El Jefe de gobierno intentó pactar con los independentistas, pero éstos no aprobaron su presupuesto, por lo que deberá adelantar elecciones

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EL JEFE del Gobierno español, Pedro Sánchez,  se vio obligado a anticipar elecciones parlamentarias, ante la desaprobación de los presupuestos por la mayoría del Parlamento, un escenario pantanoso que puede terminar en el mandato más corto de la historia moderna de España.

En Madrid, ayer, la bancada de derecha y los independentistas catalanes mantuvieron sus enmiendas, mismas que buscaban modificar el presupuesto de 2019. Ingenuamente Sánchez confió en los segundos, sin tener en cuenta que por más dádivas que les diera iba a ser difícil lograr que ellos no mantuvieran en firme su política secesionista.

El lunes, después de un fin de semana de tratativas, el líder socialista rompió con los separatistas catalanes y declaró, que, entonces, dejaba de lado las negociaciones que buscaban, como han dicho algunos miembros del PSOE, rescatar algunos puntos del estatuto autonómico por el que abogan los catalanes, dándole mayor autonomía.

Muchos dicen que más allá de esta coyuntura, el Jefe de Gobierno español pecó por su falta de claridad. Hace ocho meses, cuando llegó al Palacio de la Moncloa, insistió en que convocaría a elecciones lo más pronto posible para darle mayor legitimidad a su mandato que se había materializado luego de la renuncia de Mariano Rajoy, por los escándalos de corrupción del Partido Popular (PP).

Lejos de cumplir con ese objetivo, Sánchez se propuso construir una coalición entre la izquierda radical (Podemos e Izquierda Unida) y sectores independentistas y nacionalistas, tanto de Cataluña como del País Vasco. Esta aglomeración de partidos, por un momento, le dio el respiro que lo llevó a creer que a la hora de negociar los presupuestos no tendría ningún inconveniente.

Sánchez, en medio de su convencimiento, enfrentó una derrota que paulatinamente fue minando su capacidad política tanto en su partido como en la coalición. En Andalucía, bastión socialista desde la transición a la democracia (1978), el partido de ultraderecha, VOX, logró varios escaños y la posibilidad de estar en el Parlamento español. Varios lo vieron como el golpe más duro a lo largo de estos ocho meses.

La débil coalición

La derrota en la aprobación de presupuestos lleva a España a un escenario inédito. Nunca antes un gobierno no había lograr el presupuesto en el primer año de su legislatura, viéndose obligado a citar a elecciones anticipadas a solo ocho meses de haber llegado al poder.

Todo comenzó por la debilidad del PSOE, partido de gobierno, en el Parlamento. Con solo 84 diputados de 350, se sabía que la gobernabilidad de Sánchez sería limitada y tenía que buscar apoyos con otros partidos.

A pesar de su distancia durante el mandato de Mariano Rajoy, Podemos, el partido de Pablo Iglesias, se convirtió en su principal aliado, a tal punto que, como cuenta El Independiente de España, los líderes de esa colectividad buscaron acercamientos con los voceros independentistas catalanes para que retiraran las enmiendas presentadas en contra del plan presupuestal.

Se trataba de seis enmiendas presentadas contra el proyecto de presupuestos, que fueron negadas por el Gobierno. En sesión, ayer, se votaron las enmiendas, que finalmente fueron aprobadas con una votación de 191 votos a favor y 158 en contra.

Luego de que prosperaran las enmiendas y el gobierno saliera derrotado en su proyecto de presupuesto, los principales líderes de los partidos de oposición, PP y Ciudadanos, pidieron que se convocara de inmediato a elecciones.

“Es absolutamente inaplazable la convocatoria de elecciones generales”, dijo el jefe del  Partido Popular, Pablo Casado. En la misma línea, pero con un tono más confrontativo, Albert Rivera, de Ciudadanos, expresó: “Hay que echar a Sánchez”.

El socialista y su partido no son los únicos derrotados. Comprometido de lleno en la aprobación de este proyecto y de las iniciativas gobiernistas, Podemos también ha visto como la derecha ha ganado este debate, a pesar de sus esfuerzos para que “hasta último minuto”, dice la Sexta, fueran desestimadas las enmiendas.

Aparte de los problemas en la coalición, la izquierda radical pasa por su peor momento desde su fundación, en 2014, como un colectivo ciudadano antisistema que, principalmente, se oponía a las políticas de desahucio de Rajoy contra personas de sectores populares golpeadas por la crisis inmobiliaria.

Hoy, en medio de disputas internas, su dirección ha quedado en manos de Iglesias y su novia, Irene Montero, tras un choque con el segundo del partido, Iñigo Errejón, que salió de la colectividad luego de su lucha en vano por flexibilizar las políticas partidistas para atraer más votantes.

El plan de Sánchez

La desaprobación del presupuesto ha sido vista como el peor golpe al gobierno de Sánchez, pero no significa su fin. España, gobernada por un régimen parlamentario, exhorta al Jefe de Gobierno a que cite a elecciones anticipadas, en las cuales su partido puede ganar la mayoría de escaños, de los 350, o construir una coalición lo suficientemente fuerte que ahora sí le dé mayor legitimidad a su gobierno.

Según la prensa local, el viernes el presidente español convocaría los comicios anticipados para el 28 de abril. Lo que significa que tendrá un mes y medio para hacer campaña, en medio del desasosiego de los españoles ante las terceras elecciones parlamentarias en menos de tres años.

Ante su falta de popularidad, algunos analistas creen que a Sánchez se le ha presentado una oportunidad de oro ante los encuentros del Partido Popular y Ciudadanos con grupos extremistas como VOX y la Falange, con los cuales fueron fotografiados en la marcha por la unidad de España, en Madrid.

Ayer, en medio de la discusión del presupuesto, la ministra del Interior, Adriana Lastra, hizo hincapié en aquella marcha, haciendo un especial llamado al líder de Ciudadanos: “Rivera se me hace el ofendidito, pero el domingo se retrataron de la manita de los nazis”.

Si bien VOX ha dado la sorpresa en las recientes elecciones en la comunidad de Andalucía, también es cierto que despierta mucho rechazo por su franca admiración por el dictador Francisco Franco y sus posiciones antidemocráticas.

La historia en España se repite. Aunque es inédita la convocatoria de elecciones anticipadas tan rápido, ya había pasado lo mismo con el presupuesto y los independentistas en 1996, cuando su falta de apoyo al gobierno de Felipe Gonzáles en el proyecto presupuestal conllevó a su salida y a la llegada de José María Aznar.