Escenarios de May si pierde o gana el Brexit | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Lunes, 14 de Enero de 2019
Redacción internacional
Este martes los legisladores decidirán si aprueban o no la salida de la UE, tal como está. ¿Qué pasará con la Primera Ministra, que ya enfrentó una moción de censura?

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“NINGÚN acuerdo es mejor que un mal acuerdo”. Hace un mes, con esa icónica frase, la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, intentó convencer a los diputados ingleses para que votaran a favor del texto aprobado entre su gobierno y la Unión Europea, en noviembre. Al final, fracasó y le impusieron o una moción de censura que no prosperó. Con pocas señales de éxito, este 15 de enero el Parlamento vuelve a sufragar el mismo texto.

El Brexit se ha convertido en el acuerdo más complejo de las últimas décadas. No se compara siquiera con la creación de numerosos países satélite de la Unión Soviética que buscaron en ese entonces entrar a la Unión Europea, ni con los acuerdos comerciales entre Estados Unidos y México. Ha sido más difícil. Mucho más.

Aparte de los detalles jurídicos y económicos (plasmados en 585 páginas), la salida del Reino Unido de la Unión Europea ha sido un desafío político de enormes proporciones. Hasta ahora, May ha sabido maniobrar un momento no apto para aquellos que tienen un pensamiento pragmático e inmediato; lo más importante de este proceso ha sido y es el tiempo. Pero este año se agota.

En marzo, en su última semana, Londres debe abandonar el bloque europeo, sea con o sin acuerdo. Lo que pase hoy será determinante para empezar a ver cuál de las dos tendencias empieza a tomar fuerza. Por ahora, no es un secreto que May, Bruselas y muchos otros implicados hacen lo imposible para que se haga efectiva la salida de la UE con acuerdo.

“La confianza de la gente en el proceso democrático y sus políticos sufrirían un daño catastrófico”, insistió ayer May, si finalmente Reino Unido no abandona el bloque. En Londres, sin embargo, hay quienes la ven cómo débil y desean que dé un paso al costado, a pesar de la fallida moción de censura de noviembre. Estos no solo están en la oposición sino dentro de su partido.

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El domingo, abriendo su edición especial, The Sunday Times publicó un supuesto plan entre parlamentarios conservadores para tomar el control de las negociaciones, apartando a la Primera Ministra. “Al menos dos grupos de parlamentarios rebeldes están planeando cambiar las reglas de los Comunes para que las mociones propuestas por los backbenchers tengan prioridad sobre los asuntos del gobierno, cambiando la relación secular entre el Ejecutivo y la Legislatura”, escribió el periódico londinense.

Poco optimismo

El más improbable escenario, según un sondeo de The Guardian y la opinión de varios parlamentarios, es que el Brexit por fin sea aprobado en el Parlamento y pase a la etapa de ratificación en Bruselas, donde ya ha tenido el visto bueno de todos los países de la Unión Europea.

El principal escollo que tiene la Primera Ministra son los rebeldes “tories” (conservadores). Encabezados por el exministro Boris Johnson, buscan tomar el control del partido y renegociar lo que llaman un “Brexit más duro”, que, dicen ellos, sea más acorde al interés británico.

En el eventual caso de que tuviera una votación favorable, May se convertiría -sin la menor duda- en la versión de Margaret Thatcher del Siglo XXI. Tendría todo el espacio para cobrar el abandono de la Unión Europea como suya y se posesionaría como la líder indiscutible de la centroderecha inglesa.

Otra vez

No todo está perdido si mañana, como estima la mayoría de analistas, May nuevamente recibe un no del Parlamento. Para la revista Prospect, la Primera Ministra puede volver a negociar con la Unión Europea de inmediato, “hablando de los peligros de no llegar a un acuerdo”, puede plantear la posibilidad de un segundo referendo sobre la salida del bloque continental o considerar que lo mejor es realizar una elección general para legitimar de nuevo la renegociación con Bruselas.

Ninguna de estas posibilidades es improbable, aunque en los últimos días la que ha tomado más fuerza es la primera: renegociar por enésima vez. Para muchos parlamentarios entrevistados por diferentes medios, lo que hoy pasará es que May, después de salir derrotada del Parlamento, dé una breve conferencia de prensa y luego viaje a Bruselas, para con papel en mano explicar por qué el Legislativo está en contra de lo negociado en octubre.

Todo eso depende del tamaño de su derrota. Si es muy grande podría abandonar todo lo negociado y solicitarle a la UE la extensión del artículo 50, que ha permitido que no se haga efectiva la fecha de salida del bloque. Dice The Guardian que quizá plantearía un nuevo modelo basado en Noruega, cuya relación con el bloque es política y medianamente comercial. Aunque parece poco probable que ese país sea el modelo a seguir.

Parece entonces que el estado de indeterminación del Brexit continuará y lo que se verá por ahora es una “extensión técnica” hasta julio o más, para abordar el acuerdo en diferentes escenarios los próximos meses.

Dos razones explican aquél estado. La primera es que la salida de la Unión Europea se ha convertido en una guerra política entre May y sus detractores al interior del Partido Conservador, y entre May y la oposición laborista. La segunda, el problema con la frontera en Irlanda, “backstop”. Muchos parlamentarios consideran que tener controles más duros en la frontera entre las irlandas podría revivir viejos problemas.

Una vez más, este martes May busca defender lo que ella ha negociado con la UE, bajo la premisa de “ningún acuerdo es mejor que un mal acuerdo”. Corre el tiempo y Bruselas ya se empieza a cansar. ¿Qué opinan Merkel y Macron?