UNA DELEGACIÓN de alto nivel, encabezada por el jefe de los servicios de inteligencia (Mosad), David Barnea, autorizó el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, para negociar una tregua en Gaza y la liberación de los rehenes en manos de Hamás desde hace nueve meses (7 de octubre).
Netanyahu se reunió con su gabinete de seguridad para fijar la posición que deberá Israel mantener en unas negociaciones que se espera que comiencen en los próximos días, pero cuya sede todavía se desconoce, si bien hasta ahora han tenido lugar en Egipto y Qatar.
Precisamente la delegación viajó ayer a ese último país donde, según fuentes que solicitaron el anonimato, “se reunirá con el primer ministro catarí para mantener discusiones que busquen acercar a las partes a un acuerdo sobre Gaza".
En las últimas semanas, las conversaciones entre las partes no han prosperado, en medio de los reproches que unos y otros se han lanzado por el fracaso de las mismas. Hamás reclama que Israel pare los ataques y retire a sus tropas de la Franja de Gaza, que sufre desde los bombardeos una profunda crisis humanitaria.
Por su parte, Israel insiste en un alto el fuego temporal que facilite la liberación de los algo más de cien rehenes que siguen bajo cautiverio de Hamás a cambio de los palestinos encarcelados en prisiones israelíes, mientras insiste en que su plan pasa por la derrota total del grupo islamista.
La decisión de Netanyahu se produce después de revisar la respuesta de Hamás a la última propuesta que está sobre la mesa, la del presidente estadounidense Joe Biden, si bien no se ha dado conocer hasta qué punto se desviaría de este plan basado en tres etapas en el que se contempla un alto el fuego momentáneo como paso previo al fin permanente de las hostilidades, el intercambio de rehenes y la entrega de ayuda humanitaria, así como la reconstrucción de la Franja de Gaza.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, "saludó" durante una conversación con Netanyahu "la decisión del primer ministro de autorizar a sus negociadores para que colaboren con los mediadores estadounidenses, cataríes y egipcios, en un esfuerzo por cerrar el acuerdo", indicó la Casa Blanca.
Ofensiva del Hezbolá
De otra parte se informó que el movimiento islamista libanés Hezbolá lanzó una andanada de cohetes y drones explosivos contra el norte de Israel, alimentando los temores de una guerra paralela a la que desde hace casi nueve meses libran Israel y Hamás en Gaza.
El conflicto aumentó la tensión en la frontera norte de Israel, con duelos de artillería casi diarios que se incrementaron en las últimas semanas entre el ejército y Hezbolá, aliado de Hamás.
Hezbolá indicó que lanzó "más de 200" cohetes y "drones explosivos" contra el norte de Israel, donde las sirenas antiaéreas resonaron hasta los Altos del Golán, un territorio sirio anexado por el Estado hebreo.
Hezbolá, que ya había disparado el miércoles un centenar de cohetes, declaró que los lanzamientos formaban parte de la respuesta por la muerte de uno de sus comandantes en un bombardeo israelí en el sur del Líbano.
El ejército israelí indicó que atacó instalaciones de lanzamiento de proyectiles en el sur del Líbano, después de que "numerosos proyectiles y dispositivos aéreos sospechosos" cruzaran la frontera.
La mayoría de los proyectiles fueron derribados, señaló el ejército, aunque uno mató a un soldado, según una fuente militar.
Estados Unidos, principal aliado de Israel, advirtió que una guerra con Hezbolá podría provocar un "conflicto regional".
La guerra en Gaza incrementó también la tensión en Cisjordania, territorio palestino ocupado desde 1967 por Israel.
La oposición israelí Paz Ahora informó que Israel legalizó tres puestos de avanzada de colonias y la expansión de otros asentamientos en Cisjordania y denunció un nuevo paso hacia la "anexión" del territorio.
Todas las colonias israelíes en Cisjordania se consideran ilegales en virtud del derecho internacional. Unos 490.000 israelíes están instalados en asentamientos en el territorio ocupado, donde residen tres millones de palestinos.