EL VICE primer ministro británico, Oliver Dowden, advirtió el domingo del riesgo de injerencia rusa en la campaña para las elecciones del 4 de julio, después de que un medio de comunicación australiano desvelara actividades coordinadas en Facebook.
“Hay una amenaza en todas las elecciones, y de hecho la vemos en estas elecciones, por parte de actores hostiles que buscan influir en el resultado”, declaró Dowden en Sky News.
“Rusia es un ejemplo, y este es un ejemplo clásico del juego ruso”, añadió, mencionando una operación de “bajo nivel”.
La televisión pública australiana ABC identificó cinco páginas de Facebook coordinadas, con 190.000 seguidores en total, críticas con varios partidos políticos británicos, entre ellos los laboristas y los conservadores, pero que en ocasiones apoyaban al partido antiinmigración Reform UK.
Expertos entrevistados por ABC vieron un indicio de influencia rusa.
“No sugiero en modo alguno que haya algún tipo de colusión directa entre Rusia y el líder de Reform UK, Nigel Farage”, declaró Dowden, asegurando que su propósito era advertir de la “amenaza de injerencia del Estado ruso en las elecciones británicas”.
Según varios sondeos, Reform UK será el tercer partido más votado en los comicios, detrás del Partido Laborista de Keir Starmer −grandes favoritos−, y de los conservadores del primer ministro Rishi Sunak.
Confianza
La confianza de los británicos en los conservadores comenzó a resentirse desde el programa de austeridad de 2010, tras la crisis financiera de 2008, “que debilitó permanentemente los servicios públicos”, estimó Tim Bale, profesor de política en la Universidad Queen Mary de Londres.
“Luego estuvo el Brexit y la promesa de salirse de la Unión Europea, prometiendo centrarse en los temas que realmente importan a la gente, como la economía, la salud, la educación y la seguridad. Pero fracasaron por completo en cumplir sus promesas”, añadió Bale.
Boris Johnson (2019-2022) logró hacer realidad el Brexit en 2020, pero subestimó inicialmente la gravedad del covid.
Sus mentiras en la crisis por la pandemia y el ‘partygate’, el escándalo de las fiestas organizadas en pleno covid en Downing Street, la residencia del primer ministro, llevaron a su dimisión en julio de 2022.
“El hecho de que Boris Johnson hiciera estallar la reputación de integridad del partido y que Liz Truss pusiera también en entredicho la credibilidad económica de la formación política, llevó al estado terrible en el que se encuentra el Partido Conservador”, señaló Bale.
Liz Truss (6 de septiembre-25 de octubre 2022) presentó poco después de su llegada un plan de recuperación económica que hizo que los mercados entraran en pánico, dimitiendo tras 49 días y siendo reemplazada por Rishi Sunak, en octubre de 2022.
Con Sunak, la inflación, después de alcanzar un máximo del 11%, cayó al 2% en menos de dos años, pero el salario real, teniendo en cuenta la inflación, está en el nivel de 2010.
Economía
El crecimiento y la productividad están estancados, los impuestos en su nivel más alto en 70 años y se ha vuelto más difícil comprar una casa, como reconoce el propio Rishi Sunak, con las tasas de interés en su cota más alta desde 2007.
Además, existe una gran preocupación para una población que envejece, estando el sistema de salud pública (NHS) en su peor momento, con millones de personas esperando tratamiento, incluido el cáncer, debido a la falta de personal.
Las diferencias de ingresos también han seguido ampliándose desde 2012, lo que convierte al Reino Unido en uno de los países más desiguales en cuanto a salarios de Europa, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Un 37% de los británicos piensa que la economía seguirá deteriorándose, según una encuesta, mientras que un 28% dice que mejorará.
Solo el 20% de la población cree que el país va en la dirección correcta, con un 53% que piensa que el Brexit tuvo un impacto negativo, siendo el sistema de salud y el costo de vida las dos preocupaciones principales que aparecen en los sondeos.