EL espaldarazo de Francia a la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental es la movida más contundente del presidente Emanuel Macron en su política de cimentar una nueva era en su relación con ese país del norte de África.

En línea con la definición que sobre el tema comenzó a sentar a comienzos de este 2024 al enviar a su canciller a Rabat para “abrir un nuevo capítulo” en la relación bilateral y que reforzó a finales de julio con una carta que envió al rey Mohamed VI comunicándole el cambio de la visión galo sobre el conflicto por el Sáhara Occidental, el presidente Macron protagonizó dos hechos este martes con los que evidenció la postura de su gobierno: ratificar ante el Parlamento de Rabat que “la autonomía bajo soberanía marroquí es la única base para alcanzar una solución política justa” y la publicación de un mapa en el que la zona en disputa se incluye como parte de Marruecos.

De esta forma, el mandatario galo sigue los pasos que años atrás adoptaron otros dos mandatarios, a saber, en 2020 el entonces presidente republicano de Estados Unidos, Donald Trump -quién reconoció la soberanía marroquí sobre el territorio reclamado por el Frente Polisario a cambio de que Marruecos normalizara su relación diplomática con Israel- y la de Pedro Sánchez, que en marzo del 2022 cambió la posición de España en el tema, calificando la propuesta de autonomía que presentó Marruecos en 2007  como "la base más seria, creíble y realista para la resolución de esta disputa".

Si bien ese cambio ha sido el más importante desde que Madrid cediera en 1975 la antigua colonia delo Sahara español a Marruecos y Mauritania (lo que gestó República Árabe Saharaui Democrática y al nacimiento de un conflicto armado entre Rabat y el Frente Polisario), el discurso de Macron en su primera visita de Estado a esa nación africana así como la divulgación del mapa son no sólo los hechos más trascendentales de los últimos años, sino que allanan el camino para la resolución definitiva del viejo conflicto.

 Este martes, el presidente francés Macron afirmó contundentemente ante el Parlamento de Marruecos que "el presente y el futuro" del Sáhara Occidental se enmarca dentro de la "soberanía marroquí" y se comprometió a defender esa posición en todas las instancias internacionales.

“Lo reafirmo aquí, ante ustedes. Para Francia, la autonomía bajo la soberanía marroquí es el marco en el que debe resolverse esta cuestión…Acompañaremos a Marruecos en los organismos internacionales porque el plan de autonomía de 2007 constituye la única base para alcanzar una solución política justa, duradera y negociada conforme a las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”,  dijo el mandatario centroderechista galo en su discurso, levantando cerrada ovación de los parlamentarios que tuvieron como invitado de honor a Su Majestad, el Rey Mohammed VI.

A renglón seguido indicó: “Y lo digo aquí también con mucha fuerza, nuestros operadores y nuestras empresas acompañarán el desarrollo de estos territorios a través de inversiones, iniciativas sostenibles y solidarias en beneficio de la población local”.

Macron situó esta significativa evolución de la posición de Francia en el marco de un contexto regional que debe favorecer la cooperación y la consulta. Así, explicó que “esta posición no es hostil a nadie. Nos permite abrir una nueva página entre nosotros, como con todos aquellos que quieran actuar en un marco de cooperación regional, en el Mediterráneo, con los países vecinos de Marruecos y con la Unión Europea”.

Macron recordó que el Reino es “el primer cliente” de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) en materia de inversiones, asegurándoles que la misma seguirá financiando proyectos en el Reino, incluidos los realizados por empresas francesas en el Sáhara.

De otra parte, calificó como un terrible error estratégico que los grupos financieros europeos y franceses abandonaran África “a causa de las reglas y normas reguladoras que los europeos han tomado para sí” e instó a sus socios del bloque comunitario a interrogarse sobre ello.

También tuvo un claro y emotivo mensaje para el rey Mohammed VI, que festeja un cuarto de siglo en el trono, destacando que “Su Majestad encarna la continuidad de una de las dinastías más antiguas del mundo y una de las figuras de la modernidad industrial y tecnológica” y enfatizó que el Reino de Marruecos “avanza con confianza, esta confianza que tiene en sí mismo y que tiene en su Rey, la conciencia de que su larga historia y la energía de una juventud numerosa, plenamente deseosa de acompañar su progreso”.

Subrayó también que el Islam de la tolerancia, preconizado por Su Majestad el Rey, “es un desafío a todas las formas de extremismo” y aseguró que “esta riqueza de Marruecos es aún más valiosa y digna de respeto en un momento en que nuestro mundo está desgarrado por la intolerancia y la guerra”.

Luego del transcendental discurso de Macron ante el Rey y el Parlamento, el gobierno francés publicó un mapa en el que incluye al Sáhara Occidental como parte de Marruecos, lo recibió el inmediato beneplácito del país africano.

 "Como parte del impulso dado por Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios le asista, a la causa nacional y a la dinámica positiva que está experimentando a nivel internacional, hoy se ha publicado en el sitio web oficial del Ministerio de Exteriores francés el mapa oficial de Marruecos que integra a su Sáhara", expresó la cartera de Exteriores marroquí en un mensaje publicado en la red social X.

Como se sabe, la antigua colonia española del Sahara Occidental fue ocupada por Marruecos en 1975 pese a la resistencia del Frente Polisario, con quien se mantuvo en guerra hasta 1991, cuando ambas partes firmaron un alto el fuego con vistas a la celebración de un referendo de autodeterminación, el que no se ha realizado ante las diferencias que mantienen sobre la elaboración del censo y la inclusión de colonos marroquíes.

La ONU considera que ese territorio, que tiene importantes recursos naturales, es un "territorio no autónomo".

El último revés para el pueblo saharaui fue el apoyo de los gobiernos español y francés al plan de autonomía marroquí, un cambio de postura calificado de traición por el Frente Polisario, que recuerda además que España es aún 'de iure' (de derecho) la potencia administradora del Sáhara Occidental.

Con lo ocurrido esta semana, Francia da un decisivo paso en su política internacional, que esbozó desde la carta que envió al rey Mohamed VI, apostando por una pronta resolución del conflicto.

El plan de autonomía

Para resolver el conflicto del Sáhara Occidental, que lo oponen desde 1975 a los independentistas saharauis, Marruecos propone un plan de autonomía del territorio disputado, pero en el marco de su soberanía y la "unidad nacional".

"La Iniciativa marroquí para la negociación de un estatuto de autonomía de la región del Sáhara" fue presentada por Marruecos el 11 de abril de 2007 para responder a los llamados del Consejo de Seguridad de la ONU a favor de una "solución política definitiva".

Según sus promotores, esta agenda debería poner fin al bloqueo ya las hostilidades con los independentistas saharauis del Frente Polisario apoyados por Argelia, que la rechaza.

Marruecos considera que el Sáhara Occidental, al que designa como sus "provincias del sur", era parte integrante de su territorio antes de que fuera colonizado por España y que su "marrocanidad" no es negociable.

Según el plan de autonomía, el Estado marroquí conservaría su soberanía en este vasto territorio desértico que bordea la costa atlántica, del que controla de facto el 80%, pero trasladaría una parte de sus competencias administrativas, legislativas y judiciales a la población local, que administraría "democráticamente" sus asuntos.

La "región autónoma del Sahara" estaría dotada de un gobierno y de su jefe, un Parlamento (compuesto de representantes de las diferentes tribus saharauis y miembros elegidos por sufragio universal directo) y de jurisdicciones propias, encabezadas por un Tribunal superior.

"El gobierno, el Parlamento y las jurisdicciones saharauis deberán reglamentar, legislar y juzgar de conformidad con el estatuto de autonomía de la región y la Constitución del reino", precisa el texto.

La región autónoma vigilaría el presupuesto y la fiscalidad local (impuestos, tasas y contribuciones territoriales) para financiar el desarrollo del territorio, rico en fosfatos y aguas con abundante pescado.

El Estado conservaría los atributos regalianos, como la bandera y la moneda, las relaciones exteriores, la seguridad y la defensa.

Este plan busca "crear las condiciones de un proceso de diálogo y de negociaciones que lleven a una solución política mutuamente aceptable", según Marruecos. /Redacción internacional con agencias AFP y Europa Press