El Gobierno de Estados Unidos advirtió que no reconoce a Alexander Lukashenko como presidente legítimo de Bielorrusia, después de poner en duda las elecciones que supuestamente le han dado su sexto mandato consecutivo.
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"Estados Unidos no puede considerar a Alexander Lukashenko como el líder legítimo de Bielorrusia", sentenció un portavoz del Departamento de Estado norteamericano.
Washington ha abogado por la apertura de un "diálogo nacional", de tal forma que "la población bielorrusa pueda ejercer el derecho de elegir a sus líderes en unas elecciones libres y justas y con observadores independiente".
Lukashenko tomó posesión el miércoles como presidente, en una ceremonia que no había sido anunciada con antelación y que ha estado marcada por las protestas de opositores y manifestantes.
La Comisión Electoral concedió al mandatario más del 80% de los votos en las elecciones del 9 de agosto, cuestionadas por la oposición.
La Unión Europea (UE), por su parte, rechazó ayer la ceremonia de toma de posesión, insistiendo en que no reconoce su legitimidad democrática por considerar que ha sido elegido en unos comicios que no fueron libres ni justos.
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"La UE no reconoce esos resultados fraudulentos, por lo que la denominada toma de posesión de este miércoles y el nuevo mandato de Lukashenko carecen de cualquier legitimidad democrática", señaló el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, en una declaración conjunta de los Veintisiete.
Borrell dijo que la toma de posesión contradice lo que una parte importante de la población bielorrusa ha expresado en unas protestas numerosas y sin precedentes y subrayó que este acto solo ahondará la crisis política abierta en el país tras las elecciones.
El Alto Representante recalcó que los ciudadanos bielorrusos deben elegir libremente a sus representantes en unos nuevos comicios que sean "inclusivos, transparentes y creíbles". Además, envió un mensaje de apoyo a la ciudadanía, mostrando su solidaridad con las movilizaciones prodemocráticas y su apoyo a que puedan ejercer su derecho a elegir.
"Estamos impresionados por el coraje de la población bielorrusa que sigue manifestándose pese a la brutal represión de las autoridades", señaló Borrell, antes de reiterar su petición a Minsk para que frene la violencia y ponga en libertad a las personas que han sido retenidas.
Por último, la UE insistió en que la salida a la crisis pasa por un diálogo interno que pueda dar respuesta a las demandas de la ciudadanía y que para ello son necesarias nuevas elecciones en las que se respete el sentir de los bielorrusos.