Exigirán que Maduro salga del Consejo de Seguridad de la ONU | El Nuevo Siglo
Anadolu
Miércoles, 10 de Abril de 2019
Agence France Presse

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, se dispone a exigir el miércoles en el Consejo de Seguridad de la ONU la partida del mandatario venezolano Nicolás Maduro, al que apoyan Rusia y China.

La reunión del Consejo fue solicitada por Washington para discutir el agravamiento de la crisis humanitaria en Venezuela, en momentos en que la ONU estima que siete millones de venezolanos -un cuarto de la población- carecen de alimentos y medicamentos básicos.

Varios diplomáticos expresaron temor de que la reunión, a la cual asistiría también el canciller venezolano Jorge Arreaza, derive en enfrentamientos políticos entre quienes apoyan a Maduro y quienes apoyan al opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por Estados Unidos y más de 50 países.

 

 

Politización y desacuerdos -

 

"El problema más grande ahora es cómo manejar la ayuda humanitaria hacia el país (...) a través de la Cruz Roja", dijo antes de la reunión a periodistas el embajador dominicano ante la ONU, José Singer, cuyo país es miembro no permanente del Consejo.

"La ONU no puede hacer nada si el gobierno que maneja el país no está totalmente de acuerdo", explicó Singer. "Mientras se mantenga politizado todo, va a ser muy difícil ayudar a los más necesitados".

Gran parte de Venezuela quedó otra vez a oscuras la noche del martes al miércoles, en la víspera de un nuevo llamado de Guaidó a protestar para pedir la salida de Maduro.

El apagón, el mayor desde hace una semana, afectó Caracas y al menos 20 de los 23 estados del país, de acuerdo con reportes de usuarios de redes sociales.

Desde que el 7 de marzo un corte masivo de luz paralizó al país por cinco días, se han seguido produciendo apagones recurrentes, que afectan el suministro de agua, el transporte y los servicios de telefonía e internet.

El Consejo de Seguridad no ha podido hasta ahora ponerse de acuerdo sobre Venezuela.

El 28 de febrero, Rusia y China vetaron un proyecto de resolución estadounidense que urgía a celebrar elecciones "justas" en Venezuela, pero una contrapropuesta de Moscú también naufragó al no cosechar los votos necesarios.

Las votaciones inconducentes dejaron en evidencia la división entre las potencias mundiales en la ONU sobre qué camino seguir en Venezuela, sumida en una grave crisis política y con su economía en colapso.

 

"No nos acostumbraremos" -

 

Venezuela atraviesa la peor crisis de su historia moderna, con una hiperinflación prevista en 10.000.000% este año y una escasez de alimentos y medicamentos que ha provocado la migración de 2,7 millones de personas desde 2015, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), sobre un total de 3,4 millones radicados en el exterior.

Los migrantes y refugiados venezolanos huyen de su país por diversas razones: problemas de subalimentación, búsqueda de medicamentos para enfermedades crónicas, o a raíz de la violencia y la inseguridad, según ACNUR.

Guaidó, jefe del parlamento de mayoría opositora, convocó para este miércoles una nueva protesta nacional en Venezuela bajo el lema "No nos acostumbraremos", como parte de su "operación libertad" con la que busca sacar del poder a Maduro, instalar un gobierno de transición y llamar a nuevas elecciones.

Estados Unidos, principal apoyo internacional del líder opositor, ha estrechado el cerco diplomático y endurecido las sanciones contra Maduro y sus allegados.

En enero, fue el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo quien habló sobre Venezuela ante el Consejo. En febrero, lo hizo el enviado estadounidense para Venezuela, Elliott Abrams.

Este miércoles "es el turno del vicepresidente Pence, ¿y la próxima vez será Trump?", ironizó un diplomático en la ONU que pidió el anonimato.

Pompeo emprenderá esta semana una gira por cuatro países de Sudamérica con el objetivo de cimentar un bloque de presión frente a Maduro. El viaje, del 11 al 15 de abril, le llevará a Chile, Paraguay, Perú y concluirá en la localidad colombiana de Cúcuta, en la frontera con Venezuela. 

La ONU prevé que a fines de este año la cifra de migrantes venezolanos alcance los 5,3 millones de personas, en el marco de la peor crisis humanitaria de América Latina en tiempos de paz.