G20 estará centrado, como nunca, en E.U. y China | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Jueves, 27 de Junio de 2019
Redacción internacional con AFP
La “guerra comercial” marcará la agenda de la cumbre en Osaka, que puede llevar a un posible acuerdo entre las dos potencias mundiales

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HACE SEIS MESES, en un tenso verano marcado por la crisis política en Argentina, Donald Trump y Xi Jinping se reunieron en Buenos Aires, para zanjar sus diferencias comerciales. Medio año después, con tarifas arancelarias impuestas de lado y lado, la denominada “guerra comercial” vuelve a estar en el centro del G20, que empiez hoy en Osaka, Japón.

A diferencia de los anteriores encuentros de los 20 líderes mundiales, esta vez la atención está centrada en el posible acuerdo entre Trump y Xi Jinping, para ponerle fin a un conflicto comercial que no solo ha afectado a sus economías, sino que, también, ha tenido efectos significativamente adversos en el mundo.

La economía mundial, como ha quedado demostrado, no puede funcionar en su plenitud sin que China y Estados Unidos se pongan de acuerdo. Entre los dos gigantes se agrupa el 85% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, una cifra que, por los ataques arancelarios, ha tenido golpes significativos en el mundo.

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Desde Washington, minutos antes de abordar el Air Force One, el presidente de Estados Unidos insinuó la posibilidad de que en Osaka llegue a un acuerdo con su homólogo chino. Reiteró, sin embargo, que está preparado para imponer aranceles en casi todas las importaciones del gigante asiático.

Expertos consultados por la AFP han dicho que al final del encuentro bilateral entre los dos mandatarios el próximo sábado se pueden esperar tres posible escenarios.

Acostumbrado a los acuerdos bilaterales y, casi siempre, renegociados, es factible que al final Estados Unidos firme un documento o exprese públicamente su voluntad de ponerle fin a la “guerra comercial” con China. Es, también, posible que el evento entre los dos presidentes se cancele, por motivos como la poca credibilidad que tienen ambos mandatarios sobre las instituciones multilaterales y su, dicen ellos, poca efectividad.

Pero el escenario más probable ya se ha experimentado. Sería una tregua, la misma que  se fijó en Buenos Aires y que ha tenido picos y bajas, con su momento más álgido a comienzos de junio.

Fuentes consultadas por el South China Morning Post, de Hong Kong, aseguraron que Pekín y Washington ya habrían acordado una tregua que sería anunciada en Osaka, en el calor del verano japonés.

Doctrina del ‘patriotismo’

En muchos quedó grabada aquella frase de Trump en la que aseguraba defender una nueva doctrina política: el patriotismo. Algo así como una mezcla entre nacionalismo y proteccionismo, con una fuerte aversión hacia lo global y, por su puesto, hacia las instituciones multilaterales.

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Trump, como se lo prometió a sus electores en 2015, ha venido cumpliendo a cabalidad esa tesis, que, para muchos, significa el fin del liberalismo o una reinterpretación del mismo. Y, sobre todo, representa otra forma de hacer diplomacia o, para muchos, de acabarla.

Horas previas antes de cruzar el océano Pacífico, Trump atacó al país anfitrión de la cumbre, Japón, por su poco interés en una eventual defensa militar de Estados Unidos, si fuera el caso. “Japón solo lo vería en una televisión de Sony”, dijo, entre risas.

Estados Unidos, tras la Segunda Guerra Mundial, firmó un tratado de defensa mutua con el país asiático, en el que se fijó una nueva Constitución (1951), que, entre muchas cosas, significó el fin de la carrera militar de Japón. Esto, sin embargo, ha cambiado durante el gobierno de Shinzo Abe, quien ha buscado por la vía legislativa modificar esta ley y permitir que de nuevo su país pueda tener ejército. 

Según Bloomberg News, Trump estaría pensando en retirarse del tratado, buscando, en últimas, una renegociación del mismo. Es posible que justifique este movimiento por la intención armamentista de Japón, un país pacífico desde la Segunda Guerra Mundial.

No solo ha estado inconforme con su mayor aliado, con Corea del Sur, en Asia. Horas antes de aterrizar en Osaka, también cargó contra Alemania e India, a este último por temas arancelarios.

A su llegada a Japón, en una cena de bienvenida, el Presidente aseguró que no es cierto que esté en contra de sus aliados, tras ser cuestionado por un periodista, quien le preguntó si era verdad que él veía las relaciones diplomáticas desde una perspectiva en beneficio de “solo Estados Unidos”. “Hemos sido muy buenos con nuestros aliados”, respondió. “Trabajamos con nuestros aliados. Nos ocupamos de los aliados”, reiteró.

Otros temas

Además de la “guerra comercial”, esta cumbre del G20 también tiene como propósito ahondar en el cambio climático, un desafío que como lo advirtió la ONU carece de mayor voluntad política de los Estados, en especial de los mayores contaminantes: Estados Unidos, India y China.

Se espera, al final de la cumbre, que se logre un documento conjunto en apoyo a la lucha contra el cambio climático y lo “irreversible” de este fenómeno, texto que no se logró en Buenos Aires, un año atrás.

Estados Unidos, según Reuters, habría pedido que no se insistiera en el carácter de “irreversible”, algo esperable, en la medida en que este país no ha firmado ningún compromiso de carácter ambiental (Protocolo de Tokio, Acuerdo de París), por considerar que el calentamiento global “es un engaño”.

En relación con el tema, Japón busca que se firmen objetivos muy específicos para luchar contra los millones de toneladas de desechos en los océanos, luego de que los ministros de medio Ambiente se reunieran hace dos semanas para hablar sobre esta problemática.

La cumbre del G20 al final de este fin de semana puede denominarse exitosa, si Estados Unidos y China logran, al menos, una tregua. De lo contrario, sería un saludo a la bandera, con amargos efectos.