Keir Starmer, el ‘centrocampista’ del laborismo inglés | El Nuevo Siglo
KEIR STARMER, líder de los laboristas ingleses, transformó el partido en cuatro años para recuperar electores. A hoy, es el que concita mayor apoyo para las legislativas de este jueves. /Archivo AFP


Martes, 2 de Julio de 2024
Redacción internacional con AFP

LLEVA el nombre de un connotado dirigente político y un apellido que traducido se asocia a estrella. Es Keir Starmer, el líder del laborismo inglés que logró en cuatro años una inédita reingeniería del partido, llevándolo hacia el centro, por lo que hoy está a las puertas del poder, el que se definirá en las legislativas de este jueves.

Contrario a lo que generalmente ocurre en la política británica, Starmer ingresó tarde a ella. De joven, se dedicó a ejercer su profesión (estudió derecho en la Universidad de Leeds y Oxford), se especializó en derechos humanos y a una de sus mayores pasiones: el fútbol. Así jugó como centrocampista en un equipo aficionado por algunos años.

Durante mucho tiempo ejerció cargos públicos en el sector judicial y por su excelente desempeño fue nombrado Caballero del Imperio británico por la reina Isabel II. Con el ánimo de ir más allá y ante una creciente inquietud política decidió probar suerte en 2015 y fue elegido por el barrio londinense de Holborn y Saint Pacras como parlamentario.  En ese momento tenía 52 años, la edad en la que paradójicamente uno de los más connotados líderes de su partido, el laborista, dejó la dirección del partido.

Así debutó oficialmente en la política y el Parlamento Británico. Y su ‘estrella’, tal cual su apellido (Starmer) comenzó a brillar con fuerza en las filas partidarias más que por su carisma –que sus detractores dicen no tiene- por su objetivo de alejar la colectividad del extremismo izquierdista en que lo encasilló Jeremy Corbin, lo que facilitó los seguidos y contundentes triunfos de los conservadores (tories).

Se desconoce si entre sus planes estaba que ese ascenso fuera meteórico y que lograra reposicionar al laborismo como una real opción de poder, esa que según vaticinan los sondeos se impondrá en las legislativas anticipadas de este 4 de julio, poniendo fin a 14 años de gobiernos conservadores y convirtiendo al prestigioso abogado en el nuevo inquilino del No.10 de Downing Street.

En las legislativas de 2019, el laborismo atrincherado en el extremo de la izquierda propuesto por Corbyn sufrió una de sus más grandes derrotas. Logró el 32.08% de los votos, lo que le representó 202 escaños parlamentarios, perdiendo 60 curules, mientras que los ‘tories’, liderados por Boris Johnson fueron los triunfadores con el 43.62% de los apoyos ciudadanos, lo que les significó 365 escaños, sumando 48 más.

El descalabro forzó el inmediato retiro de Corbyn y los laboristas optaron por la figura y el discurso de Keir Stramer, a quien eligieron como líder en abril del año siguiente. Desde entonces, quien lleva el nombre del fundador y primer líder del Partido Laborista a principios del siglo XX, Keir Hardie (1856-1915) y apellido de estrella, se dedicó a ‘enderezar’ el partido, moviéndolo hacia una posición de centro.

En medio del escepticismo de varios de sus copartidarios, las propuestas moderadas empezaron a calar en los electores y desde meses atrás las encuestas comenzaron a evidenciar una ventaja que se acrecentó con el paso del tiempo, propulsadas también por el consabido desgaste de gobiernos conservadores que ajustan 14 años.

El Brexit, la pandemia del covid, la crisis económica y algunos escándalos generaron una honda división al interior del partido conservador y un desencanto en gran parte del pueblo británico. Este año la coyuntura política llevó a que el primer ministro Rishi Sunak anunciara el pasado mayo el anticipo de las elecciones legislativas para las cuales, como reseñamos anteriormente, los laboristas son favoritos, y de lejos.

Eso señalan todos los sondeos. Sin embargo, la ventaja de veinte puntos que lograban los laboristas hasta hace una semana descendió en la antesala de este 4 de julio, según la medición más reciente, la realizada por YouGov y divulgada el lunes, que indica que el partido de Stramer lograría el 36%, los conservadores se ubicarían en segundo lugar con 18%, seguidos muy de cerca por los reformistas (17%) que dirigidos por Nigel Farage lograrían por primera vez entrar a la Cámara de los Comunes.

Seguro y pragmático

A Starmer sus colaboradores lo describen como un líder pragmático, capaz de lograr el repunte de un país en pleno declive económico, mientras sus detractores le achacan cambios de rumbo, escaso carisma y que carece de una visión clara del futuro del país.

Sin embargo, todos admiten que el viraje que este londinense, hoy de 61 años, dio al partido es lo que los tiene hoy a punto de volver a ocupar el poder inglés y, de lograrlo, implementar una agenda que permita la reactivación económica y atajar la migración ilegal, una de las mayores preocupaciones ciudadanas.

El inminente primer ministro británico es un hombre seguro de sí mismo en todos los ámbitos y así lo ha evidenciado en actos políticos y entrevistas a medios de comunicación, donde no ha abordado diferentes temas.

Ejemplos hay varios: respondió a un periodista que le gustaría ser recordado "como alguien que logró un gobierno laborista audaz y reformista. Como un gran padre y amigo".  En otra entrevista le indagaron sobre su principal temor. Contundentemente dijo "La derrota… Odio perder, especialmente en fútbol y política. Juego fútbol sala cada semana, en el centro del campo, dirigiendo. Mucha gente dice que lo importante es participar. No soy de esa opinión. Lo que cuenta es ganar", afirmó este deportista e hincha del Arsenal.

Si se convierte en máximo dirigente político de su país, Keir Starmer será el primer vegetariano en llegar al cargo.

Abogado de gran reputación, conoció a su mujer, Victoria, con la que tiene dos hijos, por cuestiones laborales, ya que también ella se dedica al derecho.

"Estábamos trabajando juntos en un caso y tuve la audacia de cuestionar parte del trabajo que estaba haciendo. Por lo que su primera opinión de mí fue decir a sus amigos que por quién me tomaba yo", explicó en una entrevista.

Propuestas

Aunque coincide con los conservadores en el deseo reducir la inmigración y en la defensa de la ortodoxia presupuestaria, Starmer y los laboristas tienen una agenda programática muy diferente.

De esta forma, planea aumentar impuestos para ciertos contribuyentes, entre ellos escuelas privadas o empresas del sector de los hidrocarburos, pero asegura que no los aumentará a los trabajadores, mientras que frente a la inmigración ilegal, que alcanzó un record en 2022, especialmente de personas de fuera de la Unión Europea, promete políticas puntuales y efectivas descartando la deportación hacia Ruanda, como lo aprobaron los conservadores.

La producción de energía renovable es una bandera bipartidista, pero la diferencia radica en que los laboristas no expedirán ningún otro permiso de perforación de hidrocarburos en el Mar del Norte, que buscan crear GB Energy, una empresa de inversión pública en energías limpias y fijar en 2030 la prohibición de circular a coches nuevos que funcionen con gasolina o diésel (algo que Sunak había programado para 2035).

Para reorientar un sistema de salud pública (NHS) con problemas, quieren reducir las interminables listas de espera del NHS con 40.000 consultas adicionales cada semana o incluso contratando a 8.500 personas dedicadas a la salud mental.

Uno de los grandes cambios que plantea Starmer es que el derecho al voto sea a partir de los 16 años, dos menos que en la actualidad, una propuesta que genera mucho recelo y suspicacia, como ha ocurrido en la mayoría de países que lo han planteado.

Así, con nombre de padre fundador del laborismo y apellido que hace alusión a una estrella, Keir Starmer descolla en la política inglesa. Descontado su triunfo, la duda es que tan fuerte y cuánto brillará. Es, sin duda, el ‘centrocampista’ que llevó el partido a la delantera y lo tiene a punto de meter un histórico gol.