TRES sorpresas contundes y trascendentales para la política argentina ha dado el economista conservador Javier Milei en tan solo dos años, el outsider que ha logrado concitar el descontento ciudadano por la grave crisis económica y social que enfrentan desde algunos años.
Su debut en política fue tan inesperado como exitoso. Abanderando el novel movimiento “Libertad Avanza”, logró en 2021 convertirlo en la tercera fuerza más votada en Buenos Aires (17%) y desde entonces ganó visibilidad e influencia gracias a su rol como analista económico en televisión, lo que sin duda fue la base de la segunda sorpresa: ser el más votado en las primarias de este agosto (30.04%), dejando a los candidatos del bipartidismo en shock, ya que el oficialista Sergio Massa (peronismo Unión por la Patria) obtuvo 28% y la centroderechista del partido Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, 27%.
Con un discurso radical, antisistema, propositivo y claro, este autodefinido ‘libertario’ y apodado el 'león' por su melena alborotada sigue capitalizando el descontento de un vasto sector de argentinos y no sólo de los que entraron en la franja de pobreza este año (llegó a 40% en el primer semestre), sino de jóvenes, hombres adultos y cada vez más mujeres que creen que es momento de dar un golpe de timón al país.
Es así como desde entonces, en nueva sorpresa -ya que algunos analistas consideraron que se ‘desinflaría’ electoralmente – se consolidó como el favorito ganar la primera vuelta presidencial que se verificará el 22 de este mes.
Con intención de voto que fluctúa entre el 33% y el 37%, según todas las encuestas realizadas a fin de septiembre, Milei saca una ventaja de cinco puntos sobre Massa y Bullrich, quienes protagonizarían un cerrado duelo por el segundo lugar.
Específicamente el promedio de dichas mediciones es: Milei (35.3%), Massa (30%) y Bullrich (25.9%). Siguen, pero muy distantes, Juan Schiaretti del movimiento ‘Hacemos por nuestro país’ y Myriam Bregman, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (5%).
Con base en las encuestas (que no acertaron en las primarias), la definición presidencial en Argentina sería en balotaje programado para el 19 de noviembre. Para evitarla, un candidato debe obtener en la primera vuelta el 45% del total de votos o más del 40% con diez puntos de ventaja respecto al segundo.
Salvo una decantación mayoritaria de los indecisos -que rondan el 15%- por alguno de los candidatos tradicionales, el ‘libertario’ tendría el tiquete asegurado para la segunda ronda. Su más seguro rival es, según 16 de 18 sondeos) sería Massa. Y frente a él o a Bullrich, se haría con las llaves de la Casa Rosada.
Es así como en un ascenso fulgurante, el economista de 52 años, que con su férrea personalidad raya en la irreverencia y sus propuestas radicales ‘amenazan’ el orden institucional según arguye la oposición, pasó de ser una tercería electoral a una primera opción, un ‘fenómeno’ político que muchos intentan explicar.
Juan Negri, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Torcuato di Tella, señala que “nadie lo imaginó. Fue primero en lugares donde no tenía ningún apoyo...Caló hondo porque promete algo novedoso”.
Para el también politólogo Gabriel Puricelli, del Laboratorio de Políticas Públicas, el primer y gran impacto de Milei fue su discurso contra “la casta política parasitaria, chorra (ladrona) e inútil", porque “con ello captó la decepción con los partidos que gobernaron los últimos años”, a saber, el peronismo y la centroderecha.
"Diez años de estancamiento y cinco de alta inflación alimentaron un descreimiento en amplios sectores respecto a la capacidad de gobernar de las dos grandes coaliciones. Milei logró interpelar ese descreimiento y construir un electorado de la nada, a partir de desencantados de ambas coaliciones", agregó.
Recientemente el diario Clarín, aupando en sentimiento de analistas, encuestadores y políticos, escribió “un elefante nos pasó por delante y no lo vimos".
Y, precisamente ese ‘elefante’ que es Milei describe su creciente apoyo porque "la gente está enojada”, pero advirtió que es tan peyorativo como fuera de lugar hablar de un ‘voto bronca’ (protesta o castigo)”.
“Estamos en un cambio de época. Los argentinos dijeron basta al modelo de la casta", ha insistido el economista.
Al igual que ocurre con los ‘outsider’ en el resto del mundo, que al identificarse con el inconformismo ciudadano ganan adeptos y son los mayores beneficiarios de la polarización política, Melei ha marcado su terreno en Argentina. Perfilar su elector es difícil por lo heterogéneo y novedoso de este fenómeno, el que no se registraba desde los años 60’s.
Siendo conservador, es previsible que para la segunda vuelta, electores de la centroderecha se inclinen por apoyarlo ya que por definición política son la antípoda de la izquierda, el peronismo mutado hoy a kirchnerismo, que encarna en esta contienda el ministro de Economía, Massa.
“Es la economía”
En un país marcado por la crisis económica, con una inflación que llega al 115% interanual, pobreza en aumento (40%) y abultada deuda con el Fondo Monetario Internacional, el discurso de Milei, con propuestas inclusive impensables, ha sido de hondo impacto.
Ello quedó evidenciado en el primer debate presidencial del domingo pasado y, de seguro, ocurrirá nuevamente el próximo domingo, en el último cara a cara.
Las propuestas para combatir el alto costo de vida, la fuga de divisas, la dolarización de la economía y la eliminación del Banco Central dominaron ese primer encuentro, donde Massa, fue blanco de las críticas por las políticas del gobierno y máxime tras la advertencia del FMI de que las medidas que adoptó para fortalecer el poder adquisitivo, “suman otros desafíos” a este país. En otras palabras, son combustible para atizar la galopante inflación.
En su intervención, Massa, un abogado de 51 años, reconoció que la inflación es el peor problema y pidió disculpas por no haber podido disminuirla. Aseguró que, en caso de ser presidente, promoverá una ley de blanqueo de capitales, para que regresen al país los fondos depositados en el exterior sin pagar impuestos, junto con un plan de desarrollo exportador.
Pero sus declaraciones fueron criticadas por los demás candidatos. "Explícale a los argentinos cómo siendo el peor ministro de Economía vas a ser un buen presidente. Hiciste todo mal. Duplicaste la inflación", lo increpó Bullrich, mientras que la izquierdista Bregman le reprochó haber devaluado la moneda cerca del 20% el 14 de agosto, un día después de las primarias, para cumplir con una exigencia del FMI.
"Argentina está en decadencia. Si seguimos así en 50 años vamos a ser la villa miseria más grande del mundo", sostuvo el candidato libertario que, a renglón seguido esbozó los ejes programáticos de su eventual presidencia: reforma del Estado, desregular la economía, hacer privatizaciones y cerrar el Banco Central”.
Así, un primer paso que estipula Milei que económicamente admira a Adam Smith y Friedrich Hayek, mientras que políticamente al argentino Juan Bautista Alberdi, de quien aspira a “ser buen discípulo” por considerarlo un “gran pensador de la libertad”, es detener la emisión monetaria y dolarizar. Seguidamente eliminaría el Banco Central al que responsabiliza “de haber robado 6 puntos del PIB” con el impuesto inflacionario y este año hará lo mismo.
En otros apartes de su intervención ratificó que rompería relaciones con China porque en ese país "la gente no es libre, no puede hacer lo que quiere y cuando lo hace, los matan", mientras que sus mayores alianzas serán con Estados Unidos e Israel.
Férreo defensor de la vida, recordó que “ella inicia con la concepción” por lo que dijo derogará la ley del aborto aprobada en 2000, argumentando que “cuando se construye sobre un principio moral incorrecto, el resultado es inmundo” y preguntó. ¿Cómo puede ser un derecho ganado poder matar a otros seres humanos?".
A sus 52 años, este admirador de los Rolling Stones, que en sus años juveniles fue vocalista de una banda de rock y también futbolista, que vive con su hermana y cuatro perros mastines, es la gran sorpresa de la política argentina, con alto chance de trastearse a la Casa Rosada.