Donald Trump, declarado vencedor de las elecciones presidenciales estadounidenses, sumó este miércoles el estado de Míchigan, según Fox News y NBC News.
Con su victoria en Míchigan, Trump consigue los tres estados clave del norte del país que hasta el martes por la noche se consideraban bastante favorables a la candidata demócrata, Kamala Harris.
A falta de los resultados de cuatro estados, el candidato republicano suma 292 votos electorales frente a 224 de su rival, la vicepresidenta demócrata Kamala Harris. Necesitaba 270 para ganar.
Un triunfo extraordinario al cabo de una campaña en la que fue blanco de dos intentos de asesinato, cuatro inculpaciones y una condena penal.
Los estadounidenses esperaban que el resultado demorara quizás días y temían un estallido de violencia en el caso de que perdiera.
Estaban equivocados. Como en 2016, la incertidumbre de la noche electoral duró poco. Trump ganó dos de los siete estados claves, Georgia y Carolina del Norte, seguido de Pensilvania. Remató con Wisconsin, enterrando las esperanzas de Harris. Y horas más tarde, Míchigan.
Según una encuesta a boca de urna de NBC News, los latinos y los afroestadounidenses han contribuido al triunfo, votando más por él que hace cuatro años.
El magnate logró el apoyo del 45% de los votantes hispanos a nivel nacional en comparación con el 53% de Harris. En 2020 la repartición fue 32% y 65%.
"Hemos hecho historia", proclamó Trump, de 78 años, a sus seguidores en West Palm Beach, Florida, rodeado de su familia, incluida su esposa Melania.
"Vamos a ayudar a nuestro país a sanar", añadió el magnate, que logró convencer a los estadounidenses de que los entiende mejor que nadie.
"Esta mañana estoy feliz", contó Mark Perry a la AFP en Indiana. Ahora "reza por la unidad" y espera ver pronto medidas económicas fuertes.
Los mercados también acogieron con satisfacción la victoria.
Y eso que su retórica da escalofríos.
El republicano prometió expulsar a los migrantes en situación irregular porque "envenenan la sangre" del país.
Asegura que quiere reconquistar ciudades que según él han sido tomadas por migrantes, y sellar la frontera con México para asegurarse de que no entren más sin visa. El día de la victoria será el de "la liberación", martilleó.
Este miércoles afirmó que los migrantes podrán venir, pero legalmente.
Todo le salió a pedir de boca porque además de ganar las presidenciales, el Partido Republicano arrebató el control del Senado a los demócratas.
Y todo apunta que va a ganar el voto popular, un objetivo que acarició durante la campaña.