INAMOVIBLE en su objetivo de eliminar a Hamás y a los líderes de los también terroristas Hezbolá y Guardianes de la Revolución, el gobierno Israel está preparado para una ofensiva militar de Irán, Líbano y sus aliados ante los contundentes golpes militares que ha propinado su ejército en sus ataques selectivos y que ayer continuaron sumando éxitos.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró el domingo que su país está dispuesto a enfrentarse a "Irán y sus secuencias en todos los frentes". "Cualquiera que mate a nuestros ciudadanos o perjudique a nuestro país (...) pagará un precio muy alto", advirtió.
Las maniobras diplomáticas se intensificaron desde el fin de semana para evitar una escalada militar en Oriente Medio, pero parece inevitable ya que Israel siguió golpeando las estructuras terroristas. En los bombardeos de domingo y lunes murieron el comandante del Batallón Al Farkan de las Brigadas Ezzeldín al Qassam, brazo armado de Hamás, Yaber Aziz; el ministro de economía en Gaza, Abad al Zari y dos mandos medios del partido-milicia chií libanés Hezbolá, entre otros.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que sus aviones de combate atacaron una zona aún por determinar de la Franja de Gaza, culminando con la muerte del ministro de Economía del enclave, Abad al Zari, quien aseguran también era un “terrorista del departamento de fabricación de armas del ala militar" Hamás.
Asimismo, lo señalaron como "un factor importante" en la cadena de gestión para la toma de control por parte de Hamás de la entrada de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, así como la "gestión de los mercados" controlados por Hamás.
También informaron la baja de Yaber Aziz en un bombardeo sobre la Escuela Hasán Salama del barrio de Al Nasr de la ciudad de Gaza. Unas 30 personas murieron en el ataque, según el balance de las autoridades gazatíes.
Informaciones de Inteligencia situaban a Aziz en la Escuela Hasán Salama, por lo que se lanzó el ataque, en el que murieron "varios terroristas más", según Israel.
Aziz entró en la Brigada Al Farkan en 2020, participó en el ataque del 7 de octubre y también en acciones posteriores contra las fuerzas israelíes que han entrado en la Franja de Gaza. "Aziz era una importante figura de mando en los combates y su muerte es un duro golpe para Hamás", ha subrayado el Ejército israelí.
Por su parte Hezbolá confirmó la muerte de dos de sus miembros en bombardeos del Ejército de Israel contra el sur de Líbano, ‘mártires’ que identificó como Alí Mustafa Amro y Muhamad Hasán Farhat, alias 'Falá'.
Ante la inminente retaliación militar por parte de Líbano e Irán, varias naciones pidieron a sus ciudadanos abandonar esos países, mientras se multiplicó la ofensiva diplomática centro y fuera de éste para evitar que el conflicto generado por la respuesta legítima de Tel Aviv contra Hamás tras los mortíferos ataques del 7 de octubre pasado se extienda por esta región, de antaño un peligroso polvorín geopolítico.
Ayer, el ejército israelí anunció la llegada a su territorio del jefe del Mando Central de Estados Unidos para Oriente Medio (Centcom), el general Erik Kurilla, para evaluar la situación de seguridad. Un emisario ruso, el exministro de Defensa Serguéi Shoigú, llegó a Teherán.
Irán, el movimiento islamista palestino Hamás y el Hezbolá libanés atribuyeron a Israel la muerte el miércoles del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, por un bombardeo a su residencia de Teherán. El día anterior, Israel había reivindicado un ataque que mató al jefe militar de Hezbolá, Fuad Shukr, cerca de Beirut.
Israel no hizo comentarios sobre la muerte de Haniyeh, pero prometió destruir a Hamás tras el ataque sin precedentes efectuado por este movimiento en su territorio el 7 de octubre. Desde entonces, el Hezbolá y los rebeldes hutíes de Yemen, que junto con Hamás y grupos armados iraquíes forman lo que Irán denomina el "eje de la resistencia", abrieron nuevos frentes contra Israel.
Pero los asesinatos de la semana pasada fueron llevados al líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, a decir que Israel había cruzado las "líneas rojas". El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, amenazó con un "severo castigo".
"Irán tiene legalmente el derecho de castigar" a Israel, insistieron ayer las autoridades iraníes.
Ante el riesgo de una conflagración regional, el presidente estadounidense, Joe Biden, se reunió con el Consejo de Seguridad Nacional para "examinar los últimos acontecimientos en Oriente Medio", pero no hizo pronunciamiento alguno.
Durante la jornada, una base en Irak con tropas estadounidenses recibió el lanzamiento de varios cohetes, señalaron fuentes iraquíes, que no especificaron quién había llevado a cabo el ataque.
Como principal aliado de Israel, Estados Unidos reforzó su dispositivo de seguridad en la región, pero aseguró que quiere "calmar la situación diplomáticamente".
Llamados a la moderación
El secretario del Estado estadounidense, Antony Blinken, instó en llamadas telefónicas a todas las partes a "abtenerse de toda escalada y calmar las tensiones", dijo su portavoz Matthew Miller.
El presidente francés Emmanuel Macron, su homólogo emiratí Mohamed bin Zayed al Nahayane y el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán pidieron a "todos los actores" de Oriente Medio "responsabilidad y moderación".
Y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, instó "a todas las partes, así como a los Estados que tengan influencia, a que actúen con urgencia" para evitar una propagación del conflicto.
Según el medio estadounidense Axios, Blinken dijo a sus homólogos del G7 que Irán y Hezbolá podrían lanzar un ataque contra Israel en 24 o 48 horas, es decir, a partir de este lunes, según tres fuentes conocedoras de las conversaciones.
Blinken también habló por teléfono con el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, ante la posibilidad de ataques de grupos armados iraquíes favorables a Irán.
El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, aseguró que su país debe prepararse "para todas las eventualidades, incluida una transición rápida al ataque".