En aparente crítica velada a la invasión rusa de Ucrania, el presidente chino Xi Jinping advirtió en la cumbre del G20 contra la instrumentalización de los alimentos y la energía como armas, en una aparente crítica velada a la invasión rusa de Ucrania.
"Debemos oponernos firmemente a la politización, instrumentalización y uso como arma de los problemas alimenticios y energéticos", declaró Xi en la cumbre en la isla indonesia de Bali, donde reafirmó su oposición a la política occidental de sanciones.
En su intervención, el líder chino también hizo un llamado a la unidad y pidió una "colaboración global" para impulsar el desarrollo económico, así como "priorizar el desarrollo" a nivel internacional.
"Necesitamos construir una colaboración global para la recuperación económica, priorizar el desarrollo y poner a la población en el centro, tener en cuenta siempre las dificultades que atraviesan los países en desarrollo y abordar sus preocupaciones", sostuvo.
Así, instó a "contener la inflación a nivel global y desactivar los riesgos económicos y financieros sistémicos" y ha agregado que "las economías desarrolladas deberían mitigar las consecuencias negativas de sus políticas de ajuste monetario y mantener sus deudas en niveles sostenibles".
Xi apostó por incluir a la Unión Africana en el G20 y agregó que “nadie debe participar en prácticas de empobrecimiento al vecino y de construcción de 'un pequeño patio con elevadas vallas”.
Le puede interesar: Por misiles cerca a frontera, Polonia convoca a Consejo de Seguridad
Posteriormente, reunió con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, encuentro en el que ambos coincidieron en la importancia de las relaciones bilaterales. El presidente chino ha incidido en que el mundo ha entrado "en un nuevo periodo de turbulencia y cambio" y ha apostado por "mantener el espíritu de independencia, apertura y cooperación". "China espera que Francia dé a los negocios chinos un ambiente más justo, igualitario y no discriminatorio", resaltó Xi.
Macron, por su parte, sostuvo que "las consecuencias del conflicto en Ucrania superan las fronteras europeas y deben ser superadas a través de una estrecha cooperación entre Francia y China".
Entre tanto, el presidente argentino, Alberto Fernández, experimentó una primera jornada convulsa en dicha cumbre, víctima de una "gastritis" que, sin embargo, no impidió su encuentro con el dirigente chino Xi Jinping.
Fernández había depositado esperanzas en el segundo encuentro este año con Xi, del que arrancó un compromiso para ampliar en 5.000 millones de dólares sus acuerdos "swap" de intercambio de monedas con el Banco de China.
"Nos informó el presidente Xi que había autorizado al gobierno chino a que Argentina disponga libremente de 35.000 millones de yuanes, lo que significa 5.000 millones de dólares", dijo Fernández tras el encuentro.
El "swap" es un intercambio de divisas entre dos países, que no tiene costo mientras no se utilizan las divisas pero queda contabilizado en las reservas, en este caso de Argentina.
Hasta ahora, el monto del mecanismo de intercambio pactado con China ascendía a 130.000 millones de yuanes, unos 18.500 millones de dólares, pero Buenos Aires hacía meses que pedía una ampliación.