El alto porcentaje del voto anticipado (por correo o presencial en algunos estados) que hasta el sábado era del 30% y la masiva afluencia de votantes a los centros electorales hacen presumir que la elección presidencial de este martes entre el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris marcará récord de participación.
Sin mayores incidentes se cumplió la jornada democrática para elegir presidente por cuatro años, renovar un tercio de las curules del Senado y la totalidad de los representantes a la Cámara.
A diferencia de Harris, quien votó por correo el lunes, el expresidente y líder conservador, Donald Trump ejerció ese derecho en un colegio electoral de Palm Beach, en el estado de Florida, acompañado de su esposa, Melania, donde aseguró que reconocerá su derrota "si las elecciones son limpias."
Entre las 6 de la tarde y las 8 de la noche de este martes cerraron la totalidad de los colegios electorales y antes de que cada estado informe sobre el resultado electoral, son los grandes medios informativos quienes divulgan las proyecciones de las votaciones.
Se considera que los estados bisagra para esta jornada son siete: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Carolina del Norte, Georgia, Arizona y Nevada. Se les llama así porque su comportamiento electoral varía en cada elección, mientras que en el resto de la unión americana, es decir los otros 43 estados, la tendencia por votar republicano o demócrata está definida.
Si se confirma lo que dicen las encuestas, es decir el “reñido” duelo en esos estados bisagra, es posible que el ganador no se conozca esta noche ni mañana.
Para los estadounidenses comienza una noche larga e incierta. El mundo sigue con atención el desenlace de esta carrera para suceder a Joe Biden, quien fue el candidato hasta hace tres meses cuando el Partido Demócrata lo forzó a dar un paso al costado y entregarle la posta a Harris.
Gane quien gane, el resultado será histórico. Trump obtendría el segundo mandato no consecutivo de un presidente desde 1893 y sería el más viejo en ser electo; y Harris, negra y de ascendencia surasiática, se convertiría en la primera mujer en el cargo más importante de la nación.