“En Venezuela hay un brazo civil armado del Gobierno" | El Nuevo Siglo
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Viernes, 6 de Abril de 2018
Agencia Anadolu

La diputada venezolana Delsa Solórzano habló con la Agencia Anadolu sobre la crisis económica que vive su país y que según el Fondo Monetario Internacional cerrará el 2018 con una hiperinflación del 13.000%; de las dificultades para conseguir alimentos en diferentes ciudades venezolanas; y de las elecciones presidenciales previstas para el 20 de mayo.

Solórzano también se refirió a la masiva diáspora venezolana, a los civiles armados que, al parecer, trabajan junto al Gobierno de Nicolás Maduro y a sus preferencias en los comicios presidenciales de Colombia.

¿La solución de la crisis venezolana es derrocar a Nicolás Maduro?

La solución para la crisis que vive nuestro país es un cambio de Gobierno por las vías pacíficas, democráticas y constitucionales electorales. Nosotros en Venezuela no queremos una salida armada, llevamos 20 años dirigidos por militares y estamos cansados de ellos.

¿No cree que es utópico pensar en unas elecciones legítimas con Nicolás Maduro en el poder?

Estamos luchando por unas elecciones libres en Venezuela, elecciones que hoy no tenemos y que no se ven reflejadas en las del 20 de mayo. Esa lucha de la que le hablo, la estamos dando en primer término con la consolidación de una plataforma unitaria y, desde el punto de vista institucional, es importante el apoyo de la comunidad internacional para alcanzar unos comicios en regla.

Esta comunidad ha dicho con certeza que no reconocerá otro gobierno de Nicolás Maduro electo en las condiciones previstas para el próximo 20 de mayo. Esto no es utópico.

Utópico es pensar que van a venir los Cascos Azules de la ONU y se van a llevar a Maduro en un platillo volador.

Henri Falcón se presentó como el candidato presidencial de la oposición sin recibir el apoyo de la Mesa de Unidad Democrática (MUD). ¿Por qué esa división?

En Venezuela no hay una oposición dividida. Henri Falcón no pertenece a las filas de la MUD, ni al Frente Amplio por Venezuela. Él tomó la decisión individual de poner su nombre para prestarse al fraude electoral que tiene Maduro montado el 20 de mayo.

Hoy le puedo decir que la oposición se consolida y amplía porque no está conformada únicamente por partidos políticos, sino que ahora se incorporan de manera formal la Iglesia católica, la Iglesia evangélica, los sindicatos de trabajadores y un chavismo disidente que se agrupa en torno a distintas organizaciones que forman parte de este frente amplio opositor que debe tener el apoyo de la comunidad internacional para salir adelante.

¿A quién representaría Falcón si es electo presidente?

Se representaría a sí mismo. Pero en ese escenario hipotético, lo único que le podría decir es que yo seguiría haciendo oposición si Falcón queda como mandatario de Venezuela.

 

¿Cree que podría hacerse efectiva una solicitud de captura de la Interpol contra Maduro realizada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en el exilio?

Por mi condición de presidenta de la Comisión de Política Interior debo mantener la mayor prudencia del mundo. Yo no voy a pronunciarme sobre eso. Cualquier decisión de ese tipo pasa luego a la Asamblea Nacional (opositora) y no puedo incurrir en ninguna causa de inhibición o de recusación.

El gobierno venezolano ha impulsado diferentes medidas para reducir la hiperinflación de su país que cerró en 2.600% el año pasado. ¿Cómo se podría solucionar esta problemática?

Claramente ninguna de las medidas adoptadas por Maduro, como crear una criptomoneda llamada petro o quitarle tres ceros a los billetes, ayudará a mermar la hiperinflación. Cuando hay una inflación de estas magnitudes la reconversión monetaria no tiene eficiencia, sino que genera, muy por el contrario, mayor inflación.

Pero el problema no son los ceros, es sencillamente que la gente no tiene dinero. Mire, yo hace unos minutos compré un kilo de queso que me costó casi 2 millones de bolívares (USD 8), un pote de mayonesa lo puedo conseguir en USD 16 y una caja de huevos llega a valer USD 24 dólares. Aquí, el mayor inconveniente, es que la gente no tiene plata para comer.

 

No respondió a mi pregunta. ¿Cuáles son las soluciones económicas que propone la oposición?

La primera solución es salir de Maduro, así de sencillo. Él y los dirigentes de su Gobierno son altamente ineficientes y corruptos. Es decir, con que dejen de robar lo que se roban empezarían a generarse ingresos mucho más altos en Venezuela.

Luego, en la Asamblea Nacional estamos haciendo una ley de repatriación de capitales producto de la corrupción. La enorme cantidad de capitales de nuestro país, que le pertenece a los ciudadanos venezolanos, está afuera en manos de testaferros del Gobierno. Con base en los tratados internacionales que castigan estas maniobras económicas ilegales, estamos montando nuestra ley de repatriación de capitales.

 

También tenemos el tema de la reestructuración de la industria petrolera. Nuestra industria de petróleo está en la mínima producción de los últimos 50 años debido a que, de nuevo, la ineficiencia, la corrupción y la falta de mantenimiento llevó a que no podamos producir petróleo.

Pero entre tanto, le aseguro que hacer un plan económico para Venezuela no es lo más difícil, lo relevante es que Maduro no esté al mando.

La exfiscal Luisa Ortega (en su momento chavista) sugiere que en Venezuela hay “civiles armados a la orden del Gobierno”. ¿Eso es verdad?

Es cierto lo que dice la fiscal Luisa Ortega Díaz, única fiscal general legítima que hay en Venezuela porque fue designada por la Asamblea Nacional que, en su momento era de mayoría chavista, pero fue elegida conforme lo indica la Constitución.

 

Regreso a su pregunta. En efecto, en Venezuela hay un brazo civil armado del Gobierno que tiene una importante cantidad de armas de guerra entregadas por los militares. Esos civiles están en las calles amedrentándonos. De hecho, cuando hay manifestaciones públicas en el país, no solo los militares arremeten contra nosotros, también los hacen los civiles armados.

El día en que a mí me dispararon en el pecho con una bomba lacrimógena que me rompió dos costillas, en principio me rodearon estos civiles armados y me marcaron con un pote de humo que pusieron a mi lado para indicarle a la Guardia Nacional que era yo la que marchaba. Posteriormente la Guardia me disparó.

Entonces sí, ese brazo armado del que la fiscal habla actúa en conjunto con las autoridades venezolanas.

 

¿Cómo llegaron esas armas a manos de los civiles?

Eso fue a través del operativo Zonas de paz, en el que se prohibía la entrada de la Policía a ciertos sectores populares. Con esos vacíos de la autoridad, el Gobierno les enviaba el armamento a los líderes negativos de los colectivos en aquellos sectores.

 

Este martes se reunió con un equipo del Acnur. ¿A qué conclusiones llegaron para solucionar la crisis migratoria venezolana?

Hablamos de reconocer a los venezolanos que están en diáspora como personas que merecen un refugio digno. Esperamos que se trate a los migrantes de mi país con el mismo rasero que nosotros tratamos a los millones de colombianos, españoles, chilenos, italianos, portugueses que vinieron cuando éramos un pueblo receptor de extranjeros.

Los venezolanos no están saliendo del país porque les pega el sol de un lado, se van de su tierra porque huyen del hambre, de la inseguridad y de la persecución política.

 

¿Cómo es el día a día en una ciudad venezolana?

 

Es una realidad indescriptible. Yo me asomo a la ventana de mi casa y hay gente comiendo de la basura todo el día. No le estoy hablando de mendigos, son familias enteras bañadas y vestidas que se organizan para comer de los desechos.

Por ello se están adoptando distintas medidas de recolección de la basura. Por ejemplo, en los edificios como el que yo vivo separamos los desechos comibles e incomibles para que no se mezclen con vidrios y otros elementos.

Así que de eso huye la gente. Tenemos que establecer los mecanismos necesarios para que se reconozca a nuestros connacionales en el extranjero como refugiados y creo que con el trabajo que estamos realizando con la Agencia para Refugiados de la ONU hemos avanzado bastante.