendo dedicar más tiempo a su mujer y a sus tres hijos.
Un puesto de canciller y un partido conservador en apuros, con las encuestas en contra respecto a los laboristas de cara a las elecciones del 2024, pusieron abruptamente fin al período sabático de Cameron.