Conscientes de que sólo con una estabilidad política es posible plantar cara a los desafíos económicos de Italia, la triunfante coalición de derecha apuesta por formar un gobierno que cumpla el mandato de cinco años, lo que con pocas excepciones ha ocurrido desde la Segunda Guerra Mundial.
La contundente victoria de la ‘derecha dura’ que encarna Giorgia Meloni, sumada a los ya incondicionales apoyos de sus socios Matteo Salvini (La Liga), Silvio Berlusconi (Forza Italia) y Maurizio Lupi (Nosotros Moderados) abren la puerta a que la joven dirigente se convierta en la primera mujer jefe de gobierno, un proceso que exige un trabajo de filigrana política, así como surtir varios filtros en el nuevo Parlamento que asumirá este 13 de octubre.
Estos son los puntos más relevantes de este hecho sin precedentes, los pasos a superar para posibilitar este gobierno y los cambios que contempla la agenda programática de la triada conservadora, entre los que no se descarta una reforma a la Constitución.
1. Victoria contundente. Las encuestas acertaron, pero se quedaron cortas ya que la intención de voto por Meloni y su movimiento “Hermanos de Italia” obtuvieron más del 26% de los votos, cuando se le vaticinaba un tope del 25%. Así se convirtió en la primera fuerza política de Italia y en sumatoria con sus socios de La Liga (que obtuvo 9%), Fuerza Italia (8%) y Nosotros Moderados (0.9%), la derecha alcanza la mayoría absoluta tanto en la Cámara de Diputados (de 227 a 257 escaños) como en el Senado. El izquierdista Partido Demócrata (PD) de Enrico Letta, quién anunció que no se presentará a las primarias internas tuvo el 19%, mientras que los antisistema de 5 Estrellas superaron el 15% de respaldo en ambas Cámaras. Por bloques, en la de Diputados la coalición de derecha suma 43.9% de los apoyos, la de izquierda, de la que no hacen parte ese último movimiento el 26.3%, mientras que en Senado los respectivos guarismos son 44.1% y 26.1%.
2. Con el ojo en octubre. Tras su contundente victoria, Meloni, en nombre del frente de derecha, reclamó la dirección del gobierno y prometió trabajar para "todos los italianos". En su primer pero emotivo primer discurso, tranquilizó a los sectores que no la votaron y a los mercados, señalando que “no somos un punto de llegada, sino de partida. (...) Los italianos han enviado un mensaje claro de apoyo a un gobierno de derecha encabezado por Hermanos de Italia. Nos han elegido, no los traicionaremos y gobernaremos para todos", aseguró. De esta forma la líder de la derecha dura italiana, con la vista puesta en el 13 de octubre, retomó las conversaciones con sus aliados políticos para alinear el programa de gobierno.
3. Tras cinco años de estabilidad. El líder de la conservadora Liga, Matteo Salvini, reiteró la apuesta que hizo en el cierre de campaña: un gobierno que complete la legislatura de cinco años, lo que no ocurre desde el mandato de otro conservador, el de Silvio Berlusconi, en su segundo turno (2001- 2006) ya que en su debut estuvo solo un año y, en el tercero un poco más de tres. "Hoy es un gran día porque tenemos cinco años de estabilidad por delante", dijo ayer en su sede en Milán, donde tras felicitar a Meloni aseguró que "trabajaran juntos durante mucho tiempo". Enfatizó que la jornada electoral supone un "primer paso" para lograr que la formación cuente con un centenar de escaños en el Parlamento, al tiempo que hizo mea culpa porque su formación hubiese tenido un apoyo mucho más bajo al proyectado, el que dijo fue el precio por haber apoyado al saliente ejecutivo de Mario Draghi. Agregó que “ahora estamos con un papel protagonista, y ofreceremos al país el mejor equipo posible”.
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4. Coalición, a pruebas de fuego. El frente de derechas italiano busca marcar su primer hito el próximo 13 de octubre con la designación de Meloni para ocupar el Palacio Chigi, sede del Gobierno. Ese día se reúnen por primera vez el nuevo Parlamento y la elección de la presidencia de ambas Cámaras será la primera gran prueba para la sólida coalición que sustentará a Meloni. El Senado, con legisladores electos y seis vitalicios, se reunirá también "a más tardar el vigésimo día" tras la votación. El proceso sigue con la convocatoria del jefe de Estado, Sergio Mattarela a los líderes de los grupos parlamentarios, a los de las coaliciones, a los expresidentes de las cámaras y a los expresidentes de la República antes de encargar la formación de gobierno. Se da por descontada la elección de la ‘hermana de Italia’ quien tras ello deberá presentar una lista de ministros y podrán jurar sus cargos en el Quirinal (presidencia) para constituirse formalmente el Consejo de Ministros. Sin embargo, en un plazo de diez días deberán someterse a un voto de confianza de las dos cámaras.
5. El retorno de Berlusconi. Otro hecho importante tras las legislativas es el retorno del expremier y presidente de Forza Italia, Silvio Berlusconi (86 años) al Senado, tras casi una década. “Il Caveliere” ganó en Monza con el 50.32% de los votos, casi el doble de la candidata de la centroizquierda Federica Perelli. "El voto es la única arma para cambiar las cosas…Vi largas colas en los colegios electorales. Es signo de un gran deseo para dar a Italia un gobierno estable y de fiar", dijo el otrora mentor de Meloni y quien, sin duda, se convertirá en un alfil clave tanto para los acuerdos programáticos dentro de la coalición de derechas como para sacar avante las ambiciosas reformas que pretenden.
6. Reforma de la Constitución. Ante los cambios que necesita Italia y aprovechando su mayoría en el Parlamento es casi seguro que la futura coalición gobernante proponga una reforma a la Carta Política. Francesco Lollobrigida, el actual portavoz de Hermanos de Italia, sostuvo que "La Constitución es hermosa, pero también tiene 70 años". Agregó que la misma incluye "cuestiones críticas" y que esas han "trabado" algunas reformas, entre las que mencionó la renta de ciudadanía sobre la que dijo ha “fallado estrepitosamente” y la ausencia de verdaderas políticas de empleo.
7. Economía, el gran reto. El nuevo ejecutivo sucederá al gobierno de unidad nacional liderado desde enero de 2021 por Mario Draghi, el expresidente del Banco Central Europeo (BCE), que tomó las riendas de la tercera economía de la eurozona, hundida por la pandemia. Draghi negoció con la UE una ayuda financiera de casi 200.000 millones de euros, a cambio de que su país realice profundas reformas económicas e institucionales. Meloni prometió que dialogará con sus socios europeos para cambiar las condiciones de esos recursos, aún sin desembolsar, “según las necesidades y las prioridades", al igual que tenga en cuenta además la creciente inflación. También deberá adoptar políticas para mitigar la elevada deuda, que representa el 150% del PIB.
8. “Dios, patria y familia”. Ese que ha sido el lema de Meloni durante su meteórica carrera política, la que llegaría a su cenit con la jefatura de gobierno, es también su línea de acción política. La líder política quiere promover los valores "conservadores", compartidos por todos y pretende defender "las raíces y la identidad histórica y cultural judeocristiana de Europa". Anticipó que pondrá en marcha un "plan de apoyo a la natalidad que prevé guarderías gratuitas, jardines escolásticos en las empresas y ludotecas". Combatir así el "invierno demográfico" que, según ellos, está poniendo en peligro la herencia cristiana del continente. Los italianos no tienen hijos, por lo que ha sido calificado como “el Japón de Europa” y la población crece gracias a los inmigrantes.
9. Otras prioridades. Guerra en Ucrania, Unión Europea (UE), inmigración, calentamiento global, figuran entre los temas que han prometido encarar unidos los partidos de la coalición de derechas. En cuanto al primer tema ha recalcado que se respetarán los compromisos adquiridos con la OTAN y el apoyo a la nación invadida por Rusia. En el segundo, garantiza la "plena adhesión al proceso de integración europea", aunque va a pedir una "Unión Europea más política y menos burocrática" y exigir la "revisión de las reglas del Pacto de Estabilidad y de la gobernanza económica". En el tercero, la idea es frenar este fenómeno con la creación de "puntos calientes" en los países de origen, donde se tramitarán las solicitudes de asilo, mientras que en el último respetarán los compromisos internacionales y promoverán la “transición energética sostenible”. /Redacción internacional con agencias