EN MENOS de tres años el péndulo político en la mayoría del mundo ha vuelto a la derecha y no por la acción gravitacional que caracteriza a este objeto que Galileo descubrió en 1583, sino por la creciente desilusión ciudadana con el cambio que la antípoda programática -la izquierda- no cumplió tras haberles dado la oportunidad de gobernar.
Los contundentes triunfos de Javier Milei (Argentina), del Partido del Partido de la Libertad liderado por Geert Wilders en Países Bajos (Holanda) y los conservadores del Partido Nacional encabezados por Christopher Luxon en Nueva Zelanda, son las más recientes evidencias de que el mundo, de extremo a extremo, sigue virando a la derecha, una tendencia que si bien comenzó a marcarse a comienzos de esta década ha tomado inusitada fuerza en los dos últimos años.
Desde que la definición de izquierda o derecha fue creada en la Revolución Francesa tomando referencia los girondinos y los jacobinos se sentaban -a cada costado- para enfrentarse en la Asamblea Nacional, esta dicotomía política (cimentada en ideologías diferentes y generalmente opuestas) se ha rediseñado o ‘mutado’ a otras propuestas programáticas, pero siempre dentro de la línea recta que, en las democracias, representa este sistema de organización de las sociedades.
Así, con el paso del tiempo, aunque sin desmarcarse totalmente de los lineamientos programáticos de ese viejo bipartidismo se gestaron tendencias dentro de ese lineal espectro político, a saber: centro (que puede ser de derecha o de izquierda), ultras o extremos (ídem) y la de centro-centro, que tiene un arraigado pensamiento conservador en contraposición con los socialistas y los recientemente en auge rotulados ‘progresistas’.
Estos últimos piensan, entre otras cosas, que el Estado tiene más funciones, entre ellas asegurar el bienestar para la mayoría y compensar las desigualdades, por lo que necesita redistribuir la riqueza. Así mismo que el mercado no tiene la capacidad de controlarse y de allí que degenere en un capitalismo desenfrenado. En cambio, los conservadores son defensores a ultranza de la libertad, el orden, el libre mercado, la propiedad privada, la familia tradicional y los derechos naturales.
Y es dentro de esas antípodas del pensamiento que los partidos políticos han ofrecido a los ciudadanos, en la mayoría del globo, agendas programáticas para gobernar. Sin embargo, una rápida mirada a la actual situación evidencia que, al menos en la mayoría de Europa, así como en América Latina y el Caribe, tras ensayar mandatos de izquierda (con todas sus gamas del espectro) han optado por volver a los de derecha.
Con corte a este mes, y tras los resultados de este miércoles de las elecciones legislativas en Holanda, en Europa hay 25 gobiernos de derecha, cinco más en grandes coaliciones lideradas por los conservadores, 10 de centro-izquierda y uno solo rotulado como de izquierda: España.
En América Latina y el Caribe, el aplastante mandato ciudadano a Javier Milei es el más reciente pero no el único, ya que semanas atrás se impuso en las urnas, gracias al mayoritario apoyo de la derecha, el joven Daniel Noboa en Ecuador, quien asumió este jueves para para completar el período del también conservador Guillermo Lasso, sumándose así a los gobiernos conservadores que hay en Uruguay, Paraguay, El Salvador, Panamá y Costa Rica.
En Guatemala triunfó Bernardo Arévalo, quien se define como ‘progresista’ con su partido ‘Semilla’, inhabilitado posteriormente a la jornada de las urnas.
Y aunque el mapa del continente americano es mayoritariamente de izquierda, por los Ejecutivos que hay en México, Colombia, Chile, Perú, Honduras, República Dominicana, Bolivia y las dictaduras en Venezuela, Nicaragua y Cuba, hay alta posibilidad de que en las próximas elecciones el péndulo político retorne a la derecha en México con Xóchtil Gálvez, empresaria y líder política de origen indígena que une a la oposición mexicana para derrotar el continuismo con Claudia Scheinbaum, así como en Estados Unidos donde el expresidente Donald Trump, pese a la ofensiva judicial en su contra, continúa liderando la intención de voto frente al demócrata Joe Biden.
Mapas europeo
En Europa, la mayoría de los grandes países son gobiernos de derecha (solo conservadores o en alianzas con otras formaciones de esa tendencia), con dos grandes excepciones: España con la izquierda de Pedro Sánchez, reelecto recientemente tras lograr un cuestionado canje de amnistía por siete votos de los independentistas; y Alemania, donde el socialdemócrata Olaf Scholz, se hizo al poder en 2021 tras el retiro de la política de la líder conservadora Ángela Merkel, quien fungió como jefe de gobierno por 16 años.
En solo este año han sido trece los países de Europa en donde los partidos de derecha ganaron las legislativas y si bien en cinco de ellos no lograron la mayoría parlamentaria, lograron coaliciones para gobernar.
A hoy, como reseñamos, son 30 naciones del Viejo Continente con gobiernos de esta tendencia política, mientras que en diez hay gobiernos definidos como de centro-izquierda y uno solo rotulado como izquierda: España. (Ver tabla)
Vale también destacar que en Reino Unido, donde los conservadores mantienen el poder desde 2010, el actual primer Rushi Sunak acaba de cumplir un año en el gobierno, tras la salida forzada de Boris Johnson, mientras que en Italia, Giorgia Meloni, que logró revivir la esencia del partido tradicional, completó doce meses en el gobierno devolviendo no sólo la estabilidad política al país, sino implementando una eficaz reactivación económica.
El más reciente triunfo de la derecha en Europa tuvo lugar este martes en Países Bajos (Holanda) donde el Partido de la Libertad (PVV, rotulado como de extrema derecha), liderado por Geert Wilders, fue el más votado, alcanzando 37 de los 150 escaños parlamentarios, por lo que deberá promover una coalición para gobernar en la que de seguro entrarán los conservadores del Nuevo Contrato Social, que sumó 20 bancas.
Como segunda fuerza nacional quedó la alianza de izquierda y ecologista, con 25 escaños, mientras que el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), del primer ministro saliente, Mark Rutte, sólo alcanzó 24 legisladores (-10).
Esta semana también se informó que los conservadores neozelandeses (Oceanía), el Partido Nacional, en alianza con las formaciones Nueva Zelanda y Nueva Zelanda Primero (extrema derecha) gobernarán el país, designado como primer ministro a Christopher Luxon. Se pone fin así al Ejecutivo de la izquierda que estuvo al mando por cuatro años y que terminó anticipadamente por la sorpresiva renuncia, meses atrás, de Jacinda Ardern.
América Latina y el Caribe
En contravía de lo que ocurre en Europa, e los 19 países de conforman la región, 13 están gobernados por la izquierda. Sin embargo, en las elecciones presidenciales que se registraron este año, a saber: Paraguay, Ecuador, Argentina y Guatemala, se evidenció el retorno -o la continuidad- de la derecha en tres de ellos.
Salvo en el primero de ellos, donde solo se establece una sola vuelta presidencial, en el resto hubo balotaje, dando como ganadores, con contundentes votaciones, a los derechistas Santiago Peña en Paraguay, Javier Milei en Argentina y Daniel Noboa en Ecuador.
En Guatemala, el ganador fue el izquierdista Bernardo Arévalo y debe posesionarse el 14 de enero. Sin embargo, en este país centroamericano se vive desde su elección (hace dos meses) un enfrentamiento entre éste y la Fiscalía, así como las autoridades electorales por la inhabilitación de su partido, ‘Semilla’.
En Paraguay, Peña asumió la presidencia el pasado 15 de agosto, dando continuidad a los gobiernos colorados (conservadores), hizo lo propio este jueves Daniel Noboa en Ecuador y, en Argentina, Milei se impuso con un contundente 55% frente al ministro de Economía, Sergio Massa (44%), poniendo fin a la hegemonía peronista. Asumirá el 10 de diciembre.
Los mandatarios conservadores en la región, además de estos son: Luis Lacalle Pou (Uruguay), Nayib Bukele (El Salvador), y Laurentino Cortizo (Panamá) y Rodrigo Chaves (Costa Rica). /Redacción internacional.