ISRAEL anunció ayer que "eliminó" al líder de Hamás, Yahya Sinwar, en una operación en Gaza, un "duro golpe" contra el movimiento islamista palestino, que marca "el comienzo del fin" de la guerra, según el primer ministro Benjamín. Netanyahu.
"Yahya Sinwar está muerto. Fue matado en Rafah por los valientes soldados de las Fuerzas de Defensa Israelíes", declaró Netanyahu en un vídeo en inglés divulgado por su oficina, y agregó que "si bien no es el fin de la guerra en Gaza, es el comienzo del fin”, aseguró.
Por su parte, el canciller israelí, Israel Katz, señaló a Sinwar como el "responsable de la masacre y atrocidades del 7 de octubre" de 2023, al referirse a la incursión de comandos islamistas en Israel, que desató la guerra en Gaza.
Hamás, en el poder en Gaza, no confirma la muerte de su líder.
La policía indicó por la noche que el cuerpo de Sinwar llegó a la morgue de Tel Aviv, para "exámenes complementarios".
"Hoy el mal ha sufrido un duro golpe", afirmó Netanyahu, quien prometió que los secuestradores de los rehenes retenidos en Gaza desde hace más de un año salvarán sus vidas si los liberados.
De 61 años y jefe desde 2017 del movimiento islamista palestino en Gaza, fue nombrado jefe político de Hamás a principios de agosto, tras la muerte de Ismail Haniyeh, asesinado en Teherán el 31 de julio en un atentado atribuido a Israel.
La cuestión de la liberación de los rehenes en manos de Hamás, en el poder en Gaza, saltó a primer plano dentro y fuera de Israel tras la muerte de Sinwar.
Netanyahu y el presidente estadounidense, Joe Biden, consideraron que la eliminación del líder de Hamás ofrecía "una oportunidad para promover la liberación de los rehenes" y acordaron "cooperar para lograr ese objetivo", indicó la oficina de Netanyahu en un comunicado.
Israel "no se detendrá" hasta capturar a todos los autores del ataque del 7 de octubre y lograr la vuelta de "todos los rehenes", afirmó el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi.
El Foro de las Familias, principal asociación de familiares de rehenes israelíes, declaró que la muerte de Sinwar ayudará a "garantizar" el regreso de los cautivos en manos del movimiento islamista, en el poder en Gaza.
En la incursión del 7 de octubre, los milicianos islamistas mataron a 1.206 personas en territorio israelí, en su mayoría civiles, y capturaron a 251 rehenes, según un recuento de SAFO con base en datos oficiales israelíes.
Actualmente, 97 rehenes siguen en Gaza, aunque el ejército israelí considera que 34 de ellos murieron.
La ofensiva israelí lanzada ese mismo día contra Gaza dejó hasta el momento 42.438 palestinos muertos, en su mayoría civiles, datos del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, considerados fiables por la ONU.
Además de las duras condiciones humanitarias y la devastación del territorio, la guerra ha impactado extensamente la economía. Casi toda la población de Gaza "vive en la pobreza", advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un informe.
El anuncio de la muerte de Sinwar se produjo semanas después de que Israel asesinara al líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, en un bombardeo en Líbano, donde el ejército israelí lanzó el 23 de septiembre una ofensiva aérea, reforzada por operaciones terrestres una semana después.
En los últimos meses fueron asesinados otros comandantes de Hezbolá, una formación apoyada por Irán.
Israel dijo hace meses que mató a Mohammed Deif, el jefe militar de Hamás, aunque el movimiento islamista palestino no lo ha confirmado. Fue acusado de planificar, junto con Sinwar, el ataque del 7 de octubre.
La eliminación de Sinwar se produce en un contexto explosivo en Oriente Medio, donde Israel tiene varios frentes abiertos.
A la guerra de Gaza se sumó la intensificación de los combates con el Hezbolá libanés, aliado de Hamás.
Hezbolá anunció la noche de ayer que "pasa a una nueva etapa, una fase de escalada en la confrontación con el enemigo israelí", y que por "primera vez" usa misiles con guía de precisión.