ROZANDO el cuarto mes de su tercer mandato, el que obtuvo pese a que su partido socialista no ganó las legislativas de julio pasado, el jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, está políticamente muy debilitado y en riesgo de que su ejecutivo sea de corto aliento.
En las pasadas elecciones generales, el conservador Partido Popular liderado por Alberto Núñez Feijóo fue el partido más votado (33%), lo que le representó 137 parlamentarios, mientras el gobernante Partido Socialista Obrero Español (Psoe) tuvo el 31,6% de los apoyos (121votos diputados). Sin embargo, con las impensables concesiones que hizo al exiliado líder catalán, el independentista Carles Puigdemont y su partido Junts Per Catalunya (Junts), logró sumar siete parlamentarios a la coalición de izquierda para reelegirse.
"El proceso que nos ha traído hasta este día no ha sido fácil. Gracias por la confianza", dijo el pasado 16 de noviembre Sánchez al iniciar un su tercer mandato que, en teoría debe ser de cuatro años, pero que ante los beneficios otorgados a los independentistas -desde un inédito aumento a los presupuestos catalanes y la condonación de la deuda hasta una ley de Amnistía total- y el estallido del “caso Koldo”, un multimillonario negocio de corrupción con la compra de mascarillas, se avizora muy complejo y de corta duración.
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Las negociaciones secretas con Puigdemont prendieron la ‘mecha’ del inconformismo con Sánchez. Se avivó meses después al conocerse los alcances de la amnistía que convertida en ley ‘perdonará’ los delitos de terrorismo y traición a la patria de los implicados en el ‘procès’ y el ‘tsunami demócratic’ y ayer tuvo un tan inesperado como alto pico de tensión: la decisión del presidente del gobierno catalán de adelantar elecciones para mayo, trastocando de paso la legislatura nacional.
Ese anuncio fue solo una de las tres tan sorpresivas como malas noticias para el gobernante socialista español. Su ‘día’ negro empezó con los resultados del Barómetro de opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) -oficialista- que revela, entre otras cosas, un aumento en la ventaja de los conservadores frente a los socialistas, que el líder de los populares Núñez Feijóo es el mejor valorado y que una éstos en alianza con Vox superan, de lejos, a la coalición de partidos de gobierno.
La medición, que corresponde a marzo, es la primera tras las elecciones gallegas (donde el PP revalidó su mayoría absoluta) y el estallido del 'caso Koldo' (que salpica al entorno de Sánchez), sitúa al partido conservador casi tres puntos por encima de los socialistas, rompiendo el empate técnico del mes anterior.
En concreto, la encuesta sitúa al PP en cabeza con una estimación de voto del 34% y 2,7 puntos de ventaja sobre el Psoe, que se queda en un 31,3%. Los 'populares' sacan además cinco puntos a los socialistas en voto ya decidido, con un 25,2% por el 20,8%.
Por su parte, Vox escala hasta la tercera plaza y anota una estimación de voto del 9,9%, por delante del 9,2% de Sumar (izquierda), que hasta ahora mantenía con holgura la medalla de bronce.
La encuesta se basó en 3.931 entrevistas telefónicas realizadas en los cinco primeros días de marzo a españoles de 1.200 municipios de 50 provincias, con una margen de error de más/menos 1,6 puntos. En esas fechas se había confirmado la mayoría absoluta del PP en Galicia, la Ley de Amnistía seguía sin acuerdo tras no haberse podido aprobar el 30 de enero, y en los medios predominaba el 'caso Koldo' que llevó al Psoe a exigir el escaño al exministro José Luis Ábalos, que optó por irse al Grupo Mixto.
En ese contexto, y al ser preguntados por su intención de voto si mañana mismo hubiera elecciones, la cuarta parte de los encuestados ya adelanta su apoyo al PP (25,2%), mientras que el Psoe se queda en el 20,8%. Ante esa pregunta directa, un 7,7% piensa en la abstención, un 15,7% no lo tendría claro y un 4,6% prefiere no contestar.
A quienes no se pronuncian se les pregunta por el partido con el que más simpatizan, y la suma con la intención de voto vuelve a favorecer al PP con un 27,3% frente al 25,4% de los socialistas.
La conclusión del CIS, ya con todas las respuestas del cuestionario y su propia fórmula de cálculo, es que el PP cuenta en marzo con una estimación de voto del 34%, ocho décimas más que el mes anterior y un punto por encima del resultado con el que ganó las elecciones generales de julio pasado.
Por el contrario, el partido socialista pierde adeptos y ahora aparece con un apoyo del 31,3%, 1,7 puntos por debajo del dato de febrero y por debajo del 31,7% que logró en las generales. Eso hace que la diferencia entre los dos grandes partidos, que hace un mes era de sólo dos décimas a favor del PP, se haya disparado hasta los 2,7 puntos.
Además, Sumar pierde el tercer puesto que las encuestas del CIS le venían renovando mes tras mes; en marzo los de Yolanda Díaz se quedan con un 9,2%, un punto menos que el mes anterior, mientras que Vox sube dos puntos hasta el 9,9% y llega al tercer lugar. Es decir, la suma de PP y Vox supera a los dos partidos que forman el Gobierno de coalición: 43,9% frente al 40,5%, algo que no ocurría desde noviembre.
Luego está Podemos, que computa por separado después de que abandonara Sumar el pasado diciembre, y que este mes aparece con un 2,2%, siete décimas menos que el mes anterior.
En cuanto a los partidos de ámbito territorial, Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) vuelve a estar por delante de Junts, pero ahora con menos ventaja (1,9% frente al 1,2% de los de Puigdemont), mientras que Bildu aparece este mes por delante del PNV (1,1% por un 0,9% de los nacionalistas), una primacía que se había roto en febrero.
Otro dato relevante de la encuesta es que el 'popular' Alberto Núñez Feijóo ha pasado a ser el líder político mejor valorado, con una nota de 4,22 puntos, superando tanto a la vicepresidenta Yolanda Díaz (4,11) como al presidente Pedro Sánchez (4,10). Lejos sigue el líder de Vox, Santiago Abascal, con 2,82 puntos.
Además, ahora el líder socialista genera desconfianza en siete de cada diez españoles (un 69,5% de los encuestados), frente a un 28,4% que asegura confiar mucho o bastante en el presidente.
De otra parte, el barómetro revela un aumento en la preocupación ciudadana por la corrupción. Este fenómeno vuelve así al 'top ten' de los problemas de España del que llevaba fuera muchos meses y se coloca en la sexta posición con un 12,2% de menciones, frente al 4,9% del mes anterior.
El “caso Koldo” aumentó el malestar ciudadano tras conocer no sólo por el forzado salto político del exministro Ábalos, quién habría estado al tanto de los negocios de Koldo García quien fue su asesor en Fomento y estaría implicado en una trama de cobro de mordidas por contratos públicos para la venta de material sanitario en pandemia, sino por las denuncias de que la actual presidenta del Congreso, Francina Armengol, habría comprado esas mascarillas cuando gobernaba Baleares.
Elecciones y presupuestos
La tercera sorpresiva noticia del día para Sánchez es, sin duda, la peor de todas. La convocatoria a elecciones anticipadas en Cataluña, para el 12 de mayo, no sólo evidenció el grave enfrentamiento entre el gobernante ERC con Junts, abriendo de paso una lucha política entre el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés y Puigdemont, sino que trastocará la legislatura española ante la negativa del presidente de esta región a apoyar el Presupuesto Nacional 2024.
"Hoy las líneas rojas y el bloqueo entre unos y otros han comportado que el presupuesto con más recursos de la historia de la Generalitat de Cataluña haya sido rechazado", dijo Aragonés, enfatizando que el 'no' de los grupos a esta iniciativa es una "irresponsabilidad", y que estos vetos cruzados no han sido contra el Govern, sino contra los ciudadanos de Cataluña, contra sus intereses y contra los servicios públicos.
Tras el adelanto, las nuevas elecciones en esta dinámica región de ocho millones de habitantes, y uno de los motores económicos de España, se celebrarían antes de que la ley de amnistía esté completamente aprobada por el Parlamento español, ya que le resta su trámite en el Senado.
Eso, en teoría, podría complicar la postulación de varios potenciales candidatos como el propio Carles Puigdemont. Pero con la celeridad que se ha dado a este exigente compromiso de Sánchez con Junts, es posible que salga mucho antes.
En la eventualidad que el amnistiado Puigdemont participe y gane en las urnas al socialista, Salvador Illa, el liderazgo de Sánchez quedará ‘herido de muerte’.