Republicanos mantienen el Senado de EU | El Nuevo Siglo
Foto AFP.
Martes, 6 de Noviembre de 2018
Redacción internacional

LOS DOS partidos, Republicano y Demócrata, quedaron en tablas tras las elecciones de Medio Término, la noche de este martes, en Estados Unidos. Los primeros, como pronosticaban los sondeos, lograron la mayoría absoluta en el Senado, mientras que los segundos les quitaron 23 escaños a sus rivales en la Cámara de Representantes, convirtiéndose en una fuerza opositora capaz de bloquear la agenda del presidente Donald Trump.

En unas elecciones con una alta participación –pese a que históricamente ha sido baja- los norteamericanos se movilizaron principalmente para apoyar o reprobar la gestión de Trump, el líder Republicano que logró en estos comicios confirmar que, pese a los rumores de división partidista, su partido se mantuvo unido entorno a su figura.

En el Senado, Cámara Alta que tiene mayores facultades en diferentes materias que la otra cámara, los Republicanos ganaron y consolidaron su poderío. Este martes solo se renovó la tercera parte de esta corporación, confirmando que el partido de gobierno conservaba más de 50 escaños, una situación que de alguna manera representa un respiro para Trump.

Al cierre de esta edición (11:30 p.m.), el Presidente calificó la jornada como un “éxito total”. Este había hecho énfasis en la importancia de estas elecciones, en medio de mítines políticos por todo el país en los que, como en 2016, entraba triunfante al escenario con el aria Nessum Dorma de Puccini, una alegoría a lo que fueron estos comicios tan apretados.

En el caso de la Cámara de Representantes, el Partido Demócrata, que había perdido mayorías en 2014, venció a los Republicanos quitándoles, según las estimaciones de algunos medios, casi 35 escaños, de 23 que necesitaban. De 435 curules que componen esta corporación, 241 estaba en manos del partido de gobierno, en tanto que 194 permanecían en la oposición. Esto, con los resultados de este martes, cambió diametralmente.

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¿Qué pasó?

Los sondeos, vistos en Estados Unidos como relativamente creíbles después del embate de Trump, acertaron en que los Republicanos mantendrían el Congreso, al que le apostaron parte importante de su capacidad electoral, mientras que los Demócratas recuperarían la Cámara de Representantes por su capacidad para reclutar nuevos líderes en muchos estados.

La posibilidad de mantener el control en el Senado se dio, además de lo anterior, porque el partido Republicano ganó en estados muy disputados como Indiana, Dakota del Norte, Tennessee y Texas, según un recuento de The Wall Street Journal.

No sin antes mencionar dos escenarios fundamentales, Nevada y Arizona, donde, pese a los pronósticos, lograron la victoria. Estos al estar cerca de la frontera y tener un voto latino muy fuerte, parecían difíciles de retener para este partido.

En especial, fue crucial la victoria del excandidato presidencial Ted Cruz en Texas. Muchos daban por contado que perdería ante un Demócrata que había hecho una de las campañas más notorias durante las elecciones.

Al mismo tiempo, los Demócratas alcanzaron la cifra mágica para hacerse con la Cámara: quitarle al menos 23 escaños a los Republicanos. Con esto, afianzan su agenda anti-Trump, tan defendida por líderes como Nancy Pelossi, una las cabezas más visibles de ese partido, quien aparentemente sería de nuevo la presidenta de la Cámara, según The New York Times.

 

Factores para votar

Es claro, que como dijeron los expertos a lo largo de estos comicios, las elecciones de Medio Término fueron “un referendo informal” sobre la gestión del Presidente. Pero, en estricto sentido, ¿cuáles fueron las variables que movilizaron a los norteamericanos a volcarse a las urnas?

Según una encuesta de The Washington Post,  la salud fue uno de los temas más importantes para elegir a uno u a otro candidato. Aproximadamente cuatro de cada 10 de los encuestados respondieron que “Trump o la salud estaban entre los dos temas más importantes en su voto”.

También, como quedó claro en los mítines políticos en los que el Presidente defendió su gestión económica mientras que sus contradictores pusieron en duda las cifras que presentaba, la economía fue un hecho determinante para movilizar electores. Según Trump, Estados Unidos bajó a 3,7% de desempleo, una cifra que no se veía desde hace 48 años. Un tercio de los norteamericanos, según ese estudio, dijeron que la economía de la mano con la inmigración resultaba prioritaria para votar.

 

Gobernabilidad

Confirmados los resultados, que a diferencia de 2016, favorecieron a los encuestadores, Trump quedó en un escenario similar al que prevalecía previo a las elecciones de Medio Término. Los Demócratas, buscando su destitución, harán todo lo posible para hacerla efectiva, mientras que su partido intentará aprobar su agenda en el Legislativo.

Logrando la mayoría absoluta en la Cámara, los Demócratas pueden bloquear casi todo aquello que presente Trump en el Congreso, ya que al ser un sistema bicameral la mayoría de proyectos de ley pasan por esta corporación.

Lo que quiere decir, además, que podrán impulsar el proceso de destitución de Trump en caso de que se confirmen los delitos investigados por el fiscal Robert Muelles sobre la posible colusión con Rusia en la que eventualmente estaría envuelto el Presidente.

A pesar de que todo el trámite sea efectivo en la Cámara, la última palabra la tendrá el Senado. Para que la eventual destitución del Presidente se haga realidad, tema que desde que inició su mandato ha estado en las portadas de la mayoría de periódicos, debe lograr la aprobación de dos terceras parte del Senado, algo que parece muy difícil por el nivel de lealtad que le ha demostrado la bancada Republicana a Trump.