La brecha económica y social entre blancos y negros en Estados Unidos hace que las muertes de madres y bebés negros sean significativamente más altas que las de los blancos.

De acuerdo con los datos del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC), aproximadamente 700 a 900 mujeres mueren cada año por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto.

Los datos sugieren que las mujeres afroamericanas tienen casi cuatro veces más probabilidades de morir durante el embarazo o el parto que las mujeres blancas.

Mientras que la tasa de mortalidad de las mujeres blancas es 12,7 por 100.000, la tasa es de 43,5 por 100.000 en mujeres negras.

Según los datos, en el primer año de vida de los bebés negros, la tasa de mortalidad es de 11,3 por 1.000, pero de 4,9 por 1.000 en bebés blancos.

Los expertos señalan que el racismo es la razón principal de este problema.

La Asociación Nacional no gubernamental para Mujeres y Familias en Washington, en su informe sobre los problemas de salud que enfrentan las madres negras, reveló el año pasado que el racismo es la principal causa de muerte, así como el sistema de salud y la pobreza.

El 75 por ciento de las mujeres negras da a luz en hospitales en sus áreas de origen, de menor calidad que los de las áreas blancas.

Este hecho lleva a tasas más altas de muertes de madres y bebés.

Los expertos sostienen que el racismo social ha provocado prejuicios de larga data reflejados en la atención médica y ha provocado la pérdida de vidas, incluso para las mujeres negras con las mejores oportunidades.

"El verdadero racismo corporativo y estructural es una carga enorme en la vida de nuestros pacientes negros", dijo a The New York Times Sanithia L. Williams, miembro de los Médicos para la Salud Reproductiva.

Las organizaciones sin fines de lucro están trabajando para que las autoridades introduzcan nuevas leyes que aborden este problema.